Renera: Por campos de Renera, Fuentelviejo y Armuña de Tajuña

ADVERTENCIA: En esta ruta cruzamos un sembrado no germinado. Puede no ser apropiada entre marzo y septiembre (aunque sea porque los agricultores labran los caminos).

Esta marcha está inspirada en la de “charocharo” con id=13036024, que agradecemos. Ella no hace ninguna descripción, por lo que este nuestro plagio (que no sigue exactamente el mismo recorrido) puede ser de utilidad para otros colegas senderistas.

El inconveniente del sembrado se puede evitar cruzando la carretera más al sur de nuestro hito 11 e internándonos inmediatamente en el bosque de roble rumbo el hito 13 (o con otro rumbo oeste). El andar campo a través nos ha resultado más fácil que hacerlo por los caminos erosionados por las motos. La subida entre los hitos 14 y 15 es bastante severa, pero olvidándonos del camino y avanzando en zigzag se puede hacer a gusto del caminante. También, un tramo del descenso entre los hitos 16 y 3 es molesto por la fuerte pendiente. Aquí la alternativa parece que sería tomar un camino que sale unos 200 m al oeste del hito 16, también hacia el hito 3.

Esta marcha tal vez interese a quienes gusten de internarse por caminos ancestrales, olvidados de todos excepto de las motos, que tanto los erosionan como los mantienen abiertos. Llama la atención al caminante la sensibilidad de los olivos: se mantienen lozanos allí donde se cuidan, moribundos donde han sido abandonados. Lo más bonito de la marcha es: (1) El descenso entre los hitos 6 y 10, por tenue bosque de roble, con una atractiva ruina de aprisco con choza, obra notable de ingeniería rural, en el hito 8. Acaba en una acogedora pradera entre arroyos. (2) También tiene encanto la subida 13-15 por el interior de bosque de roble, y lo tendría más si el cansancio no nos fuera afectando ya. (3) La vista vespertina sobre el valle del Renera, con su aliento de tranquilidad. Y (4) disfrutamos también el paseo por el pueblo, en buen estado y muy cuidado, que no parece parte de la “España Olvidada”.