Relojero desde la Fuensanta por senderos.
near Fuensanta, Murcia (España)
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Itinerary description
Aunque no lo parezca es una ruta exigente, tiene más de 600m de desnivel. En algunos tramos es demasiado exigente pero toda ella es asumible con fondo físico. El último km no lo hago por senda por un problema que nos surgió pero es muy fácil seguir por el sendero.
El santuario de la Virgen de la Fuensanta se encuentra situado en la pedanía de Algezares en Murcia (Región de Murcia, España); se comenzó a construir en 1694 sobre los restos de una antigua ermita medieval. En este santuario se aloja la imagen de la Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad de Murcia y su huerta. Para las fiestas de la ciudad (septiembre y primavera) la imagen es trasladada a la Catedral de Murcia, originando romerías, de las cuales la romería más importante es la de vuelta al santuario tras la Feria de septiembre.
La devoción del pueblo murciano por la Virgen de la Fuensanta es muy antigua, surgiendo a partir de la aparición de la Virgen en el monte conocido como El Hondoyuelo. Cuenta la leyenda que en esta sierra, situada a unos 5 kilómetros de la capital y ya considerada como enclave sagrado por las primeras civilizaciones que habitaron la zona, María había hecho brotar la "fuente santa" que dio nombre a la advocación. El pequeño manantial aún hoy riega aquel paraje y desde el siglo XV consta la existencia de una ermita en honor a la Virgen coronando el lugar.
La historia de cómo la Fuensanta ha pasado a convertirse en una de las más importantes devociones del Levante español comienza el 17 de enero de 1694. En esa fecha, tras una larga sequía que azotaba toda la zona, se acuerda bajar la imagen de la Virgen por primera vez hasta Murcia, por el camino de Algezares hasta el convento de Capuchinos. Con aquella romería se imploraba la lluvia necesaria para los cultivos, relatando las crónicas de la época que, al finalizar la rogativa, llovió copiosamente e incluso llegó a nevar. Por entonces se tenía como patrona de la ciudad a Santa María de la Arrixaca, venerada desde la Reconquista en la iglesia conventual de los Agustinos. Pero el milagro del agua se repitió en las sucesivas romerías y la Virgen de la Fuensanta rivalizó pronto en popularidad con la Arrixaca, llegando a ser nombrada como nueva patrona de la Ciudad y su Huerta en 1731.
Muchos milagros han sido atribuidos a su intercesión desde entonces y no todos relacionados con la lluvia, con lo que la devoción ha venido creciendo hasta nuestros días. El 27 de mayo de 1808 le fue otorgado el rango militar de "Generala del Reino" a raíz de la invasión napoleónica, apelativo con el que muchas veces se refieren a ella sus fieles.
El 24 de abril de 1927 se produjo su Coronación Canónica, realizada con gran solemnidad en el Puente de los Peligros ante una enfervorizada muchedumbre. También ha recibido la Medalla de Oro por parte de diversos estamentos y asociaciones tanto de la capital como de la Región, entre ellas las de la Ciudad de Murcia y la del Cabildo Superior de Cofradías.
La Guerra Civil
En el año 1936, siendo obispo de la Diócesis de Cartagena D. Miguel de los Santos Díaz y Gómara, desatada la Guerra Civil española, Murcia quedó en el “bando” republicano. En esa oscura etapa de la historia de España, en las zonas de dominación republicana, se generaron reacciones populares espontáneas contra la Iglesia (reforzadas tras el apoyo de esta al bando sublevado), que llevó a la quema de templos e imágenes principalmente, así como en algunos casos la persecución, tortura y asesinato de sacerdotes, religiosas, religiosos y seglares, al margen de las instituciones republicanas.
Tras un primer asalto al Santuario, que no supuso la destrucción de la imagen, el día 2 de agosto, Fernando Monerri Córcoles, acompañado de Antonio Córcoles Romero, fueron a cerciorarse de la veracidad de la noticia, preguntando a Eugenio Úbeda Romero, entonces director de la Escuela Normal de Murcia, y que se encontraba en la Fuensanta, manifestándole este que la Virgen no había sido destruida pero que corría serio peligro.
La Virgen y el Niño, para esa fecha, ya no se encontraban en el Santuario, si no que estaban en la casa que los canónigos tenían en la primera planta del edificio contiguo al Santuario. Ante la manifestación de Eugenio, Fernando Monerri rescató las imágenes de la Virgen y del Niño, bajando a la Virgen a su vivienda en Murcia, situada en la Plaza Fontes, y la del Niño en casa de su madre, Rosario Córcoles Ruiz, sita en el tercer piso del nº 2 de la calle Trapería, envueltas ambas imágenes en un colchón, atado con cuerdas, para lo que utilizó el vehículo del entonces alcalde de Murcia, el socialista Fernando Piñuela, hermano de su esposa Aurora Piñuela.
Parte del Santuario, incluido el camarín en el que debía estar la imagen de la Virgen, fue pasto finalmente de las llamas.
Durante los duros años de la guerra, la imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta siguió escondida y custodiada por Fernando Monerri. El 29 de marzo de 1939, dos días antes de la conclusión de la contienda civil, entraron en la ciudad de Murcia las tropas franquistas. Fernando Monerri, acompañado de su primo hermano Antonio Córcoles, fue a comunicar al entonces Gobernador Civil, Carmelo Monzón Massó, que las imágenes de la Patrona, la Virgen de la Fuensanta y del Niño, lejos de haber desaparecido o de haber sido quemadas en la contienda, pasaron los años de la guerra custodiadas por él y por su madre.
Ante tan alegre e insospechada noticia, se sacaron en procesión por la ciudad, trasladándola al Gobierno Civil (sito entonces en el Palacio Almodóvar), al estar la Santa Iglesia Catedral cerrada, para alegría, emoción y regocijo de una multitud de murcianos devotos de su patrona, enterados de la noticia por la información que Eugenio Úbeda trasmitió por la radio.
Fue entonces cuando el obispo D. Miguel de los Santos Díaz y Gómara encomendó que Fernando Monerri, y en lo sucesivo, su familia, custodiaran y se responsabilizaran de las imágenes de la Virgen de la Fuensanta y del Niño en todos los traslados que se realizaran de ambas imágenes de por vida, nombrándolo cabo de andas y a su hermano punta de vara del trono de Nuestra Señora de la Fuensanta a perpetuidad.
El santuario de la Virgen de la Fuensanta se encuentra situado en la pedanía de Algezares en Murcia (Región de Murcia, España); se comenzó a construir en 1694 sobre los restos de una antigua ermita medieval. En este santuario se aloja la imagen de la Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad de Murcia y su huerta. Para las fiestas de la ciudad (septiembre y primavera) la imagen es trasladada a la Catedral de Murcia, originando romerías, de las cuales la romería más importante es la de vuelta al santuario tras la Feria de septiembre.
La devoción del pueblo murciano por la Virgen de la Fuensanta es muy antigua, surgiendo a partir de la aparición de la Virgen en el monte conocido como El Hondoyuelo. Cuenta la leyenda que en esta sierra, situada a unos 5 kilómetros de la capital y ya considerada como enclave sagrado por las primeras civilizaciones que habitaron la zona, María había hecho brotar la "fuente santa" que dio nombre a la advocación. El pequeño manantial aún hoy riega aquel paraje y desde el siglo XV consta la existencia de una ermita en honor a la Virgen coronando el lugar.
La historia de cómo la Fuensanta ha pasado a convertirse en una de las más importantes devociones del Levante español comienza el 17 de enero de 1694. En esa fecha, tras una larga sequía que azotaba toda la zona, se acuerda bajar la imagen de la Virgen por primera vez hasta Murcia, por el camino de Algezares hasta el convento de Capuchinos. Con aquella romería se imploraba la lluvia necesaria para los cultivos, relatando las crónicas de la época que, al finalizar la rogativa, llovió copiosamente e incluso llegó a nevar. Por entonces se tenía como patrona de la ciudad a Santa María de la Arrixaca, venerada desde la Reconquista en la iglesia conventual de los Agustinos. Pero el milagro del agua se repitió en las sucesivas romerías y la Virgen de la Fuensanta rivalizó pronto en popularidad con la Arrixaca, llegando a ser nombrada como nueva patrona de la Ciudad y su Huerta en 1731.
Muchos milagros han sido atribuidos a su intercesión desde entonces y no todos relacionados con la lluvia, con lo que la devoción ha venido creciendo hasta nuestros días. El 27 de mayo de 1808 le fue otorgado el rango militar de "Generala del Reino" a raíz de la invasión napoleónica, apelativo con el que muchas veces se refieren a ella sus fieles.
El 24 de abril de 1927 se produjo su Coronación Canónica, realizada con gran solemnidad en el Puente de los Peligros ante una enfervorizada muchedumbre. También ha recibido la Medalla de Oro por parte de diversos estamentos y asociaciones tanto de la capital como de la Región, entre ellas las de la Ciudad de Murcia y la del Cabildo Superior de Cofradías.
La Guerra Civil
En el año 1936, siendo obispo de la Diócesis de Cartagena D. Miguel de los Santos Díaz y Gómara, desatada la Guerra Civil española, Murcia quedó en el “bando” republicano. En esa oscura etapa de la historia de España, en las zonas de dominación republicana, se generaron reacciones populares espontáneas contra la Iglesia (reforzadas tras el apoyo de esta al bando sublevado), que llevó a la quema de templos e imágenes principalmente, así como en algunos casos la persecución, tortura y asesinato de sacerdotes, religiosas, religiosos y seglares, al margen de las instituciones republicanas.
Tras un primer asalto al Santuario, que no supuso la destrucción de la imagen, el día 2 de agosto, Fernando Monerri Córcoles, acompañado de Antonio Córcoles Romero, fueron a cerciorarse de la veracidad de la noticia, preguntando a Eugenio Úbeda Romero, entonces director de la Escuela Normal de Murcia, y que se encontraba en la Fuensanta, manifestándole este que la Virgen no había sido destruida pero que corría serio peligro.
La Virgen y el Niño, para esa fecha, ya no se encontraban en el Santuario, si no que estaban en la casa que los canónigos tenían en la primera planta del edificio contiguo al Santuario. Ante la manifestación de Eugenio, Fernando Monerri rescató las imágenes de la Virgen y del Niño, bajando a la Virgen a su vivienda en Murcia, situada en la Plaza Fontes, y la del Niño en casa de su madre, Rosario Córcoles Ruiz, sita en el tercer piso del nº 2 de la calle Trapería, envueltas ambas imágenes en un colchón, atado con cuerdas, para lo que utilizó el vehículo del entonces alcalde de Murcia, el socialista Fernando Piñuela, hermano de su esposa Aurora Piñuela.
Parte del Santuario, incluido el camarín en el que debía estar la imagen de la Virgen, fue pasto finalmente de las llamas.
Durante los duros años de la guerra, la imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta siguió escondida y custodiada por Fernando Monerri. El 29 de marzo de 1939, dos días antes de la conclusión de la contienda civil, entraron en la ciudad de Murcia las tropas franquistas. Fernando Monerri, acompañado de su primo hermano Antonio Córcoles, fue a comunicar al entonces Gobernador Civil, Carmelo Monzón Massó, que las imágenes de la Patrona, la Virgen de la Fuensanta y del Niño, lejos de haber desaparecido o de haber sido quemadas en la contienda, pasaron los años de la guerra custodiadas por él y por su madre.
Ante tan alegre e insospechada noticia, se sacaron en procesión por la ciudad, trasladándola al Gobierno Civil (sito entonces en el Palacio Almodóvar), al estar la Santa Iglesia Catedral cerrada, para alegría, emoción y regocijo de una multitud de murcianos devotos de su patrona, enterados de la noticia por la información que Eugenio Úbeda trasmitió por la radio.
Fue entonces cuando el obispo D. Miguel de los Santos Díaz y Gómara encomendó que Fernando Monerri, y en lo sucesivo, su familia, custodiaran y se responsabilizaran de las imágenes de la Virgen de la Fuensanta y del Niño en todos los traslados que se realizaran de ambas imágenes de por vida, nombrándolo cabo de andas y a su hermano punta de vara del trono de Nuestra Señora de la Fuensanta a perpetuidad.
Waypoints
Comments (2)
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Ruta difícil pero muy interesante
Gracias Esperanza