Ramblas de Nogalte, Pallareses, Béjar y Esparragosilla + vértice geodésico Cimbre (Puerto Lumbreras)

Ruta 8 "Entre ramblas", del coleccionable de La Opinión "VUELTA CICLOTURISTA POR VÍAS PECUARIAS", de J. F. Cerezo.

Desde Puerto Lumbreras se sube al castillo de Medina Nogalte para visitar el entorno. De nuevo bajamos para incorporarnos a la Rambla de Nogalte, que seguiremos unos cientos de metros hasta pasar bajo la autovía A-7 (a Almería). Tras ésta, salimos de la rambla a la derecha para cruzar con precaución la N-342 y seguir al frente, junto a la canalización de la Rambla de los Pallareses. Pasamos bajo otra autovía, la A-91 (a Granada), y caminamos por el cómodo lecho de la rambla ignorando los distintos caminos menores que salen a uno y otro lado.

Dejamos a la izquierda un aljibe y una especie de torre metálica que marca un pozo y continuamos por el cauce, ahora más estrecho, junto a una alambrada. No tardamos en unirnos a una pista que tomamos a la derecha, en dirección a una casa cercada y con vallas de madera, aunque no he visto caballos ni ganado dentro.

Es un tramo de asfalto que dejaremos pronto, al llegar a un cruce en Y que tomamos a la derecha, por un nuevo cauce. Las curvas y las curiosas paredes erosionadas hacen muy entretenido este corto tramo hasta que desembocamos en la Rambla de Béjar, siguiendo a la derecha.

Es una rambla amplia, y al verla tan seca parece mentira que cuando vienen tormentas acoja tanta agua y la transporte tan violentamente.

En breve llegaremos a una pequeña y característica montaña con una especie de aguja desgajada. En su cima se han hallado restos argáricos. En este punto tomamos el camino que sube a la izquierda, sobre un gran dique de la rambla. Abajo hay pozas de agua, y sobre ellas, las Peñas de Béjar ofrecen un pintoresco paisaje. Seguimos un leve y cómodo ascenso, siempre a la derecha, que no tardará en bajarnos a la Rambla de la Esparragosilla, que cogemos a la izquierda y por la que caminaremos unos cientos de metros, hasta que lleguemos a una finca a la derecha. A continuación, en la bifurcación seguimos a la derecha. Hemos llegado a la Ermita del Niño, y un grupo de perros nos recibirán con estruendo, pero ya se sabe, "perro ladrador…" Y es que en realidad han sido bastante simpáticos.

Poco más adelante me he desviado de la ruta para subir al vértice geodésico Cimbre, por un terreno escarpado y con bastante piedra suelta, de los que hay que bajar con cuidado para no dar una culada.

De vuelta a la ruta queda lo menos bonito: llegar a la vía de servicio junto a la autovía, que acompañamos unos cientos de metros hasta cruzarla por un paso inferior a izquierda y llegar a la N-340. Desde aquí, un par de kilómetros por carril bici y acera para llegar a Puerto Lumbreras y finalizar una ruta muy interesante por este laberinto de ramblas.