Rio Madera Peña Caracoles Peña Rubia

Una de calares por la zona de Segura. Calares que ofrecen diversas panorámicas del vasto horizonte segureño y que son muy interesantes para los que disfrutamos del senderismo. En este caso, un nutrido grupo del Club Deportivo Montañeros de La Loma salimos con ganas ahora que la pandemia lo permite (podemos decir que es nuestra primera ruta oficial 2020).
Comenzamos desde Rio Madera con la idea de subir al Cerro del Toril y desde aquí tener unas primeras panorámicas de los dos calares que son objetivo del día. El Cerro del Toril, modesta cumbre sobre el madera es realmente un punto estratégico y cumple con las expectativas. Además el terreno se camina bien sin dificultades reseñables. Cresteando un poco damos con un camino hecho suponemos para los trabajos de instalación de la línea eléctrica que pasa por esta zona, y en un punto determinado tomamos ascenso al Calar de los Caracoles, concretamente a su punta suroeste. Verdea la zona y el suelo blando ayuda en el recorrido de esta raspa hasta la Peña del Engarbo, donde tomamos bocado junto a la caseta de vigilancia contra incendios. Desde esta punta Noreste las vistas son de aúpa y dominamos visión hacia Albacete, Granada y por supuesto Jaén.
Ahora viene el punto de aventura del día, descender desde el oeste de la caseta evitando el poyo de piedra por una terrera muy vertical, pero el terreno está blando y con cuidado se hace sin problema. En la zona hay unos potentes robles y encinas. Al perder verticalidad nos vamos adentrando en una arroyera seca y cómoda también que nos va a llevar al Arroyo de las Herrerías, en la zona de la cañada de Poyo Torres. Finalmente resulta ser un acierto, ya que esta hondonada donde se encaja el arroyo es un lugar idílico, con una pequeña cerrada donde junto a un salto de agua hay una hermosa cueva. Una zona umbría, poblada de numerosos acebos, pinos, un buen ejemplar de tejo, bajo los cortados de Poyo Torres. Remontando esta zona ahora por senda definida, salimos a la pista de las Herrerías, que abandonamos justo en el lugar que hay un dornajo de los que merecen tal nombre, los que están hechos de troncos y que sirven de perfecto abrevadero. Poco antes observamos a un gran y viejo jabalí retozando en los arbustos. Al vernos se hace a un lado, pero se mantiene a una distancia prudencial…está claro que ha dado lo mejor de sí y que pronto pasará a mejor vida, pero bueno, ahí está el animal manteniendo el tipo lo mejor que puede.
Una vez en Peña Rubia, que tiene otra subida que calienta motores, disfrutamos ahora de una nueva panorámica de la zona, y observamos la zona del engarbo, que tiene un cinto transitable bajo la cumbre. El calar de Peña Rubia (que tiene un encinar muy destacable con varios árboles centenarios) lo recorremos ahora en disposición Noreste suroeste, y ya desde aquí buscamos la bajada hacia Los Carrascos, último punto de interés y enclave precioso, bajo el roquedo de Peña rubia. Desde aquí, y tras un último refrigerio, tomamos la senda, cómoda y muy bonita que nos devuelve a Rio Madera. Un gustazo de ruta en el corazón de Segura a la que se añaden dos jovenzuelas con buenas piernas para los repechos por lo que han demostrado y que espero repetirán.