Raso honguera...Torraso...Cubo...Blanquillo...Peinero

Desde la cueva del Peinero, con una temperatura inusualmente alta (8º), comenzamos ascenso por el bonito Raso de la Honguera, buscando la pista del Collado del Ojuelo por la que transitamos alrededor de un kilómetro para coger el sendero que nos subirá al Caballo Torraso. En la caseta del Torraso el viento da una sensación de mucho frío, así que toca abrigarse y nos dirigimos al vértice geodésico desde donde iniciamos descenso al collado de los Hermanillos para ascender de nuevo bordeando el Hoyacillo u ojillo de Mares por su parte sur. Ahora atacamos este cerro para coger la cuerda que vamos a mantener hasta El Cubo pasando por el Majal de la Perra. Terreno rocoso pero no demasiado incómodo que nos lleva en dirección sur hacia el Cubo viendo a nuestra derecha todo el tremendo escalón que tenemos debajo y con preciosas vistas al oeste a la Comarca de La loma, y hacia el Este a la Sierra de segura sobre la Cuerda que forman La Majada del frío y el Collado de las Rajas en dirección a Las Lagunillas. Bajo nosotros Cañada Somera…un lugar encantador que marca uno de los límites del famoso incendio citado y que afortunadamente se salvó de las llamas, una especie de pradera alta teñida de verde con pinos antiguos, sabinas, enebros…una vez en El cubo, comemos en una pequeña dolina para protegernos un poco del viento y tomamos dirección al Morro de los Cuatro Términos por Piedras Morenas donde entre los torcales observamos unos siete ejemplares de Tejo…dos de ellos de dimensiones más que considerables.
Tras bajar del Morro, transitamos por la cómoda nava bajo el Collado del Pocico en dirección a la Torquilla, el Tornajo de Pinar Negro y finalmente el último ascenso de la jornada, el Pico blanquillo, que nos ofrece unas panorámicas de auténtico lujo, ya que siempre había subido al Blanquillo teniendo el sol en una posición incómoda. Hoy, sin embargo el sol está prácticamente a nuestras espaldas lo que nos permite divisar a la perfección la Sierra de Segura y múltiples lugares de referencia como El Almorchón, Peña Amusgo, El Castellón de los Toros o las Banderillas, y también la Sierra de Cazorla. Finalmente descendemos por la escalera hacia el Peneroso y la pista de las Nogueras, donde volvemos a divisar otro gran tejo entre un bosquecillo de boj (que buen color ha cogido el boj con el año de agua aceptable que llevamos). Ahora llegamos a la cerrada del Aguascebas donde nos metemos en el cauce del río para salir más adelante al sendero que nos lleva al inicio. Espectacular, sin más, puro disfrute, pese a la exigencia de la etapa.

La dificultad estriba en un par de tramos fatigosos de caminar por el roquedo y sobre todo por la Cerrada del Aguascebas, que no es apta para todo el mundo.