Ranero (Valle de Carranza): ascensión al Picón del Carlista y recorrido por el Macizo de Ranero

Itinerario circular que pasa por la Cueva de Pozalagua, asciende al Picón del Carlista, continua cresteando por las Peñas de Carranza, pasando por el pico de Mazaredonda y continuando hasta Surbías para descender hasta Ranero, donde iniciamos este recorrido.

¡¡ATENCION!!: antes de iniciar la descripción de esta ruta quiero advertir que la mayor parte de su trayecto transcurre por terreno kárstico, de lapiaz, muy irregular y que hay que recorrer con paciencia y con atención a donde se pone el pie. Esto puede convertirlo en incómodo para muchas personas, y es lento, pero no es especialmente dificultoso.

DESCRIPCIÓN DE NUESTRA CAMINATA: iniciamos este ruta circular por las peñas de Carranza, que están ubicadas en una parte del Parque Natural de Armañón, en el pueblo de Ranero. Desde el que nos dirigimos a la cueva de Pozalagua por su carretera de acceso. Es una interesante visita, famosa por sus estalactitas excéntricas y muy frecuentada. Enfrente de la gruta se eleva, tallado en la antigua cantera de dolomía, el anfiteatro de Pozalagua.

Después de pasar un buen rato por este entorno iniciamos la ascensión al Picón del Carlista o Peña Ranero por un sendero bastante empinado e irregular, que sale a la izquierda de la entrada a la cueva. Hay indicaciones de la ruta, pero han desaparecido muchas de ellas y conviene ayudarse de Wikiloc, GPS, etc.

Coronamos la cumbre del Picón del Carlista, máxima altura de este entorno: 727 m. Hay marcas de círculos rojos que indican el sendero, a veces no es fácil verlos, pero con paciencia se encuentra el lugar por el que avanzar.

Retomamos el camino después de bajar del Picón hasta llegar a las inmediaciones de otra cumbre secundaria de este macizo, la de Mazaredonda de 673 m. Después de coronarla, bajamos para retomar de nuevo el camino y lo hacemos campo a través por donde nos resulta más cómodo. Y llegamos a la zona de Surbías donde hay indicación de un túmulo y, un poco más adelante, otra cumbre secundaria.

E iniciamos el descenso a Ranero, por un sendero, que cuando ha llovido abundantemente, debe ser un auténtico barrizal. Nosotros encontramos el barro duro y muy irregular, incómodo de transitar, hasta llegar a un camino carretero que transcurre por un túnel verde de castaños y que desemboca en el pueblo.

En conclusión, es una ruta muy interesante, con maravillosas vistas, en una zona muy escarpada y montañosa. Y nosotros la disfrutamos a pesar de ser un día un poco gris, caluroso y tener que caminar por este terreno de cierta incomodidad.