Río Mula y Castillo de Alcalá (Los Baños de Mula)

No nos vamos a engañar, la idea original era visitar el Cerro de la Almagra, que tengo en la lista de pendiente desde hace muchos años y nunca me decidía. Y hoy que por fin me vengo a Los Baños resulta que el río Mula viene crecido, el vado por donde pretendía cruzar me obligaba a descalzarme y, la verdad, no me apetecía nada, así que he tenido que aplazar una vez más la subida a La Almagra.

Sin embargo, como la zona no carece de atractivo, ha salido una ruta interesante.

Aparco junto al Restaurante La Almagra, al ladito mismo del río Mula, y entre limoneros y casas de baños salgo de esta pequeña y coqueta pedanía muleña. Al pasar un parque con aparcamiento bajo a pie de agua por un empinado sendero. Busco un paso estrecho para saltar, pero no encuentro ningún punto que me dé confianza.

Esto hace que siga río arriba y me adentre por un ancho cañón, entre cañas y carrizos en busca de un paso, pero no tengo suerte. Una senda sube a unas terrazas con almendros y olivos. Abajo queda el serpenteante cauce del río, y enfrente la inaccesible Almagra, que presenta un bonito aspecto, coronada por ese cinturón de roca roja sobre una falda de frágil e inestable suelo arcilloso. No sorprende encontrar grandes rocas desprendidas.

Resignado al ver que no voy a ser capaz de cruzar el río, no me queda otra opción que acercarme al siempre agradable Castillo de la Puebla (o de Alcalá). Y mucho que le alegra haber vuelto a subir. Es la tercera vez que lo hago, y siempre me quedo admirado con las preciosas vistas en 360°.

Y es que esta corona rocosa es la atalaya perfecta en mitad de este extenso valle entre las sierras de Carrascoy, Espuña y Ricote. Ver a nuestros pies la pedanía de Puebla de Mula, rodeada de huerta y bordeada por el río Mula, y al fondo la villa de Mula, bien vigilada por su recio Castillo de los Vélez, es quizás la mejor foto de esta pequeña ruta.

La gran explanada, además de los restos de la entrada al castillo y fragmentos de murallas, tiene bastantes aljibes, un vértice geodésico (llamado Castillo, lógicamente) y una gran cruz popular en honor a las misiones de 1962.

Es fácil recrearse aquí arriba con las estupendas vistas que tenemos. Una vez saciados descendemos, circundando la muralla natural por un sendero cómodo hasta el rellano donde retomamos el camino roto que usamos para la subida.

Regresamos a la carretera, y por ella caminamos tranquilamente pero con precaución, ya que apenas hay arcén y un cambio de rasante nos obligará a caminar deprisa con mucha atención. Enseguida pasamos bajo la autovia para entrar en Los Baños por el parque con aparcamiento del principio, hasta llegar nuevamente al restaurante.

Otro día volveremos para subir a la dichosa Almagra, que tanto se me está resistiendo.