Reserva Biológica Yanacocha
near Verdecocha, Pichincha (Ecuador)
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Trail photos
Itinerary description
Visitar Yanacocha es una experiencia única, que brinda alegría, paz, tranquilidad y permite maravillarse de los encantos de la naturaleza.
El sábado 25 de enero junto a un grupo de amigos visitamos Yanacocha “el paraíso de los colibríes”, una reserva ecológica ubicada a 20 km. de Quito, en los flancos occidentales del volcán Pichincha. Participamos en esta sencilla aventura 21 personas entre compañeros y compañeras de la oficina donde trabajo, amigos y familiares invitados; a mi particularmente me acompañaron mi hija María Belén y Cecilia Salazar una amiga muy querida, para quien esta era su primera aventura.
Para llegar a la reserva de la fundación Jocotoco tomamos el camino a Nono, desde la Av. Mariscal Sucre y Machala al norte de la ciudad; ascendemos por los barrios noroccidentales de Quito hasta el sector de Rundupamba, nos desviamos por un camino terroso en buen estado, aunque con ciertos tramos enlodados. Atravesamos el campamento de la EPMAPS del río Pichan y unos kilómetros adelante, arribamos a la Reserva Biológica Yanacocha.
Una vez en la reserva y luego de los trámites de ingreso, pagar la tarifa y hacer un ligero calentamiento, iniciamos la caminata con algo de frío, pero con mucho ánimo y más ilusión.
Caminar por Yanacocha es fácil, un amplio sendero relativamente plano nos conduce a través de paisajes de abundante vegetación; plantas de hojas gigantescas de gunnera pilosa, dan la sensación de entrar al parque jurásico; polilepis, bromelias, helechos, entre muchas otras, nos acompañan en nuestro recorrido, junto al trinar y aleteo de diversas aves por el momento no visibles.
Mientras disfrutamos de la apacible caminata, vislumbramos por un lado, los flacos occidentales del Pichincha que se pierden en el horizonte convertidos en tupida selva, de este fascinante bosque lluvioso de altura; por el otro lado se levantan imponentes las paredes occidentales de la caldera del Guagua Pichincha; se lo divisa de rato en rato, la neblina celosa que lo abraza solo nos permite esporádicos vistazos del coloso.
Al final de este primer tramo del recorrido de más o menos 3 kilómetros, en alrededor de una hora de caminata, encontramos muchas aves, entre pinchaflores enmascarados y varias especies de colibríes en los bebederos de agua azucarada puestos por la fundación. Ante el sublime espectáculo, solo podemos guardar silencio y observar emocionados esta multicolor danza aérea; todo se nos da este día, desde el clima perfecto, hasta la presencia del “Zamarrito Pechinegro” el famoso colibrí emblemático de Quito, pequeña ave que este día aleteaba y zumbaba, como mostrándose para agradar a nuestros ojos y nuestro deleite.
A partir de este punto, la caminata toma otro matiz, es la hora de atravesar el primer túnel; construido para la llevar la conducción del agua a través de la montaña, este elemento artificial permite agregar un reto a la aventura, atravesarlo totalmente a obscuras; el desafío no todos lo logran, algunos se ayudan con la luz de sus linternas o celulares.
Este nuevo tramo tiene 4 km. y hay que atravesar 4 túneles. Al final del sendero encontramos un sistema de captación por el que hay que ascender hasta llegar al sector de la cascada, nuestra meta. Las escalinatas, aunque elementos artificiales en medio de tanta naturaleza, tienen su propio atractivo, vistas desde abajo se asemejan a antiguas ruinas Incas olvidadas por el tiempo.
Al final de las escaleras que a más de uno causa fatiga y algo de vértigo, encontramos un complejo de piscinas y represas que captan el agua que luego se envía a las plantas de tratamiento de Quito, aquí hacemos nuestro ligero campo base antes de llegar al pie de la cascada, cuyo rumor viene a emocionar nuestros oídos.
Saltando por entre las piedras del río, que para algunos se convierte en un complicado reto, llegamos al pie de la cascada, un salto de agua de unos 20 metros. El espectáculo de la fuerza que genera su caída y el halo de agua que inunda el ambiente, llenan de energía nuestros espíritus, la felicidad invade los sentidos.
Un ligero almuerzo, compartiendo alguna cosa con el resto, la conversación amena del sitio visitado, del camino y la ventura, llenan los minutos de descanso antes del regreso, el mismo que se da por el mismo sendero de venida, solo diferenciado por el avistamiento de un gavilán de pecho rojo, presencia que alegra las pupilas.
Tal como se había previsto, a las tres de la tarde llegamos al parqueadero, algo cansados, pero muy satisfechos y felices del día, el paisaje y la compañía disfrutados.
Si van por Yanacocha me cuentan su experiencia y también cualquier comentario a esta crónica.
¡…un abrazo…!
oscaryepezgomez@gmail.com
WhatsApp: +593 993 681 256
Quito - Ecuador
Notas:
- Las fotografías fueron realizadas por Fernando Aulestia
-La ruta se levantó a mano en base a otras rutas, solo contiene el camino de ida
El sábado 25 de enero junto a un grupo de amigos visitamos Yanacocha “el paraíso de los colibríes”, una reserva ecológica ubicada a 20 km. de Quito, en los flancos occidentales del volcán Pichincha. Participamos en esta sencilla aventura 21 personas entre compañeros y compañeras de la oficina donde trabajo, amigos y familiares invitados; a mi particularmente me acompañaron mi hija María Belén y Cecilia Salazar una amiga muy querida, para quien esta era su primera aventura.
Para llegar a la reserva de la fundación Jocotoco tomamos el camino a Nono, desde la Av. Mariscal Sucre y Machala al norte de la ciudad; ascendemos por los barrios noroccidentales de Quito hasta el sector de Rundupamba, nos desviamos por un camino terroso en buen estado, aunque con ciertos tramos enlodados. Atravesamos el campamento de la EPMAPS del río Pichan y unos kilómetros adelante, arribamos a la Reserva Biológica Yanacocha.
Una vez en la reserva y luego de los trámites de ingreso, pagar la tarifa y hacer un ligero calentamiento, iniciamos la caminata con algo de frío, pero con mucho ánimo y más ilusión.
Caminar por Yanacocha es fácil, un amplio sendero relativamente plano nos conduce a través de paisajes de abundante vegetación; plantas de hojas gigantescas de gunnera pilosa, dan la sensación de entrar al parque jurásico; polilepis, bromelias, helechos, entre muchas otras, nos acompañan en nuestro recorrido, junto al trinar y aleteo de diversas aves por el momento no visibles.
Mientras disfrutamos de la apacible caminata, vislumbramos por un lado, los flacos occidentales del Pichincha que se pierden en el horizonte convertidos en tupida selva, de este fascinante bosque lluvioso de altura; por el otro lado se levantan imponentes las paredes occidentales de la caldera del Guagua Pichincha; se lo divisa de rato en rato, la neblina celosa que lo abraza solo nos permite esporádicos vistazos del coloso.
Al final de este primer tramo del recorrido de más o menos 3 kilómetros, en alrededor de una hora de caminata, encontramos muchas aves, entre pinchaflores enmascarados y varias especies de colibríes en los bebederos de agua azucarada puestos por la fundación. Ante el sublime espectáculo, solo podemos guardar silencio y observar emocionados esta multicolor danza aérea; todo se nos da este día, desde el clima perfecto, hasta la presencia del “Zamarrito Pechinegro” el famoso colibrí emblemático de Quito, pequeña ave que este día aleteaba y zumbaba, como mostrándose para agradar a nuestros ojos y nuestro deleite.
A partir de este punto, la caminata toma otro matiz, es la hora de atravesar el primer túnel; construido para la llevar la conducción del agua a través de la montaña, este elemento artificial permite agregar un reto a la aventura, atravesarlo totalmente a obscuras; el desafío no todos lo logran, algunos se ayudan con la luz de sus linternas o celulares.
Este nuevo tramo tiene 4 km. y hay que atravesar 4 túneles. Al final del sendero encontramos un sistema de captación por el que hay que ascender hasta llegar al sector de la cascada, nuestra meta. Las escalinatas, aunque elementos artificiales en medio de tanta naturaleza, tienen su propio atractivo, vistas desde abajo se asemejan a antiguas ruinas Incas olvidadas por el tiempo.
Al final de las escaleras que a más de uno causa fatiga y algo de vértigo, encontramos un complejo de piscinas y represas que captan el agua que luego se envía a las plantas de tratamiento de Quito, aquí hacemos nuestro ligero campo base antes de llegar al pie de la cascada, cuyo rumor viene a emocionar nuestros oídos.
Saltando por entre las piedras del río, que para algunos se convierte en un complicado reto, llegamos al pie de la cascada, un salto de agua de unos 20 metros. El espectáculo de la fuerza que genera su caída y el halo de agua que inunda el ambiente, llenan de energía nuestros espíritus, la felicidad invade los sentidos.
Un ligero almuerzo, compartiendo alguna cosa con el resto, la conversación amena del sitio visitado, del camino y la ventura, llenan los minutos de descanso antes del regreso, el mismo que se da por el mismo sendero de venida, solo diferenciado por el avistamiento de un gavilán de pecho rojo, presencia que alegra las pupilas.
Tal como se había previsto, a las tres de la tarde llegamos al parqueadero, algo cansados, pero muy satisfechos y felices del día, el paisaje y la compañía disfrutados.
Si van por Yanacocha me cuentan su experiencia y también cualquier comentario a esta crónica.
¡…un abrazo…!
oscaryepezgomez@gmail.com
WhatsApp: +593 993 681 256
Quito - Ecuador
Notas:
- Las fotografías fueron realizadas por Fernando Aulestia
-La ruta se levantó a mano en base a otras rutas, solo contiene el camino de ida
Waypoints
Provisioning
11,532 ft
Cafetería
Cafetería
Comments (6)
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Que buena experiencia la del senderismo en la reserva, muy linda experiencia, recomendada.
Felicitaciones primo, bonita ruta ojalá ya me recupere para acompañarte a esos lindas rutas que tú sabes.
saludos coridiales
Excelente guía y gran experiencia que nos permitió compartir fuera de oficina. No solo se disfruta del hacer deporte sino que también se aprendió de las especies de aves que tiene ese zona. Gracias Oscar por ser nuestro guia :)
Una bonita experiencia, muchas gracias Oscar por recomendarme esta reserva.
La realice el sábado 15 de febrero con toda mi familia y estuvo espectacular lo único malo fue que llegue un poco tarde a la reserva y bajo la neblina lo que dificulto un poco el paisaje, pero atravesar los túneles y llegar a la cascada fue gratificante, en la caminata de regreso al parqueadero cayo una llovizna un poco fuerte, pero eso es parte de la aventura.
Gracias Christian por el comentario y la caminata a Yanacocha, espero que compartas conmigo el criterio de que es un lugar mágico, además de fácil acceso y una caminata sencilla que permite a casi todo el mundo visitar la reserva.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Hola yo fuí justo un dia como hoy hace 4 años
Es maravillosa esta reserva espero poder regresar,
Buenos dias