RIO CHÍCAMO

Habíamos oído hablar tanto del Río Chícamo, que por fín nos decidimos a echarle un vistazo. Y la verdad es que no nos defraudó.
Dudé en si hacer un recorrido de ida/vuelta o sólo ida, y al final me decidí por esta última opción, para así poder abarcar más tramo de río.
Dejamos un coche a la entrada del pueblo de El Tollé, donde comenzamos la ruta, y el segundo coche en un descampado cercano a Macisvenda y el nacimiento del río, punto final. Bajamos por un camino y enseguida nos encontramos el río. Lo primero que sorprende es que en un paisaje tan árido haya un río con un caudal constante de agua. La vegetación, parecida al valle de Ricote, con las típicas palmeras, parece que estemos en un valle morisco, o en la lejana Palestina.
En el recorrido nos vamos encontrado con multitud de casas cueva, parece ser típicas de la zona. El cauce del río nos ofrece bonitas cascadas y el sendero lo cruza constantemente. Lo recomendable es llevar calzado "mojable" para si apetece, hacer tramos por dentro del río. Pero el caudal es pequeño, salvo alguna poza o remanso, te mojas hasta los tobillos.
Tras hacer la parada de rigor para almorzar, enseguida llegamos a un punto donde cruzamos una carretera asfaltada, al lado del pueblo de La Umbría. Aquí nos encontramos con un grupo senderista numerosísimo, por lo que apretamos el paso para dejarlos atrás y que no nos entorpezcan el ritmo. Y poco después de este punto comienza lo más bonito de la ruta, el Cajer, un impresionante cañón, de a veces no más de 2-3 metros de ancho, con innumerables cascadas, pozas, en fin, un tramo precioso. Nos gustó tanto, que un mes después decidimos ir una tarde con todos los peques a pegarnos un baño.
Pasado el cañón, llegamos pronto a una poza señalizada, donde vemos el famoso Fartet, pez endémico de la zona. Aquí nos pegamos un baño refrescante, pues hacía un poco de calor. Y un poco más arriba el río desaparece, aunque fuimos incapaces de encontrar el punto exacto del nacimiento, aunque lo he visto en fotos. En otra ocasión lo buscaremos más detenidamente.
En definitiva, una preciosa, sorprendente y refrescante ruta, recomendable en cualquier momento, pero en verano con el encanto añadido de poder pegarse un refrescante baño. Eso sí, hay que llevar calzado de repuesto.