Rio Chicamo (Abanilla)

Dice Pepe Marcos: Lo cierto es que las tardes del verano no son el momento más adecuado para realizar senderismo. Lo cierto es que este agobiante y pegajoso Julio casi menos. Pero lo cierto es que este precioso deporte nos llena de satisfacciones y "magníficamente" somos capaces de menospreciar el estío y superar los impedimentos y obstáculos que nuestra calurosa Murcia nos propone pero no impone. Por ello, en el Día del Carmen, cuatro de los siete nos fuimos hacia la "Palestina de Murcia", hacia esos parajes mezcla de baldías rocas cuales son los "badlands", con islotes de abundante vegetación entre los que destacan las palmeras. Nos fuimos al Río Chícamo, afluente del Segura por su margen izquierda, nos fuimos a realizar una bonita y diferente salidica de unos siete kilómetros formando parte del PR-MU 74 "Mahoya-El Cáger", nos fuimos a un bello paraje que nos sorprendió y, por momentos nos exigió, ora intuición, ora técnica. La ruta de la que disfrutamos ayer se dividió en dos partes muy bien diferenciadas: la primera, de algo más de tres kilómetros, discurrió a lo largo del cauce del río, obligando a continuos cambios de margen para poder progresar a lo largo de la misma, teniendo su máximo esplendor en la entrada de la gran balsa central, "encauzada" por la zona más bonita, alta y majestuosa del cañón. Además, en su salida, las márgenes no ofrecían posibilidad de deambulación, por lo que el camino, inexorablemente, lo tuvimos que hacer mojándonos hasta la mitad de nuestras piernas. Os prometo que en pleno verano, ésto no nos importó, e incluso nos reconfortó. La segunda parte, ya a la salida del cauce cada vez menos abundante, nos llevó a la verdadera exigencia de esta ruta circular, ya que nos tocó ascender a las montañas que delimitan el margen derecho del Chícamo, "repuntando" de doscientos cincuenta a cuatrocientos metros de altura en poco más de un kilómetro, cuestión que, con la que estaba cayendo, fue algo durilla. Posteriormente por la parte alta de la montaña llegamos hacia zona de canteras (donde nos tuvimos que inventar un poquico el camino) y, desde allí, con tranquilidad y relax, completar el kilometraje mencionado hasta la salida. Pues lo dicho, entretenida, bonita, diferente, juguetona, refrescante y "fresquita" salida que os recomiendo de corazón (al menos hasta la zona de baño).