Restábal Pinos del Valle y regreso, los arrieros semos

Hoy nos desplazamos hacia Restabaol para realizar una ruta por el Valle de Lecrín y exactamente la que vamos a hacer empezando en Restabal es llegar a Pinos del Valle y regreso.
Dejamos para ello los coches cerca de la cuesta del Calvario por donde luego a la vuelta bajaremos.
Damos una vuelta por el pueblo llegando a su mirador con la intención de tomar la calle de la Ermita para no ir por asfalto, nos hemos metido en las fincas y al final hemos decidido ir por la carretera ya que la ventaja que tiene que no hay apenas tráfico con lo que no supone ningún peligro, con lo cual casi todo el tramo hasta Pinos del Valle lo hacemos en subida a primera hora acompañado de los naranjos y limones que es lo que más abunda por estos lares, paramos de vez en cuando en el camino y los miradores para echar fotos y contemplar la belleza del valle, buscando identificar todos los pueblecillos que lo componen, al fondo la presa de Beznar que comparado con el resto de presas de la provincia se encuentra en muy buen estado se nota que aunque ha bajado el caudal de los ríos que lo alimentan todavía traen bastante agua, lo que nos satisface muy gratamente, hablando cogiendo alguna nuez que es su momento que a lo largo de la carretera hay algunos nogales y sin darnos cuenta pronto llegamos a Pinos del Valle, contemplamos las inmensas casonas que hay al borde de la carretera que por las palmeras parecen de indianos.
Llegamos enseguida al polideportivo pegado a la ladera de la montaña y al antiguo lavadero, allí hacemos un alto en el camino para tomar alguna fruta y reponer liquidos.
Después de este momento de descanso continuamos nuestro camino tomando la pista que sube direccción al Cristo del Zapato, la del Cristo sale a la izquierda y nosotros seguimos otra pista a la derecha que la continuaremos hasta llegar a una zona de campamento juvenil que contemplaremos pronto, pero lo que más lástima y pena que nos da es el terrible incendio que hace poco arraso mas de seis mil hectareas y que han llegado sus consecuencias a esta parte de la ladera, la suerte que la ermita del Cristo se ha salvado, parece un milagro que se haya podido salvar pero nos alegramos mucho.
También ha respetado los olivos que hay junto a los pinares, algunos se han churrascado pero han sido los menos. Pronto llegamos al campamento y este a igual que el olivar milagrosamente se ha salvado, los momentos del incendio tuvieron que ser terribles, hoy ya están talando los pinos y limpiando el bosque, tienen trabajo para rato.
Cerca del campamento y a su derecha sale una pista antes de llegar que nosotros no seguimos continuamos por la pista principal que no abandonaremos y que nos llevan en bajada primero a unas antiguas ruinas existentes en la explanada de la Ermita del Cerro, subimos a visitar la ermita y el entorno, podemos entrar pues no tiene candado y la verdad que la tienen preciosa.
Después de darnos una vuelta por los alrededores salimos de nuevo a la cuesta del Calvario que es la que seguiremos hasta donde dejamos el coche, nos damos una vuelta por el pueblo y llegamos a la plaza de la iglesia, callejeamos por su calles, bajamos al río Durcal y terminamos nuestra ruta en un bonito bar que hay en un callejón donde nos tomamos una cerveza y nos despedimos hasta la siguente.