Rambla de Talón. Anthercas

Descripción del track para el camino de vuelta por la rambla: Desde el cruce pistas en el Cordal de Los Valencianos, con vistas al Campus de Espinardo, la urbanización Agridulce y los Cabezos Blanco y del Calvario, descendemos por la senda de la ida al inicio de la incipiente rambla.
Asustamos a un conejo que sale espantado de una de las muchas madrigueras, una culebra negruzca (de un metro como mínimo) se esconde en los intersticios de un pequeño roquedo. Poco más adelante asustamos a una paloma y dos perdices que emprenden el vuelo… no estamos solos también están multitud de plantas: La lechetierna o rechiruela, al cortar un tallo mana una sustancia parecida al látex. La Candilera, mechera, también conocida como oreja de liebre se usaba como yesca. A la Mata Turmera le gustan los tomillares, no confundir con el jaguarzo (romero macho) sus flores caen al tocarlas. Pasamos junto a una raíz camuflada junto a la roca y atravesamos un tramo de pequeña dificultad. A la Pegalosa -trepadora- le gustan los matorrales densos y húmedos.
Paso obstruido por caídas de pinos que pronto nos hacen retornar al cauce. Solo vi un joven gandul en todo el recorrido que aún no había echado flores: Separando la flor (trompetilla amarilla) y apretando en la base, expulsa una gota de líquido azucarado bebible parecido a la miel. Sus hojas se usan para tratar problemas de piel. Le gustan las depresiones con algo de humedad. Y en un rinconcito descubro la Mata Quijalera.
Sobrepasamos un pino enfermo. Se estrecha la rambla. Aparece una solitaria cerraja, cerrajón, linzón y también conocida como ensalá, ya que se usaba como verdura sus hojas tiernas.
Los tramos que muestran erosiones son frecuentes. Ya en mal estado aparecen algunas cebollanas, gamón, tapaculos... un sorprendente y tempranero almendro en flor.
Pasamos una escombrera y ya se sabe, cuanto más feo es el terreno aparecen las plantas con sus flores más bellas. …los Murajes. A la Ortiga Marrachincha le encantan las escombreras. Terminamos después de una hora entretenidos y maravillados por la riqueza botánica que encierra.