Ramblas de Sangonera y del Pocico-Calzada Romana-Cordel de los Valencianos. Circular desde Sangonera.

NOTA IMPORTANTE: LA DIFICULTAD CON LA QUE CATALOGO MIS RUTAS ESTÁ REFERIDA PARA MONTAÑEROS HABITUADOS A CAMINAR, QUE SE DESENVUELVEN CON SOLTURA POR TODOS LOS TERRENOS, NO PARA SENDERISTAS OCASIONALES. SI TIENES POCA EXPERIENCIA, AÑÁDELE UN GRADO MÁS A LA DIFICULTAD DE MIS RUTAS PARA NO LLEVARTE SORPRESAS.

Sencilla y corta ruta, ideal para realizar en familia o como fue mi caso, para cuando uno está convaleciente por diversos motivos. Combino la archiconocida ruta por el interior de la Rambla de Sangonera, con sus famosas tallas tan peculiares (sobre todo las del Minotauro y la del Cristo Crucificado), para después continuar desviándonos por la cabecera de la Rambla del Pocico y finalizar desviándonos por la conocida como Calzada Romana, que posiblemente no lo sea, pero que en cualquier caso es una interesante calzada que conserva algún buen tramo de obra y sobre todo varios tramos con rodaduras. Esta parte se interna en la Finca Privada de las Llanas, si bien es una zona muy frecuentada por andarines y bicicleteros y con multitud de caminos, así que no parece que haya ningún problema en atravesar la zona por donde nosotros lo hicimos. El regreso lo hacemos saliendo a unas amplias llanuras a pie de monte con monocultivos de cítricos, por el conocido como Cordel de los Valencianos, sin duda la zona menos atractiva para caminar.
Es una sencillísima excursión para la que usamos como punto de partida la Ermita Nueva de la Cruz, en lo alto de Sangonera la Seca, justo al pie de la Rambla de Sangonera por la que más tarde nos internaremos. Esta rambla es muy cómoda y agradable de recorrer, ya que no ofrece ningún obstáculo reseñable y sus atractivas paredes nos ofrecen pliegues y formas caprichosas que deleitan nuestra vista. Hay algunas zonas con desprendimientos recientes, que no suponen ninguna dificultad pero que nos avisan de lo inestable de este terreno, sobre todo después de copiosas lluvias. Estas paredes han sido utilizadas por algunos artistas locales para tallar caprichosas esculturas, aprovechando la fácil moldeabilidad de la arenisca que las tapiza.