Pujayo al pico Obios

La ruta se inicia en Pujayo, que en 2020 fue elegido Pueblo de Cantabria. Pequeña y preciosa localidad con estrechas y enrevesadas callejuelas, debemos dejar el coche con precaución para no molestar.
Comenzaremos a caminar hacia la parte alta del pueblo (noroeste). A media que dejamos atrás las últimas casas, las calles asfaltadas darán paso a una pista primero hormigonada y después de piedras sueltas relativamente cómoda.
Aproximadamente a 1,3 kilómetros de iniciar la ruta llegamos a una bifurcación. La pista de la izquierda se dirige al hayedo Talamero. La dejamos para otra ocasión. Esta vez, continuaremos ascendiendo por la de la derecha.
La pista continúa ascendiendo sin descanso (en total salvaremos 800 metros de desnivel). A mitad de camino, tuvimos la suerte de ver un grupo de 8 o 10 corzos que se movían alegremente entre los escajos.
Cuando llegamos a un abrevadero, habremos superado la última curva del interminable zigzag que hemos realizado. A los 5,5 km estaremos en el collado. Encontramos una nueva bifurcación. La de la derecha nos llevaría hacia el pico Navajos. Nosotros continuamos ascendiendo por la de la izquierda 700 metros más.
En ese punto nos salimos de la pista hacia la izquierda para coger un sendero herbáceo que se aproxima al pico por su flanco este. Los últimos metros los hacemos campo a través por pastos sin ninguna dificultad. En este tramo tenemos bonitas vistas a los hayedos de Pujayo y Montabliz, al gran viaducto, al pico Jano y Mediajo Frío…
Tras pasar junto al vértice geodésico, nos dirigimos hacia el oeste hasta que enlazamos con una pista de acceso que conecta con la principal. En esta pista principal tenemos una nueva bifurcación. Hacia la izquierda (noroeste) iríamos hacia Bárcena Mayor y la ermita del Moral. Nosotros cogemos el ramal hacia el este y pasamos junto al refugio de Obios. Seguimos por la pista hasta que llegamos al punto en el que anteriormente la habíamos dejado para coger el sendero herbáceo y volvemos a Pujayo por el mismo itinerario, aunque ahora, cuesta abajo mucho más cómodamente.