RÍO HUESNA - ARROYO DE GALAPAGAR

¡ATENCIÓN! Esta ruta fue acuática en el Arroyo de Galapagar durante seis kilómetros. Creo que es factible realizarla en seco, mas no cómodo en ese tramo.

Mi intención primigenia era deambular por la ribera del Huesna hasta estar a la altura lo más cercana posible del Galapagar para bajar por él. El primer tramo no me fue posible porque me lo impidió la espesa vegetación ripícola. Caminé no lejos del cauce, pero nunca por sus márgenes.

El inicio de la ruta está ubicado en el, a su vez, inicio del sendero que se dirige a las ruinas romanas de Munigua, estando éste bajo el puente ferroviario que salva el Río Huesna al norte de Villanueva del Río y Minas.

Desde ahí fui a inspeccionar las riberas del Huesna, pero en un principio está apresado y es imposible acompañarlo, así que comencé a deambular por el carril que viene desde Munigua, carril que abandoné en el waypoint "ROTO", que es un roto en una alambrada contigua a una cancela. Desde ahí fui cómodamente en busca del río, no sin antes saltar fácilmente una cancela.

Ya junto al río hice dos aproximaciones (que un amigo ha borrado) para ver si junto a él el tránsito era posible. Negativo. Así las cosas me dejé guiar por caminos que me salían al paso hasta el waypoint "SALTO", donde me alejaba ya en demasía de la proximidad fluvial. Salté una alambrada y, gracias a un senderín, y con cuidado, accedí a un nuevo carril.

Tras éste me dejé guiar por senderines que abocaban al río. Una vez en éste, y con el calor reinante, decidí cruzarlo. Me metí en el agua sólo con el bañador y cruce las aguas caminando de esa guisa. El agua me llegaba al cuello en su literalidad (mido 1'84 cm). Regresé por los bártulos, los cargué en la cabeza y así crucé el río. Tras el paso gateé un poco para pasar entre la maleza y llegar a un sitio cómodo de tránsito tras leve remonte. Poco más allá arribé al carril donde tenía pergeñado abandonar la compañía de las frescas y generosas aguas del Huesna.

Os recomiendo que no crucéis donde yo lo hice aunque las aguas son muy mansas allí. Justo frente al waypoint "CARRIL" el río se estrecha y el agua, en ese momento, me llegaba a la mitad de mis piernas. Así pues os sugiero tener paciencia, remontar un poco por la otra orilla (se puede) y descender y cruzar el cauce frente a tal waypoint. Os descalzáis y cruzáis sin problemas.

El nuevo carril asciende hasta arribar a una cancela de acceso a otro camino. Saltamos y cruzamos inmediatamente tal camino echando hacia abajo una alambrada. Unos metros monte a través y alcanzamos un nuevo carril que va parejo al Arroyo de Rilla, seco cuando yo pasé. Este arroyo, y nuestro carril, desembocan pronto en el Arroyo Galapagar, el cuál acompañaremos durante varios kilómetros y el cuál se convertirá en el protagonista de la jornada.

Al principio un sendero, difuso a veces, nos ayuda en nuestro caminar, pero llega finalmente a desaparecer por completo. Tomé la decisión de transitar sobre el cauce en el waypoint "AGUA".

El discurrir por este arroyo es bastante hermoso y la vegetación y fauna ripícolas son abundantes y variadas. Sobre todo hay muchísimos especímenes que le dan nombre al arroyo.

Por norma general caminé sobre las aguas, pero las abandonaba momentáneamente cuando la espesura imposibilitaba el paso.

Llegados al waypoint "PUENTE" tenemos la posibilidad de ascender a él y regresar al pueblo por poquísimo transitada carretera pero yo, tras un descanso bajo la sombra del puente, decidí continuar por el arroyo, decisión acertada porque me quedaban zonas hermosas por vislumbrar.

Tenía planificado abandonar el arroyo justo antes de llegar al "MOLINO" (waypoint), mas intuí más fácil el ascenso tras sobrepasar éste. Con cuidado remontaremos hacia una alambrada accediendo a una finca con ganado vacuno. A cierta distancia vi vacas con algún eral. No hacen nada en manada, pero por si las moscas estad atentos y no alejaros demasiado de la alambrada postrer que encontraréis a la derecha.

Accedí a la "CARRETERA" saltando una alambrada justo donde un abrevadero anexo así lo facilita.

Ya sólo queda ir hacia Villanueva del Río y Minas por leve tramo de asfalto, tras pasar junto a su cementerio. Finiquitamos el periplo al norte de la localidad.

No todo me salió a pedir de boca, pero me quedé muy contento, sobre todo, por conocer ese extenso y bello tramo del Arroyo de Galapagar.

He catalogado la ruta como difícil debido al extenso tramo acuático

¡Disfrutad del paseo y de la frescura de los cauces!