Recorrido por el río Chícamo hasta su nacimiento

En abril de 2015 realicé con el Grupo Domingo Montañero, la ruta “Río Chícamo en primavera”, que organizada por Juanjo Ros, partía de Macisvenda y tras pasar por el Centro Mahasandhi y El Tollé, entraba en el río Chicamo siguiendo su curso por La Umbría y regreso a Macisvenda.

Los datos concretos de esta ruta los tienes en:
https://www.wikiloc.com/hiking-trails/rio-chicamo-en-primavera-9354520
Fueron 11,97 kms, con 170 metros de desnivel y 3 h 28 minutos.

En esta ocasión pretendo hacer una ruta más directa hacia el “corazón del río”, caminando todo lo posible por su lecho hasta llegar al nacimiento, para lo que será necesario ir equipado de bañador y escarpines.

El entorno a recorrer es conocido desde antiguo como “la Palestina murciana”, por su combinación de extensas zonas áridas y pequeños e intensos oasis junto al río Chícamo, que nace bajo la cara sur de la Sierra del Cantón, a 320 metros de altitud, flanqueado en su margen izquierda por la Sierra de Abanilla, presidida por los picos Agudo, Cueva Negra y Zulum. Discurre siempre encajonado, pero muy especialmente en el Desfiladero del Cajer, formado por conglomerados calcáreos, que ya fueron utilizados por los árabes para el regadío, construyendo canales colgantes tallados sobre la misma roca.

A los 10 kms de su nacimiento, el Chícamo pasa por La Hurta y Mahoya, regando una tierra rica para frutales. Aún continúa otros 20 kms de cauce agonizante, perdido por la huerta del Bajo Segura tras la Sierra de Orihuela, donde pasa a denominarse Rambla de Abanilla. Antiguamente desembocaba en el Segura, entre Redován y Orihuela.

La ruta comienza junto a las Casas Antiguas de Chícamo. Descendemos hacia el Molino, ahora parcialmente reconstruido, y pronto encontramos las balsas donde puede verse el pequeño FARTET, pez endémico del Sureste peninsular, en grave peligro de extinción. No es fácil de ver y menos de fotografiar, por los reflejos y contrates de la luz solar en el agua. Supongo que al atardecer será más fácil.

Preferimos comenzar por el tramo más empinado a primera hora y regresar siguiendo el curso del río. El calor de junio es un factor determinante. Lo primero que hacemos es bordear una cantera que parece estar de nuevo en explotación, por la que no podemos pasar, lo que obliga a realizar un pequeño tramo campo a través. Pronto se localiza la senda y la ruta no es difícil de seguir.

El primer tramo del río, está presidido por grandes cañaverales, palmeras de rambla (especie endémica de la Península Ibérica), adelfas y tarayales termófilos. Se hace con comodidad y una vez en el Desfiladero del Cajer, me coloco bañador y escarpines para ir caminando por el propio curso del río. Una auténtica gozada.

Superado el desfiladero, el valle se hace mas amplio y el río se estrecha con mucha vegetación en los bordes. En ese momento vuelvo a las botas de montaña y continúo hasta pasar por el Antiguo Molino, donde me desvío a la derecha siguiendo el margen derecho del río. La espesura del cañaveral va a más y el paso se complica, pero sin graves problemas se llega al punto donde brota el Chícamo.

Me gustó localizarlo y comprobar una vez mas, como la vida surge cuando menos lo esperas, en el lugar más injustificado.