Revilla a Gurrundé Media (incompleto)

Recorrido muy recomendable de Revilla hacia Gurrundé, por una senda perfectamente conservada y muy bonita. No pudimos acabar el trayecto debido a la presencia de una importante cantidad de nieve, y a la amenaza de tormentas.
No obstante, un grupo de 19 personas del Club Montisonense bien preparados, pudimos realizar este bonito trayecto pese a las citadas dificultades.

DESCRIPCION DE LA RUTA:

Desde la pequeña localidad de Revilla, cuyas casas se encuentran adosadas a las paredes de roca protegidas de los fríos del Norte, iniciaremos la caminata.

Dejamos los coches en la última curva antes de las casas, no hay demasiado espacio para aparcar lo que le convierte en uno de los puntos mejorables del Parque Nacional de Ordesa.

Cruzamos el nucleo urbano por un sendero ya que es una zona abrupta, las ventanas de las casas miran al sur donde se alza impresionante el Castillo Mayor, y es allí donde se dirigen nuestros ojos puesto que las pasadas tardes han dejado un precioso manto de nieve que hace las delicias de los fotógrafos.

Situados en la parte alta del pueblo, la senda parece esconderse como si guardara un secreto. Y así parece ser, pues en cuanto avanzamos un poco más descubrimos que es un lindo paseo abierto al valle con excelentes vistas y bosques extraordinariamente desarrollados.

Durante el trayecto iremos cruzando varios barrancos, algunos secos y otros con caudal relativamente importante, según la época. Merecen ser destacados el barranco de Consusa y el de Angonés, vertiginoso cauce con su correspondiente puente para facilitar el paso.

A la derecha, se alzan impresionantes los picos de la Pala Montinier y Puntas Verdes, mientras que por la parte que da al cañón del río Yaga asoman los picos recién nevados de Tozal de Vasones, Pico Ratón y el citado Castillo Mayor.

Rebasado el barranco del Puerto, donde el sendero se divide en dos, tomamos el de abajo porque había menos nieve. Pero pronto decidimos dar la vuelta por no poner en riesgo al grupo, dadas las condiciones de la nieve (demasiado blanda e incómoda).
Arriba en el alto los pinos parecían polos blancos de hielo, abajo el valle estaba más verde que nunca, y sólo bajo nuestros pies parecía haber un problema.

Hicimos la foto de grupo cual si hubiéramos llegado a nuestro destino, que dejamos para otra mejor ocasión puesto que bastante fortuna estamos teniendo al ver cómo, una tras otra, las negras nubes se descuelgan de los picos más cercanos y pasan de largo sin dejarnos gota.

El regreso fue por suerte tranquilo y el sol calentaba ligeramente nuestros rostros mientras comentábamos lo fácil que había sido la ruta de hoy. ¡Y es que nos estamos acostumbrando a hacer excursiones más fuertes!

¡Bueno, ya vendrán días mejores!