PRC-BU 124. Senda del Cura Merino. Monte El Risco. Moral de Villoviado y Jerbo Grande, árboles singulares. Desde Villoviado.

Circular con salida desde la cuna del pionero de las guerrillas, el Cura Merino.
Fue un gran activo contra la invasión francesa de España a principios del siglo XIX.
Este poblado llamado Villoviado es pedanía de Lerma y se encuentra en la ribera del río Arlanza, en un valle paralelo al río que nace en la Demanda y desemboca en Quintana del Puente fundiendo su cauce en el del río Arlanzón, cediendo su nombre a esta zona de la provincia de Burgos.

Junto a la casona donde nació este héroe nación partimos hacia el siguiente pueblo de la ruta, Rabé de los Escuderos, pero antes nos vamos a acercar a la iglesia de San Vítores para saludar a un gran moral que lleva centenares de años a la vera de este lugar religioso.
Su porte y gran tronco dejan a todo aquel que disfruta de su planta y copa entusiasmado. Sencillamente espectacular.

De Villoviado nos encaminamos hacia el Monte El Risco dirección sur entre fincas de cereal, antesala del bosque de encinas, enebros y sabinas.

Cuando llegamos a la puerta del bosque nos desviamos hacia el oeste, perimetrándolo hasta ponernos a la altura del barranco que el arroyo de la Cerradura ha creado con sus venidas de aguas.

El sendero es cómodo y muy atractivo.
Tramos de bosque de galería hacen que los pasos sean más llevaderos.

Al final de esta pequeña depresión se descubre un claro en redondo con el suelo totalmente negro.
Esto resulta ser la prueba de la existencia de la actividad del carboneo en este monte ideal para ello, pues la materia prima es abundante y cercana.

Más arriba, siguiendo la senda hacia El Risco se descubren antiguas explotaciones de cantera, con una piedra caliza como principal fuente.

El laberinto de sendas en este entorno hace que resulte divertido por dónde continuar.
Nosotros nos dirigimos hacia el punto más alto de este recorrido.
Se trata de la cima denominada La Mira.
Su significado debe estar relacionado con el sentido de Mirador.
Tiene punto geodésico y la altura de éste es muy llamativo.
La explicación se debe a la masa arbórea que lo rodea y que su sentido es la de servir de referencia en la zona.
Para ello se debe imponer sobre el resto del paisaje.

Continuamos hacia el oeste, una vez dejada esta modesta cima, y el sendero que tomamos comienza a descender hacia Rabé entre encinas y suelo lapiaz o garmas para llegar más adelante a un rincón muy misterioso.
Las minas de limonita que aparecen, con unos agujeros creados para adentrarse en el subsuelo, resultan incluso inquietantes debido al peculiar tono amarillento de un mineral que contiene hierro.
Se dejaron de explotar debido a la pobreza de hierro que contenían.

Seguimos el camino hacia Rabé de los Escuderos. Para ello salimos del Risco y descendemos hasta este poblado que también es conocido como el pueblo de los Pozos.

Visitamos la iglesia de San Mamés y la Morera que se esconde junto a la casa de concejo.

Por esa salida de Rabé tomamos el camino a Revilla Cabriada para acercarnos al Jerbo Grande, que se encuentra a la izquierda del trayecto.
Este ejemplar es el más llamativo de todos los que por aquí abundan de su especie.

Rgresamos por donde hemos venido y de nuevo en los caminos del monte dirección sur recorremos una buena tirada para llegar al pueblo de Fontioso.

Allí, en lo alto del poblado se yergue con orgullo la iglesia de Santa Columba.
Las bodegas rodean el casco urbano y las tenadas identifican el lugar como zona de pastoreo bovino.

El camino para nuestro regreso a Villoviado lo realizamos entre pequeñas isas, descubriendo la Charca de la Viña y más adelante los Corrales de Valdealejandra.
Llama la atención cómo se configuraron, unos y otros de manera contigua, adosados; pero la ruina se ha apoderado del lugar y sólo las rosas silvestres se lucen en un lugar con visos de una intensa actividad que ya ha desaparecido por desgracia.

Entre caminos de un laberíntico bosque vamos acercándonos a Villoviado.

Ruta sencilla, pero catalogada como moderada por la distancia.
Lo demás no entraña dificultad ninguna.