Premià Mar Estació-Casa dels Reis-Torre D'En Baldiri-Ermita Sant Mateu-Castell Vilassar Dalt-Vilassar Mar Estació

En esta ruta que discurre entre las estaciones de Premià y Vilassar, se combinan tramos de asfalto, tramos de pista, senderos poco definidos y paso por rieras. No es recomendable realizarla en caso de lluvia por el peligro de resbalones y riadas. Se puede diseñar un recorrido semejante pasando sólo por pistas y zonas urbanizadas. Nosotros aprovechando la bonanza nos acercamos al Maresme, una estupenda combinación de paisaje urbano, mar y montaña. La zona alta de estas poblaciones, de Dalt, nos ofrece una mirada diferente tanto de las edificaciones, mas parecidas a modernas masías que a casas pareadas, y fantásticas panorámicas del litoral, desde la verde y relativamente elevada atalaya de la serralada. Iniciamos el camino en la Estació de Rodalies de Premià de Mar recorriendo unos 3'5 km de zona urbana hasta salir de Premià de Dalt, donde casi enseguida buscamos la Casa dels Reis, antiguo pabellón de caza, que debe su nombre a la tradición de organizar una subida con los niños el día de reyes entre canciones, juegos, algarabía y alboroto. Aprovechamos el pequeño muro para sentarnos a reponer fuerzas y admirar las primeras vistas del litoral iluminado por el despuntante sol. Embobados y maravillados todavía del juego de luces y sombras que provocan los rayos de sol jugeteando con el mar y las nubes, procuramos orientarnos, a ratos por instinto, entre el laberinto de senderos que dificultan seguir el track fielmente hacia la Torre D'en Baldiri, moderna torre de guaita desde donde vigilar, no las incursiones enemigas como antaño, sino los peligrosos fuegos que pueden arrasar el entorno. De nuevo embobados, señalamos en la distancia los puntos de interés que conocemos y admiramos las diferencias cromáticas que forman en el mar las corrientes. Un grupo de niños nos adelanta entre risas y carreras al llegar a la Ermita de Sant Mateu, donde la soberbia estampa de caballos y asnos de la hípica complementa el conjunto formado por la masía, la ermita y el bar. Mas adelante empequeñecidos por su tamaño y su longevidad , abrazamos la Surera de la Molinera y el Pí de la Creu de Can Boquet, esperando que su ejemplo, fuerza y enegía nos invada y guíe para permitirnos vivir más jornadas inolvidables . El paso por el Castell de Vilassar, ahora dedicado a eventos privados , en el casco urbano de Vilassar de Dalt, nos anima a continuar la aventura y eligiendo evitar el tráfico, abandonamos el track improvisando el paso por las rieras. Nos impacta el paso bajo la autopista por su escasa altura, donde a pesar de no ser de elevada estatura, tenemos que encorvarnos un poco para enfilar la riera. Cañaverales y lodo acaban por dificultar el paso y optamos por hacer un transvase, cual aguas de arroyo fluyendo hacia el mar, hacia otra riera también generosa en cañas y barro que nos transporta hasta la dudosa seguridad, por el ruido y el tráfico, del asfalto y las calles de Vilassar de Mar.