419. QEPARO (ALBANIA). PLAYAS Y BUNKERES.

Durante muchos años Albania ha sido una excepción en Europa. El dictador Enver Hoxha lo rigió desde 1941 hasta su muerte en 1985. Aisló al país y lo enfrentó con casi el resto del mundo, implantando una férrea economía comunista. En la actualidad Albania abraza abiertamente el capitalismo, incluso con la furia del converso.
Recientemente ha encontrado el filón del turismo al que se ha lanzado de lleno. Urbanizaciones y playas atestadas florecen en lo que se ha llamado la “Riviera albanesa”, con una absoluta falta de planificación urbanística que convierte las carreteras y calles en un atasco continuo. Si alguien pretende encontrar lugares en estado salvaje, paisajes inalterados e idílicos, este no es su sitio. Bueno, quizá incluso no existan ya en el mundo. Sin embargo, y tras haber recorrido algunas de las que las páginas web, denominan “las 10 mejores playas”, encontramos nuestro paraíso particular en Qeparo.
Una larga playa, con un buen paseo marítimo, aguas azules, y turismo tranquilo. La mayor parte del pueblo se encuentra en una ladera, por lo que desde muchas de sus casas se extiende una amplia superficie de azul.
El paseo que hoy relatamos recorre esta zona y nos permite ver otra de las singularidades de este país: los búnkeres. En Albania hay más de 173 000 búnkeres, levantados entre los años sesenta y principios de los ochenta. El paranoico Hoxha creía que varios países entre ellos Grecia, Yugoslavia y sus antiguos aliados soviéticos, querían invadir Albania.
La construcción de estos búnkeres aisló y empobreció al país aún más. Jamás fueron utilizados, ni siquiera hay certeza de que hubiera riesgo alguno de una invasión. Estos búnkeres entre capacidad para dos personas y grandes túneles están dispersos por todo el país.
Nuestro recorrido pasa de las largas playas de Qeparo, hasta dar vista a Palermo playa, pasando por algunos de los búnkeres. Alcanzamos un cerro desde donde se divisa un amplio panorama. En el camino pasamos por un pequeño bunker, del que no alcanzamos a conocer la utilidad. Difícilmente con este bunker y algunos parecidos pueda oponerse una resistencia real. Más adelante visitamos otro bunker y embarcadero Más adelante, no en la ruta, nos encontraríamos incluso con un bunker para submarinos.
En resumen, Qeparo un lugar tranquilo, playas de agua azul, y unos búnkeres de otro tiempo.
English versión:
For many years Albania has been an exception in Europe. The dictator Enver Hoxha ruled it from 1941 until his death in 1985. He isolated the country and pitted it against almost the rest of the world, establishing a strong communist economy. Today Albania openly embraces capitalism, even with the fury of the convert.
It has recently found the vein of tourism to which it has been fully launched. Crowded housing estates and beaches flourish in what has been called the 'Albanian Riviera', with a complete lack of urban planning turning roads and streets into a continuous gridlock. If someone wants to find places in the wild, unaltered and idyllic landscapes, this is not your place. Well, maybe they don't even exist in the world anymore. However, after visiting some of what web pages call "the 10 best beaches", we found our particular paradise in Qeparo.
A long beach, with a good promenade, blue waters, and calm tourism. Most of the town is on a hillside, so a wide area of blue extends from many of its houses.
The walk that we are reporting today runs through this area and allows us to see another of the singularities of this country: the bunkers. There are more than 173,000 bunkers in Albania, built between the 1960s and the early 1980s. The paranoid Hoxha believed that several countries, including Greece, Yugoslavia, and their former Soviet allies, wanted to invade Albania.
The construction of these bunkers isolated and impoverished the country even more. They were never used, it is not even certain that there was any risk of an invasion. These bunkers between capacity for two people and large tunnels are scattered throughout the country.
Our tour goes from the long beaches of Qeparo, to give a view of Palermo beach, passing through some of the bunkers. We reach a hill from where a wide panorama can be seen. On the way we passed a small bunker, whose usefulness we did not get to know. Hardly with this bunker and some similar ones, a real resistance can be opposed. Further on we visit another bunker and jetty Further on, not on the route, we would even come across a bunker for submarines.
In summary, Qeparo is a quiet place, blue water beaches, and some bunkers from another time.