Revolcadores por barranco de Las zanjas (Moratalla)
near Cañada de la Cruz, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
¡Qué bonita la nieve!, y qué jodida cuando hay que andar sobre ella durante horas. Pues eso, que este senderista dummy recibió su bautismo (ahogamiento, diría yo) de este blanco elemento con esta ruta. ¡SI HASTA ME ESTRENÉ CON LAS POLAINAS Y LAS ROSETAS DE NIEVE DE LOS BASTONES!
Viendo que se me pasaba el invierno, y con él la blancura que aún parcheaba la región de Murcia, decidí tirar los tejos a ver quién me hacía de guía por algún lugar rumboso, porque para estrenarme con nieve tenía bien clarito que no lo iba a hacer en solitario. El "afortunado" cicerone fue Tony Morales, al cual le estoy profundamente agradecido por su sapiencia, su paciencia y por haberle tomado prestadas algunas foticos. Un abrazo, Antonio.
La idea previa olía a Sierra Espuña, pero finalmente el elegido fue el macizo de Revolcadores, con lo que yo mataba dos pájaros de un tiro, al no haberme estrenado aún por los techos de la región (risas entre el respetable). Dejado yo en manos de Tony, este sugirió que para mi -poca, poca- experiencia y resistencia, subiríamos por la cara norte, por Puerto Alto; pero menuda sorpresa nos llevamos al comprobar que la carretera de acceso estaba casi impracticable y era im-po-si-ble encontrar unos metros de terreno donde aparcar su vehículo. Así que, girando como bien se pudo, vuelta a Cañada de la cruz y comienzo desde su salida este. Ahí perdimos un tiempo precioso que nos hizo llegar tarde a casa, pero mereció la pena.
Al principio de la cháchara, y recordando que siempre escribo para otros dummies como yo, he olvidado decir que esta crónica no vale como guía para el resto del año, porque estoy segurísimo de que el barranco de Las zanjas (por donde atacamos) y la subida última a las cumbres, no tiene nada que ver entre hacerla con nieve o seca. Seguro que sin agua es mucho más llevadera.
Bien, como se puede ver en el trazado, comenzamos bordeando un sembrado y adentrándonos en el monte, hacia el Porche de los rincones. Desde ese mismo momento, nieve, nieve, nieve y nieve; tirando a profundidad palmera y, a menudo, pantorrillera, más alguna que otra colada hasta la mismísima rodilla. Ni un alma en el trayecto, sólo la trazada de algún caminante del día anterior (supusimos, ya que el fondo de la pisada estaba algo helado). Paso lento, pero seguro, llevando cuidado con las placas de hielo en las partes de más umbría. Aparte del esfuerzo de la pendiente y el desgaste de clavar sobre nieve, sólo hay una mini-trepada a mitad del barranco, que se puede sortear por la derecha si te ves inseguro. Esta trepadilla debe ser de risa con tiempo seco, pero con hielo y nieve...
Silencio total, pisadas de jabalí, cabra y -más sutiles- de zorrico.
Por fin (¡joé!), vamos saliendo del barranco, la curva de nivel se suaviza y ¡hop! estamos en Revolcadores (1999 metros), aunque sostiene uno de mis gurús montañeros, Blas Rubio, que este alto sería el del Obispo, o Los obispos, y que el llamado ahora así, y tenido por la altura máxima de la región de Murcia (2015 metros) , se llama realmente Torreta. Esto habrá que verlo, porque me parece muy importante. En cualquier caso, el techo se queda para otro día primaveral, porque yo andaba ya derrengado y el tiempo nos comía. Y ahora la parte emocional: el gran Tony aconsejó cobijarnos más abajo para tomar el merecido almuerzo, pero yo insistí en quedarnos a la rasca (una rasca llevadera, dentro de lo que cabe, porque el tiempo nos respetó bastante aun previéndose lluvia), y es que las vistas y la mezcla de cansancio y sensaciones diversas (ya sabéis, realización personal, soledad extrema, comunión con la naturaleza cruda, etc) no me dejaban parpadear. Aquí podría introducir también ese rollo místico que algunos le otorgan a la visión de La Sagra, porque la condenada brillaba con luz propia en medio de todo el inmenso mar de belleza. Jo, suena cursi pero era así.
En fin, volviendo a la tierra, iniciamos vuelta tras el refrigerio, calando las piernas casi a propósito hasta media pierna larga, previendo que no me iba a ver en otra así hasta no sé cuándo (Tony, seguro que sí).
Bajada chula, pisando nieve y con menos precaución porque ¡SÍ, EL SOL! había vuelto más "amable" el hielo anterior. A pesar de eso, me resbalé todo lo que no lo hice a la subida (¡Atención, dummies!).
Llegada a Cañada de la cruz, evitando esta vez el sembrado, y buen sabor de boca, aunque sin deseos de volver a oír la palabra NIEVE durante un tiempo. O, como dirían Les Luthiers sobre la Universidad de Wildstone: "...y aunque ahora debamos dejarla por un tiempo y decirle adiós, guardamos en el alma el íntimo deseo de... no volver nunca más".
Nooo, es broma, terminé hartito, pero me duró 24 horas.
Dummy, si haces esta ruta con nieve, ve preparao. No hace falta ir de Himalaya, pero llévate capicas de abrigo, esas botas güenas que tienes -que hasta mis gore-tex calaron un poco al final-, agua y energía para reponer fuerzas, y (im-pres-cin-di-ble) unas polainas. Muchas gracias, M.P.A., por prestarme las tuyas.
Pongo difícil por el esfuerzo de andar con nieve, y hago hincapié en que esta descripción no vale para subir con tiempo seco, que ya haré por comparar ambas épocas.
Let it snow, let it snow, let it snow...!!!
Viendo que se me pasaba el invierno, y con él la blancura que aún parcheaba la región de Murcia, decidí tirar los tejos a ver quién me hacía de guía por algún lugar rumboso, porque para estrenarme con nieve tenía bien clarito que no lo iba a hacer en solitario. El "afortunado" cicerone fue Tony Morales, al cual le estoy profundamente agradecido por su sapiencia, su paciencia y por haberle tomado prestadas algunas foticos. Un abrazo, Antonio.
La idea previa olía a Sierra Espuña, pero finalmente el elegido fue el macizo de Revolcadores, con lo que yo mataba dos pájaros de un tiro, al no haberme estrenado aún por los techos de la región (risas entre el respetable). Dejado yo en manos de Tony, este sugirió que para mi -poca, poca- experiencia y resistencia, subiríamos por la cara norte, por Puerto Alto; pero menuda sorpresa nos llevamos al comprobar que la carretera de acceso estaba casi impracticable y era im-po-si-ble encontrar unos metros de terreno donde aparcar su vehículo. Así que, girando como bien se pudo, vuelta a Cañada de la cruz y comienzo desde su salida este. Ahí perdimos un tiempo precioso que nos hizo llegar tarde a casa, pero mereció la pena.
Al principio de la cháchara, y recordando que siempre escribo para otros dummies como yo, he olvidado decir que esta crónica no vale como guía para el resto del año, porque estoy segurísimo de que el barranco de Las zanjas (por donde atacamos) y la subida última a las cumbres, no tiene nada que ver entre hacerla con nieve o seca. Seguro que sin agua es mucho más llevadera.
Bien, como se puede ver en el trazado, comenzamos bordeando un sembrado y adentrándonos en el monte, hacia el Porche de los rincones. Desde ese mismo momento, nieve, nieve, nieve y nieve; tirando a profundidad palmera y, a menudo, pantorrillera, más alguna que otra colada hasta la mismísima rodilla. Ni un alma en el trayecto, sólo la trazada de algún caminante del día anterior (supusimos, ya que el fondo de la pisada estaba algo helado). Paso lento, pero seguro, llevando cuidado con las placas de hielo en las partes de más umbría. Aparte del esfuerzo de la pendiente y el desgaste de clavar sobre nieve, sólo hay una mini-trepada a mitad del barranco, que se puede sortear por la derecha si te ves inseguro. Esta trepadilla debe ser de risa con tiempo seco, pero con hielo y nieve...
Silencio total, pisadas de jabalí, cabra y -más sutiles- de zorrico.
Por fin (¡joé!), vamos saliendo del barranco, la curva de nivel se suaviza y ¡hop! estamos en Revolcadores (1999 metros), aunque sostiene uno de mis gurús montañeros, Blas Rubio, que este alto sería el del Obispo, o Los obispos, y que el llamado ahora así, y tenido por la altura máxima de la región de Murcia (2015 metros) , se llama realmente Torreta. Esto habrá que verlo, porque me parece muy importante. En cualquier caso, el techo se queda para otro día primaveral, porque yo andaba ya derrengado y el tiempo nos comía. Y ahora la parte emocional: el gran Tony aconsejó cobijarnos más abajo para tomar el merecido almuerzo, pero yo insistí en quedarnos a la rasca (una rasca llevadera, dentro de lo que cabe, porque el tiempo nos respetó bastante aun previéndose lluvia), y es que las vistas y la mezcla de cansancio y sensaciones diversas (ya sabéis, realización personal, soledad extrema, comunión con la naturaleza cruda, etc) no me dejaban parpadear. Aquí podría introducir también ese rollo místico que algunos le otorgan a la visión de La Sagra, porque la condenada brillaba con luz propia en medio de todo el inmenso mar de belleza. Jo, suena cursi pero era así.
En fin, volviendo a la tierra, iniciamos vuelta tras el refrigerio, calando las piernas casi a propósito hasta media pierna larga, previendo que no me iba a ver en otra así hasta no sé cuándo (Tony, seguro que sí).
Bajada chula, pisando nieve y con menos precaución porque ¡SÍ, EL SOL! había vuelto más "amable" el hielo anterior. A pesar de eso, me resbalé todo lo que no lo hice a la subida (¡Atención, dummies!).
Llegada a Cañada de la cruz, evitando esta vez el sembrado, y buen sabor de boca, aunque sin deseos de volver a oír la palabra NIEVE durante un tiempo. O, como dirían Les Luthiers sobre la Universidad de Wildstone: "...y aunque ahora debamos dejarla por un tiempo y decirle adiós, guardamos en el alma el íntimo deseo de... no volver nunca más".
Nooo, es broma, terminé hartito, pero me duró 24 horas.
Dummy, si haces esta ruta con nieve, ve preparao. No hace falta ir de Himalaya, pero llévate capicas de abrigo, esas botas güenas que tienes -que hasta mis gore-tex calaron un poco al final-, agua y energía para reponer fuerzas, y (im-pres-cin-di-ble) unas polainas. Muchas gracias, M.P.A., por prestarme las tuyas.
Pongo difícil por el esfuerzo de andar con nieve, y hago hincapié en que esta descripción no vale para subir con tiempo seco, que ya haré por comparar ambas épocas.
Let it snow, let it snow, let it snow...!!!
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Comments (5)
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Esperaremos pues ;-P
Jaja... ya está. Como diría Amador Rivas: ¡EDITAO!
Tremenda crónica de una ascensión que seguro quedará grabada "a hielo" en tu memoria y en tus botas ;-) Qué buen estreno le has dado a la nieve, como sigas así te veo en breve en la Sagra :-) Enhorabuena!!
Jo, la verdad es que,releído, parece como si hubiera hecho algo de verdad. Bueno, para mí lo fue, y veo que tu también fuiste dummie alguna vez, y lo entiendes perfectamente, jajaja...
Sobre la Sagra, siempre he dicho que sería mi Everest; ya veremos.
Muchísimas gracias por las estrellicas. Nos vemos pronto.
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Buena ruta, subimos con mucha nieve.