REBANAL DE LAS LLANTAS-CAMINO A LA FUENTE DESHONDONADA-HAYEDO LOS CAUCINOS-CAMINO DEL POZUCO-EL VALLEJO-FUENTES CARRIONAS

Marcha realizada el sábado 13 de octubre de 2018
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
El pequeño pueblo de Rebanal de las Llantas se encuentra en uno de los enclaves más apartados y bonitos del parque natural de Fuentes Carrionas y Fuente del Cobre. Hasta él se llega, tras haber dejado atrás el pueblo de Ruesga y haber bordeado a lo largo todo el embalse del mismo nombre, tras haber pasado por los pueblos de Ventanilla y San Martín de los Herreros. Nos encontramos en un entorno privilegiado donde la belleza de una montaña palentina con una marcada orografía se ve complementada por una flora de lo más variada, que acoge a un repertorio de árboles que muchos otros sitios no se dan en tan perfecta armonía: hayas, robles, encinas, quejigos, mostajos, majuelos, endrinos, etc.; y en el que no es de extrañar el que tanto aves como mamíferos, entre ellos el oso pardo y el lobo, se encuentren a sus anchas.

Nosotros hemos iniciado la caminata, unos cuatrocientos metros antes de llegar al pueblo, saliendo desde una explanada a la izquierda de la carretera, justo en la confluencia del arroyo Rebanal y el río Rivera, el mismo que ayer nos dio problemas para poderlo vadear a la altura de Cervera de Pisuerga. Rápidamente pasamos por una cerca metálica, que evita que el ganado vacuno salga de su terreno, y continuamos por unos prados hasta que poco antes del kilómetros cruzamos por un puente de madera al otro lado de la vaguada y del arroyo que hemos traído por nuestra izquierda. La Fuente Deshondonada se queda a la derecha, pero nosotros queremos continuar hasta llegar a la altura del hayedo, por el que subiremos hasta la pista alta. Cuando llegamos hasta la linde sur del hayedo ya llevamos un kilómetro y medio desde el inicio.

Aunque la subida por este bonito hayedo tan sólo supone poco más de un kilómetro y poco, sin embargo se salvan doscientos cincuenta metros de desnivel, que en su mayor parte se producen en su tramo final, y sobre todo a partir de un poco antes de la curiosa roca con musgo que se marca con el waypoint correspondiente.

Sabemos que estamos muy cerca de la senda/pista que hay en la parte más alta del hayedo, y que viene desde el pueblo ya citado de San Martín de los Herreros; aunque nosotros cuando salgamos a la misma, tenemos pensado coger la dirección contraria, lo que nos permitirá bajar hasta Rebanal.

Llevamos tan sólo un cuarto de kilómetro y el hayedo se va quedando atrás, para dar paso a una zona despejada con un mirador que no nos esperábamos, por las vistas que nos ofrece. Y es que si por la derecha se empieza a ver la hondonada en la que se encontraba la Fuente Deshondonada, por la izquierda también se puede ver el pico Rebanal y el Alto de los Valles; mientras que de frente y hacia el norte, como a unos diez kilómetros en línea recta, también se puede ver la cuerda del Curavacas, con este en su parte superior-izquierda.

Pasamos el mirador, y llevamos medio kilómetro en el que se mantiene la cota y en el que por la derecha vemos un par de curiosas crestas rocosas, para acabar llegando a un cruce por la izquierda, que de cogerse nos llevaría hacia la fuente y el corral de la Espina, y poco más allá hasta la cueva Teresa. Nosotros seguimos de frente y ahora bajando hasta que llegamos a otro tupido hayedo, que en esta ocasión por la izquierda, nos muestra algunas hayas de buen porte y que mantienen el equilibrio sobre un profundo barranco por el que transcurre el arroyo del Valdedillo. Continuamos bajando, siempre con el hayedo a la izquierda, para completar este penúltimo tramo, que desde el citado cruce hasta el pueblo, no supone más que un par de kilómetro y cuarto.

Una vez llegamos a Rebanal, recuperamos las fuerzas en una pequeña explanada, con un par de bancos que hay junto a la casa consistorial, para retomar el camino y completar los poco más de cuatrocientos metros, que por el margen izquierdo de la carretera, nos restan hasta recuperar el coche. A destacar, que en este último tramo hasta el coche, nos llama la atención el comprobar que como en tantas otras ocasiones la carretera ocupa el trazado y el espacio de lo que según parecer es el GR 1.