Recorrido circular por la cuenca del río Guadaiza desde el puerto del Alisal (w/ English versión)

Dejamos el vehículo en el puerto del Alisal, justo enfrente de la lujosa urbanización de la Zagaleta. El puerto cuenta con una amplia explanada idónea para aparcar. Tomamos el carril que conduce al Daidín, que está cortado al tráfico rodado por una verja. En 2 km, lo dejamos para coger otro carril más estrecho que sale a la izquierda, en subida. Este carril está también cortado por una valla que no está cerrada con candado. Así que se puede pasar. El carril es muy bonito y agradable de transitar, con árboles a ambos lados tan grandes que proyectan su sombra sobre todo el ancho del mismo. Vamos transitando por la sierra de las Apretaderas, compuesta de rocas peridotitas y coronoda por el pico Encinetas, que tuvimos el placer de hollar hace unos años. Poco a poco, los pinos de pino pinaster van dando paso a una vegetación arbórea más variada, y empiezan a aparecer alcornocales, algunos de gran porte, y quejidos, entre otras muchas especies. Esta será una seña de identidad de toda esta ruta tan frondosa y arbolada. A los 3 km, el carril se interrumpe en una zona donde ha habido un desprendimiento y donde hay que extremar las precauciones para atravesarla. A partir de este punto, se atraviesa un tramo de kilómetro y medio incómodo de transitar porque la vegetación de matorral ha invadido el camino. Pasado el mismo, tomamos un senderos más estrechos y más empinado que nos va a llevar al punto más alto de toda la ruta de hoy. Desde dicho punto, en un descenso bastante pronunciado por la cañada de la Cuerna, llegamos al Daidín.
El Daidín es un sitio con un encanto innegable. Se trata de un claro en el bosque donde hubo una alquería musulmana en los tiempos de Al-Andalus que llegó a albergar a más de 100 personas que vivían de lo que el monte les proporcionaba y que estuvo activa hasta 1492, año en que la zona fue conquistada por las tropas cristianas del Conde Cifuentes. Hoy día, toda la zona forma parte del espacio de la Red Natura 2000 “Zona Especial de Conservación sierra Bermeja y Real".
A partir del Daidín, retomamos de nuevo el carril con el que iniciamos la ruta, que nos va a conducir en descenso hasta el mismo cauce del río Guadaiza. Se vadea el cauce por unas piedras que posibilitan hacerlo sin mojarse, siempre que el río no venga muy crecido, y el carril continua en la otra vertiente, ahora en subida, paralelo al río. En pocos metros, el carril experimenta un giro de 45º para cambiar totalmente de dirección y recorrer toda la ladera opuesta por la sierra de las Apretaderas.
Tras varios kilómetros de subidas y bajadas, disfrutando, siempre, de un bonito paisaje y de unos atractivos bosques de árboles de gran porte, volvemos de nuevo al cauce del río Guadaiza en el paraje conocido como “las Máquinas”, donde hay un antiguo gran caserío abandonado, varias albercas y bancales plantados con árboles frutales (naranjos, mayormente). Al parecer, se trata de los restos de las instalaciones una antigua explotación minera de platino, de principios del siglo pasado. Vadeamos de nuevo el río, igualmente por piedras que evitan que nos tengamos que mojar o descalzar, e iniciamos la subida que, combinando carriles y senderos, nos conducirá al punto de partida. Este recorrido final puede utilizarse, igualmente, para conectar con la pantaneta existente en el tramo medio del río Guadaiza, tomando, para ello, uno de los carriles que sale, a la izquierda, en bajada.
La ruta es larga, pero muy entretenida y de gran interés ambiental. Si estás acostumbrado a andar, no se te hará pesada, pero, en caso contrario, puede ser un tanto agotadora.

English version:
We left the vehicle at the port of Alisal, right in front of the luxurious urbanization of La Zagaleta. The port has a large esplanade ideal for parking. We take the lane that leads to the Daidín, which is blocked from road traffic by a fence. In 2 km, we leave it to take another narrower lane that goes out to the left, uphill. This lane is also cut by a fence that is not locked. So it can happen. The lane is very beautiful and pleasant to travel, with trees on both sides so large that they cast their shadow over the entire width of it. We are traveling through the Sierra de las Apretaderas, composed of peridotitas rocks and crowned by the Encinetas peak, which we had the pleasure of tread a few years ago. Little by little, pinaster pines are giving way to a more varied tree vegetation, and cork oaks begin to appear, some large, and moans, among many other species. This will be a hallmark of this whole leafy and wooded route. At 3 km, the lane is interrupted in an area where there has been a detachment and where you have to take extreme precautions to cross it. From this point, you cross a section of a kilometer and a half uncomfortable to travel because the scrub vegetation has invaded the road. After the same, we take a narrower and steeper path that will take us to the highest point of today's entire route. From that point, in a fairly pronounced descent through the Cañda de la Cuerna, we reach the Daidín.

The Daidín is a place with an undeniable charm. It is a clearing in the forest where there was a Muslim slug in the time of Al-Andalus that came to house more than 100 people who lived on what the mountain provided them and that was active until 1492, the year in which the area was conquered by the Christian troops of Count Cifuentes. Today, the entire area is part of the space of the Natura 2000 Network "Special Conservation Area Sierra Bermeja y Real".

From the Daidín, we resume again the lane with which we start the route, which will lead us downhill to the very bed of the Guadaiza River. The bed is vading through some stones that make it possible to do it without getting wet, as long as the river does not come very grown, and the lane continues on the other slope, now on the rise, parallel to the river. In a few meters, the lane undergoes a turn of 45º to completely change direction and travel the entire opposite slope through the Sierra de las Apretaderas.

After several kilometers of ups and downs, always enjoying a beautiful landscape and attractive forests of large trees, we return again to the bed of the Guadaiza River in the place known as "las Máquinas", where there is an old large abandoned farmhouse, several pools and terraces planted with fruit trees (orange trees, mostly). Apparently, it is the remains of the facilities of an old platinum mining exploitation, from the beginning of the last century. We wade the river again, also by stones that prevent us from having to get wet or barefoot, and we start the ascent that, combining lanes and trails, will lead us to the starting point. This final route can also be used to connect with the existing pantaneta in the middle section of the Guadaiza River, taking, for this, one of the lanes that leaves, on the left, downhill.

The route is long, but very entertaining and of great environmental interest. If you're used to walking, it won't be heavy for you, but otherwise, it can be a bit exhausting.