Prádena de Atienza - Collado del Mediodía - Peña de los Gavilanes - Sierra del Alto Rey - Río Pelagallinas
near Prádena de Atienza, Castilla-La Mancha (España)
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Itinerary description
Ruta desde Prádena de Atienza pasando por:
- Collado del Mediodía (2.3 km)
- Peña de los Rollos (3.6 km)
- Peña de los Gavilanes (3.8 km)
- Ermita Alto Rey (5.3 km)
- Río Pelagallinas y Cueva del Oso (13.5 km)
Iniciamos la ruta junto al aparcamiento que hay en el exterior de Prádena de Atienza, junto a la parada del autobús y al área recreativa del río Pelagallinas, que justo pasa por aquí.
Salimos por el camino bien delimitado y que inmediatamente nos hace tirar de piernas porque está bien empinado. En seguida dejamos el poquito asfalto del camino y entramos en camino de tierra para girar a nuestra izquierda y alcanzar el campo de futbol. (Bueno dos porterías de futbol sala en una magnifica pradera acolchada y verde y con unas espectaculares vistas a todo el cordal de la Sierra del Alto rey)
Continuamos el ascenso ahora ya por un sendero que primero entre jaras y después entre brezos y otras plantas aromáticas en algo más de 2,5 km nos deja en el collado del mediodía, ya en el cordal de la Sierra del alto rey.
Aquí arriba siempre sopla el viento y hoy en un día caluroso de primavera viene bien fresquito, por lo que es necesario echarse una manga larga y algo de braga al cuello y orejas.
De cualquiera de las maneras todo un espectáculo subir hasta aquí por las impresionantes vistas que nos ofrece en sus 360º. Estamos muy lejos de la civilización.
Comenzamos la senda por el cordal para afrontar primero por la izquierda (cara sur) La Peña de los Rollos y metros mas adelante por su derecha (cara norte) La Peña de los Gavilanes.
Llegamos entonces a un bonito collado donde decimos parar a reponer fuerzas para poco después encarar el ascenso hacia el Pico del Alto Rey, al que llegamos en algo menos de 1 Km; eso si, siempre ascendiendo.
Estamos en la cima del Alto Rey, las vistas en cada tramo son fabulosas. Desde el Alto Rey divisamos hasta el fin del Mundo: Sistema Central, Sistema Ibérico, Somosierra, Sierra de Ayllón, sierra de Pela, altos de Barahona, toda la explanada de la Alcarria; Los hermanos de Alto Rey: Ocejón y Moncayo.
Hemos hecho el techo de hoy y toca bajar ya hacía el Picoz (antigua instalación militar, abandonada), pero antes de llegar a él, a pocos metros cogemos un sendero por una acolchada alfombra verde que entre pinos nos introduce en el Barranco de la Peña del Cuervo.
Por aquí, el camino es sombrío y húmedo como consecuencia del pinar y de los flujos de agua que hay por donde mires. De hecho el camino de descenso es precisamente ocupado y diseñado por una pequeño cauce de agua que aprovecha la pendiente para descender con nosotros y abrirnos paso.
LLegamos entonces a una bonita pradera en la zona de Los Nafraes donde un encharcado campo verde nos enseña los posibles nacientes del arroyo del Barranco de la Peña del Buitre. Desde el Pioz hasta este punto hemos andado unos 1,5 Kms.
Aquí nos saluda un ancho y cómodo camino que desciende paralelo al arroyo y que en un codo nos separa de él para llevarnos a un cruce de caminos donde empezamos un pronunciado descenso por lo que parece un estrecho cortafuegos hasta encontrarnos con una bonita pradera ya junto al río Pelagallinas, donde los pinos dejan su paso a la más bonita aún vegetación de ribera: chopos, sauces, alisos. Bonito contraste de tonos y colores. Hay vacas pastando tranquilamente.
Giramos a nuestra derecha y andamos unos metros para encarar la cortita subida hasta la boca de la cueva del Oso.
Mucho cuidado con este tramo!!!!!: En esta ápoca del agua tanto los arroyos, como el río Pelagallinas bajan bastante cargados de agua y con mucho brío gracias a las copiosas lluvias y nieves del verano.
Es complicado cruzar los arroyos, que además se abren en varios brazos por lo que algunas zonas es necesario vadearlos más de una vez y también nos lo pone difícil el Río Pelagallinas.
Esta zona es poco transitada lo que hace brotar otro impedimento: la vegetación de ribera, retamas, brezos, rosales silvestres, están recuperando el terreno que los senderos alguna vez les quitaron y se convierten en un claro obstáculo para vadear los cauces.
Aún así, conseguimos vadear los arroyos para llegar hasta los hitos de subida a la Cueva del Oso, 300 m - 400 m de ligera pendiente. con cuidado porque el terreno esta lleno de pequeños piedras y huecos por debajo de un monto verde de hierba y frescor que no permite distinguir precisamente lo que hay debajo.
Disfrutamos del entorno con los buitres muy pendiente de nosotros; seguro que se preguntan que hacemos por aquí y emprendemos el descenso para encontrar por donde vadear el río Pelagallinas.
En la búsqueda de posibilidades, nos encontramos con las Pozas Negras (famosas por estos lugares). Zigzagueamos bastante buscando posibilidades porque realmente vemos trozos de senderos a nuestro lado que tienen continuidad en el lado contrario del río, pero no podemos acceder a ellos porque como digo el río baja caudaloso y las piedras dispuestas a modo de puente improvisado en algunas partes están sumergidas en el agua. Además debemos ser prudentes porque este tipo de piedra mojada, como es el caso, son auténticas pistas de hielo y resbalarse es evidente.
Analizamos varios puntos y finalmente nos decidimos por un paso estrecho donde no es posible pisar los troncos de un árbol que están horizontal sobre el río y apoyarnos con las manos en otras ramas superiores.
Vadeamos así el río Pelagallinas para subir unos metros junto a unos roquedos y enlazar con un sendero de marcas rojas y blancas, indicativas de GR, que no es otro que el de la senda oficial de la Cueva del Oso que parte de Prádena de Atienza.
Hemos solventado así la zona más compleja de la ruta. Es posible vadear los arroyos y el rio por donde lo hicimos nosotros e incluso podría haber más alternativas.
Pero nuestro consejo es no intentar acceder hasta la Cueva del Oso, en caso de que los cauces de agua bajen con brío y sean caudalosos; sino una vez se llega a la Pradera dónde estaban las vacas pastando, intenta buscar un buen paso para vadear el río Pelagallinas y coger el GR de la senda oficial de la Cueva del Oso..
Es mucho más bonito observar la Cueva del Oso desde este lado del Río Palagallinas, que no vadear y hoyarla hasta ponerse en su falda.
Fuera como fuese ya estamos en el GR que es un bonito sendero que transita a media ladera por el Barranco del Río pelagallinas y que nos deja en el pueblo tras 5 km de paseo entre jaras y monte bajo.
Río Pelagallinas -
https://www.turismocastillalamancha.es/naturaleza/reserva-fluvial-del-rio-pelagallinas-60073/descripcion/
En las turberas de este río, de aguas muy frías, crecen plantas carnívoras, las drosseras. ¡Pero calma!, sólo son mortales para los insectos. Su curioso nombre proviene del latín "pera galena" o "pela galena" (piedra blanca), en referencia a la piedra blanca que se da en la sierra del Alto Rey y que la diferencia de la pizarra negra de la zona del Ocejón. Ello es una característica que singulariza perfectamente este río de los muchos otros existentes en una zona toda de pizarra. Con el devenir de los años, el nombre fue cambiando al actual Pelagallinas.
Se puede realizar la llamada Ruta de la Cueva del Oso, camino señalizado que transcurre por sus márgenes. Hay autores que aseguran que el Cid bajó por el valle de este río en su destierro, donde quedan los restos de una casa llamada "la Casa del Moro", frente a la Cueva del Oso.
Las aguas del río cuentan con una de las pocas poblaciones de trucha genéticamente pura. Sus espectaculares turberas de origen glacial cuentan con plantas únicas, verdaderas rarezas de la región. Sus prados, cerrados por paredes típicas de la arquitectura negra, y el paisaje serrano de sus alrededores son magníficos paisajes donde pasear, disfrutar y hasta perderse. En otoño sus prados se llenan de los deliciosos boletus.
https://www.miteco.gob.es/es/agua/temas/delimitacion-y-restauracion-del-dominio-publico-hidraulico/catalogo-nacional-de-reservas-hidrologicas/informacion/tajo/rio-pelagallinas.html
La cabecera del río Pelagallinas es un ejemplo representativo de los ríos de montaña mediterránea silícea. La reserva está integrada por el cauce del arroyo de las Majadillas y el del arroyo Pelagallinas. El régimen hidrológico es pluvio-nival, permanente, sin alteración.
El curso del río, modelado sobre cuarcitas y pizarras, presenta un valle confinado en algunos tramos y un valle más amplio con una llanura de inundación estrecha y discontinua en otros. Tiene un trazado mayoritariamente sinuoso y meandriforme, a veces divagante. El caudal aumenta conforme avanza aguas abajo, pasando de ser un riachuelo a un río de cierta entidad a partir de su confluencia con el barranco de la Peña del Cuervo, que es un río caudaloso y totalmente natural, encajándose a partir de este punto en un cañón de gran pendiente.
La vegetación ribereña está representada por una aliseda hercínica y una sauceda negra continental. En las zonas altas el pinar de Pinus sylvestris ocupa las orillas junto con zarzales y espinares.
Destacan por su singularidad la zona de turberas de la parte alta por tratarse de un hábitat escaso en climas áridos, que presenta una alta biodiversidad y por lo tanto un alto valor ecológico.
Reserva fluvial del río Pelagallinas
Cueva del Oso
https://henaresaldia.com/perderse-en-la-cueva-del-oso-en-pradena-de-atienza/
La Sierra del Alto Rey, con una altitud máxima de 1.852 metros, esconde diversos rincones que merece la pena visitar y conocer. Si en el lado sur destacan los pueblos de Villares de Jadraque, Bustares y Gascueña de Bornova y algo más alejado Hiendelaencina; en el costado norte se encuentra otro pueblecito al que conviene acercarse. Se trata de Prádena de Atienza, recogido y regado por las aguas del Pelagallinas. Se trata de un pueblo con casas construidas en piedra de pizarra, a semejanza de la tradicional Arquitectura Negra. Estas edificaciones, hechas con materiales locales, se integran perfectamente en el paisaje constituyendo claramente un ejemplo de arquitectura sostenible.
El topónimo de Prádena viene de latino “prader ano”, que significa prado lejano. El lugar fue reconquistado e integrado en el Común de Villa y Tierra de Atienza –de ahí el apellido de su topónimo–. En 1649, Enrique IV cedió los territorios del Bornova, en el que se incluía Prádena, a Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo.
Actualmente, Prádena es un pueblo alejado de las grandes vías de comunicación, guarnecido por sus tradiciones intactas entre las que sobresale, por ser la más relevante, la romería al Alto Rey. Esta fiesta es ahora una de las principales celebraciones de la Sierra del Alto Rey. Hace años tenía lugar el Domingo de Pentecostés. Ese día, todos los vecinos de Prádena subían andado o en caballería hasta la ermita y, tras la misa eucarística, las familias se reunían a degustar las viandas en la pradera y el alguacil repartía el vino. A la bajada, se hacía una parada en el Puente Arriba para la merienda. Hoy la romería tiene lugar el primer sábado de septiembre y atañe a todos los pueblos de la comarca.
Tras recorrer las callejas del pueblo, el viajero debe detenerse en la sencilla iglesia de Nuestra Señora Natividad, de estilo románico rural y con un atrio porticado con apoyos de madera. Muy cerca la Casa de la Maestra –hoy sede del ayuntamiento después de una reconstrucción que ha seguido la línea tradicional– se encuentra la sencilla ermita de la Soledad.
Prádena depara al viajero una agradable sorpresa: la ruta a la Cueva del Oso, que según la leyenda fue morada del Cid. Se trata de una ruta sencilla de unos 10 kilómetros, entre ida y vuelta, caminando por un agradable sendero que nos depara vistas del valle del Pelagallinas y de la montaña del Santo Alto Rey.
El Alto Rey
El Alto Rey o Montaña Sagrada del Santo Alto Rey es una montaña del Sistema Central situada en la sierra a la que da nombre, al nornoroeste de la provincia de Guadalajara. Su cima es una sucesión de pequeños repechos alineados a lo largo de 3,5 km, entre los que destacan, de oeste a este, la ermita del Santo Alto Rey (1.858 m.), el vértice geodésico de Alto Rey (1.844 m), la peña de los Gavilanes (1.759 m) y la peña de los Rollos (1.730 m). Otros picos subsidiarios destacados suyos son la peña de Peribáñez de la Casa (1.584 m), la peña de Mediodía (1.538 m), el Mojón Gordo (1.452 m) y el Bartibáñez (1.342 m). Sus faldas lindan al norte con el río Pelagallinas, al oeste con el río Bornova y al este y al sur con el río Cristóbal.
El Alto Rey está circundado por los pueblos de Aldeanueva de Atienza, al oeste, Bustares y Gascueña de Bornova, al sur, y Prádena de Atienza, al este.
En su cima se encuentra la ermita del Santo Alto Rey, objeto de procesión religiosa el primer sábado de septiembre desde los pueblos que se encuentran en sus faldas, así como una estación militar en su extremo oeste y cuatro antenas de Retevisión junto a la ermita.
Leyendas
Los tres hermanos envidiosos
La leyenda cuenta que el Señor y brujo de una tribu prerromana, poseedor de riquezas y de un extenso territorio entre las tierras de lo que hoy son las provincias de Zaragoza, Soria y Guadalajara, enviudó y tuvo que hacerse cargo de sus tres hijos, que se llevaban muy mal, guiados por la envidia y la codicia por conseguir la herencia de su padre. Las duras peleas entre los hijos iban siendo cada vez más frecuentes, hasta que el padre, harto de las riñas entre sus hijos, decidió cargarles una maldición eterna de tal manera que pudieran verse pero no hablarse, convirtiéndoles así en tres altas montañas que situaría a cada extremo del territorio para que sirviera de ejemplo para tribus cercanas: el mayor, Moncayo; el mediano, Ocejón, y el pequeño, Alto Rey. Mucho tiempo después, un niño subió al Alto Rey, el menor de los tres hermanos, y pudo contemplar la vergüenza con la que se mostraban los hermanos.
En la ermita situada en la cima del Alto Rey se puede contemplar un grabado en la piedra en la que se muestran tres cabezas situadas las unas de las otras de la misma manera que se sitúan geográficamente el Moncayo, el Ocejón y el Alto Rey.
El aceite de la cueva
Bajo la ermita del Alto Rey, en la falda sur de la montaña, hay una cueva donde manaba aceite que procedía del altar de la ermita. Diariamente, el ermitaño se encargaba de recoger el aceite para usarlo como combustible del candil que iluminaba la ermita. Un día un hambriento pastor que llevaba su ganado a pastar a la cima de la montaña (en otras ocasiones se cuenta que el hambriento era el propio ermitaño) decidió untar el aceite de la cueva en el pan para comérselo. Desde entonces dejó de emanar aceite y empezó caer agua, como hoy ocurre.
https://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_de_Alto_Rey
La sierra de Alto Rey, localizada al noroeste de la provincia de Guadalajara, es una de las estribaciones montañosas orientales del Sistema Central español. Al igual que su vecina sierra de Ayllón por el oeste, es de formación a través de plegamientos, destacando en su composición la pizarra. Se extiende, de oeste a este, desde el río Sorbe hasta el Bornova y, de norte a sur, desde el río Pelagallinas hasta el Cristóbal. Linda al norte con la sierra de Pela, al oeste con la sierra de Ayllón, el este con la sierra de la Bodera y al sur con la sierra Gorda, sierra subsidiaria de la de Alto Rey.
Varios picos conforman dicha sierra, entre los que destacan el Alto Rey (el más alto con 1858 m de altitud) y sus subsidiarios peña de los Gavilanes (1759 m), peña de los Rollos (1730 m), peña de Peribáñez de la Casa (1584 m), peña de Mediodía (1538 m), el Mojón Gordo (1452 m) y el Bartibáñez (1342 m); Los Mojones (1823 m) y sus subsidiarios peña del Reventón (1752 m) y peña de la Ventana (1663 m); el Cerveguilla (1779 m) y sus subsidiarios cerro del Capetón (1763 m), El Cerrajo (1711 m) y peña del Campanario (1669 m); el Mojón Cimero (1589 m) y sus subsidiarios Moroquero (1547 m), peña del Tomillar (1436 m), cerro del Castillar (1383 m), sierra de los Picuzos (1362 m de altura máxima) y Cabeza de Veguilla (1202 m); la peña del Osar (1561 m), y el Majabillares (1485 m) y su subsidiario Cabeza Tozano (1454 m).
En las laderas de la sierra se asientan pueblos como Albendiego, Condemios de Abajo, Condemios de Arriba y Galve de Sorbe al norte; Aldeanueva de Atienza, Arroyo de las Fraguas, Bustares, Gascueña de Bornova, Villares de Jadraque, La Nava de Jadraque, Navas de Jadraque, El Ordial, Prádena de Atienza y Las Tainas al sur, y La Huerce, Umbralejo y Valdepinillos al oeste.
Ermita del Alto Rey
https://pagina.jccm.es/aldeanuevadeatienza/santoermita.htm
- Collado del Mediodía (2.3 km)
- Peña de los Rollos (3.6 km)
- Peña de los Gavilanes (3.8 km)
- Ermita Alto Rey (5.3 km)
- Río Pelagallinas y Cueva del Oso (13.5 km)
Iniciamos la ruta junto al aparcamiento que hay en el exterior de Prádena de Atienza, junto a la parada del autobús y al área recreativa del río Pelagallinas, que justo pasa por aquí.
Salimos por el camino bien delimitado y que inmediatamente nos hace tirar de piernas porque está bien empinado. En seguida dejamos el poquito asfalto del camino y entramos en camino de tierra para girar a nuestra izquierda y alcanzar el campo de futbol. (Bueno dos porterías de futbol sala en una magnifica pradera acolchada y verde y con unas espectaculares vistas a todo el cordal de la Sierra del Alto rey)
Continuamos el ascenso ahora ya por un sendero que primero entre jaras y después entre brezos y otras plantas aromáticas en algo más de 2,5 km nos deja en el collado del mediodía, ya en el cordal de la Sierra del alto rey.
Aquí arriba siempre sopla el viento y hoy en un día caluroso de primavera viene bien fresquito, por lo que es necesario echarse una manga larga y algo de braga al cuello y orejas.
De cualquiera de las maneras todo un espectáculo subir hasta aquí por las impresionantes vistas que nos ofrece en sus 360º. Estamos muy lejos de la civilización.
Comenzamos la senda por el cordal para afrontar primero por la izquierda (cara sur) La Peña de los Rollos y metros mas adelante por su derecha (cara norte) La Peña de los Gavilanes.
Llegamos entonces a un bonito collado donde decimos parar a reponer fuerzas para poco después encarar el ascenso hacia el Pico del Alto Rey, al que llegamos en algo menos de 1 Km; eso si, siempre ascendiendo.
Estamos en la cima del Alto Rey, las vistas en cada tramo son fabulosas. Desde el Alto Rey divisamos hasta el fin del Mundo: Sistema Central, Sistema Ibérico, Somosierra, Sierra de Ayllón, sierra de Pela, altos de Barahona, toda la explanada de la Alcarria; Los hermanos de Alto Rey: Ocejón y Moncayo.
Hemos hecho el techo de hoy y toca bajar ya hacía el Picoz (antigua instalación militar, abandonada), pero antes de llegar a él, a pocos metros cogemos un sendero por una acolchada alfombra verde que entre pinos nos introduce en el Barranco de la Peña del Cuervo.
Por aquí, el camino es sombrío y húmedo como consecuencia del pinar y de los flujos de agua que hay por donde mires. De hecho el camino de descenso es precisamente ocupado y diseñado por una pequeño cauce de agua que aprovecha la pendiente para descender con nosotros y abrirnos paso.
LLegamos entonces a una bonita pradera en la zona de Los Nafraes donde un encharcado campo verde nos enseña los posibles nacientes del arroyo del Barranco de la Peña del Buitre. Desde el Pioz hasta este punto hemos andado unos 1,5 Kms.
Aquí nos saluda un ancho y cómodo camino que desciende paralelo al arroyo y que en un codo nos separa de él para llevarnos a un cruce de caminos donde empezamos un pronunciado descenso por lo que parece un estrecho cortafuegos hasta encontrarnos con una bonita pradera ya junto al río Pelagallinas, donde los pinos dejan su paso a la más bonita aún vegetación de ribera: chopos, sauces, alisos. Bonito contraste de tonos y colores. Hay vacas pastando tranquilamente.
Giramos a nuestra derecha y andamos unos metros para encarar la cortita subida hasta la boca de la cueva del Oso.
Mucho cuidado con este tramo!!!!!: En esta ápoca del agua tanto los arroyos, como el río Pelagallinas bajan bastante cargados de agua y con mucho brío gracias a las copiosas lluvias y nieves del verano.
Es complicado cruzar los arroyos, que además se abren en varios brazos por lo que algunas zonas es necesario vadearlos más de una vez y también nos lo pone difícil el Río Pelagallinas.
Esta zona es poco transitada lo que hace brotar otro impedimento: la vegetación de ribera, retamas, brezos, rosales silvestres, están recuperando el terreno que los senderos alguna vez les quitaron y se convierten en un claro obstáculo para vadear los cauces.
Aún así, conseguimos vadear los arroyos para llegar hasta los hitos de subida a la Cueva del Oso, 300 m - 400 m de ligera pendiente. con cuidado porque el terreno esta lleno de pequeños piedras y huecos por debajo de un monto verde de hierba y frescor que no permite distinguir precisamente lo que hay debajo.
Disfrutamos del entorno con los buitres muy pendiente de nosotros; seguro que se preguntan que hacemos por aquí y emprendemos el descenso para encontrar por donde vadear el río Pelagallinas.
En la búsqueda de posibilidades, nos encontramos con las Pozas Negras (famosas por estos lugares). Zigzagueamos bastante buscando posibilidades porque realmente vemos trozos de senderos a nuestro lado que tienen continuidad en el lado contrario del río, pero no podemos acceder a ellos porque como digo el río baja caudaloso y las piedras dispuestas a modo de puente improvisado en algunas partes están sumergidas en el agua. Además debemos ser prudentes porque este tipo de piedra mojada, como es el caso, son auténticas pistas de hielo y resbalarse es evidente.
Analizamos varios puntos y finalmente nos decidimos por un paso estrecho donde no es posible pisar los troncos de un árbol que están horizontal sobre el río y apoyarnos con las manos en otras ramas superiores.
Vadeamos así el río Pelagallinas para subir unos metros junto a unos roquedos y enlazar con un sendero de marcas rojas y blancas, indicativas de GR, que no es otro que el de la senda oficial de la Cueva del Oso que parte de Prádena de Atienza.
Hemos solventado así la zona más compleja de la ruta. Es posible vadear los arroyos y el rio por donde lo hicimos nosotros e incluso podría haber más alternativas.
Pero nuestro consejo es no intentar acceder hasta la Cueva del Oso, en caso de que los cauces de agua bajen con brío y sean caudalosos; sino una vez se llega a la Pradera dónde estaban las vacas pastando, intenta buscar un buen paso para vadear el río Pelagallinas y coger el GR de la senda oficial de la Cueva del Oso..
Es mucho más bonito observar la Cueva del Oso desde este lado del Río Palagallinas, que no vadear y hoyarla hasta ponerse en su falda.
Fuera como fuese ya estamos en el GR que es un bonito sendero que transita a media ladera por el Barranco del Río pelagallinas y que nos deja en el pueblo tras 5 km de paseo entre jaras y monte bajo.
Río Pelagallinas -
https://www.turismocastillalamancha.es/naturaleza/reserva-fluvial-del-rio-pelagallinas-60073/descripcion/
En las turberas de este río, de aguas muy frías, crecen plantas carnívoras, las drosseras. ¡Pero calma!, sólo son mortales para los insectos. Su curioso nombre proviene del latín "pera galena" o "pela galena" (piedra blanca), en referencia a la piedra blanca que se da en la sierra del Alto Rey y que la diferencia de la pizarra negra de la zona del Ocejón. Ello es una característica que singulariza perfectamente este río de los muchos otros existentes en una zona toda de pizarra. Con el devenir de los años, el nombre fue cambiando al actual Pelagallinas.
Se puede realizar la llamada Ruta de la Cueva del Oso, camino señalizado que transcurre por sus márgenes. Hay autores que aseguran que el Cid bajó por el valle de este río en su destierro, donde quedan los restos de una casa llamada "la Casa del Moro", frente a la Cueva del Oso.
Las aguas del río cuentan con una de las pocas poblaciones de trucha genéticamente pura. Sus espectaculares turberas de origen glacial cuentan con plantas únicas, verdaderas rarezas de la región. Sus prados, cerrados por paredes típicas de la arquitectura negra, y el paisaje serrano de sus alrededores son magníficos paisajes donde pasear, disfrutar y hasta perderse. En otoño sus prados se llenan de los deliciosos boletus.
https://www.miteco.gob.es/es/agua/temas/delimitacion-y-restauracion-del-dominio-publico-hidraulico/catalogo-nacional-de-reservas-hidrologicas/informacion/tajo/rio-pelagallinas.html
La cabecera del río Pelagallinas es un ejemplo representativo de los ríos de montaña mediterránea silícea. La reserva está integrada por el cauce del arroyo de las Majadillas y el del arroyo Pelagallinas. El régimen hidrológico es pluvio-nival, permanente, sin alteración.
El curso del río, modelado sobre cuarcitas y pizarras, presenta un valle confinado en algunos tramos y un valle más amplio con una llanura de inundación estrecha y discontinua en otros. Tiene un trazado mayoritariamente sinuoso y meandriforme, a veces divagante. El caudal aumenta conforme avanza aguas abajo, pasando de ser un riachuelo a un río de cierta entidad a partir de su confluencia con el barranco de la Peña del Cuervo, que es un río caudaloso y totalmente natural, encajándose a partir de este punto en un cañón de gran pendiente.
La vegetación ribereña está representada por una aliseda hercínica y una sauceda negra continental. En las zonas altas el pinar de Pinus sylvestris ocupa las orillas junto con zarzales y espinares.
Destacan por su singularidad la zona de turberas de la parte alta por tratarse de un hábitat escaso en climas áridos, que presenta una alta biodiversidad y por lo tanto un alto valor ecológico.
Reserva fluvial del río Pelagallinas
Cueva del Oso
https://henaresaldia.com/perderse-en-la-cueva-del-oso-en-pradena-de-atienza/
La Sierra del Alto Rey, con una altitud máxima de 1.852 metros, esconde diversos rincones que merece la pena visitar y conocer. Si en el lado sur destacan los pueblos de Villares de Jadraque, Bustares y Gascueña de Bornova y algo más alejado Hiendelaencina; en el costado norte se encuentra otro pueblecito al que conviene acercarse. Se trata de Prádena de Atienza, recogido y regado por las aguas del Pelagallinas. Se trata de un pueblo con casas construidas en piedra de pizarra, a semejanza de la tradicional Arquitectura Negra. Estas edificaciones, hechas con materiales locales, se integran perfectamente en el paisaje constituyendo claramente un ejemplo de arquitectura sostenible.
El topónimo de Prádena viene de latino “prader ano”, que significa prado lejano. El lugar fue reconquistado e integrado en el Común de Villa y Tierra de Atienza –de ahí el apellido de su topónimo–. En 1649, Enrique IV cedió los territorios del Bornova, en el que se incluía Prádena, a Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo.
Actualmente, Prádena es un pueblo alejado de las grandes vías de comunicación, guarnecido por sus tradiciones intactas entre las que sobresale, por ser la más relevante, la romería al Alto Rey. Esta fiesta es ahora una de las principales celebraciones de la Sierra del Alto Rey. Hace años tenía lugar el Domingo de Pentecostés. Ese día, todos los vecinos de Prádena subían andado o en caballería hasta la ermita y, tras la misa eucarística, las familias se reunían a degustar las viandas en la pradera y el alguacil repartía el vino. A la bajada, se hacía una parada en el Puente Arriba para la merienda. Hoy la romería tiene lugar el primer sábado de septiembre y atañe a todos los pueblos de la comarca.
Tras recorrer las callejas del pueblo, el viajero debe detenerse en la sencilla iglesia de Nuestra Señora Natividad, de estilo románico rural y con un atrio porticado con apoyos de madera. Muy cerca la Casa de la Maestra –hoy sede del ayuntamiento después de una reconstrucción que ha seguido la línea tradicional– se encuentra la sencilla ermita de la Soledad.
Prádena depara al viajero una agradable sorpresa: la ruta a la Cueva del Oso, que según la leyenda fue morada del Cid. Se trata de una ruta sencilla de unos 10 kilómetros, entre ida y vuelta, caminando por un agradable sendero que nos depara vistas del valle del Pelagallinas y de la montaña del Santo Alto Rey.
El Alto Rey
El Alto Rey o Montaña Sagrada del Santo Alto Rey es una montaña del Sistema Central situada en la sierra a la que da nombre, al nornoroeste de la provincia de Guadalajara. Su cima es una sucesión de pequeños repechos alineados a lo largo de 3,5 km, entre los que destacan, de oeste a este, la ermita del Santo Alto Rey (1.858 m.), el vértice geodésico de Alto Rey (1.844 m), la peña de los Gavilanes (1.759 m) y la peña de los Rollos (1.730 m). Otros picos subsidiarios destacados suyos son la peña de Peribáñez de la Casa (1.584 m), la peña de Mediodía (1.538 m), el Mojón Gordo (1.452 m) y el Bartibáñez (1.342 m). Sus faldas lindan al norte con el río Pelagallinas, al oeste con el río Bornova y al este y al sur con el río Cristóbal.
El Alto Rey está circundado por los pueblos de Aldeanueva de Atienza, al oeste, Bustares y Gascueña de Bornova, al sur, y Prádena de Atienza, al este.
En su cima se encuentra la ermita del Santo Alto Rey, objeto de procesión religiosa el primer sábado de septiembre desde los pueblos que se encuentran en sus faldas, así como una estación militar en su extremo oeste y cuatro antenas de Retevisión junto a la ermita.
Leyendas
Los tres hermanos envidiosos
La leyenda cuenta que el Señor y brujo de una tribu prerromana, poseedor de riquezas y de un extenso territorio entre las tierras de lo que hoy son las provincias de Zaragoza, Soria y Guadalajara, enviudó y tuvo que hacerse cargo de sus tres hijos, que se llevaban muy mal, guiados por la envidia y la codicia por conseguir la herencia de su padre. Las duras peleas entre los hijos iban siendo cada vez más frecuentes, hasta que el padre, harto de las riñas entre sus hijos, decidió cargarles una maldición eterna de tal manera que pudieran verse pero no hablarse, convirtiéndoles así en tres altas montañas que situaría a cada extremo del territorio para que sirviera de ejemplo para tribus cercanas: el mayor, Moncayo; el mediano, Ocejón, y el pequeño, Alto Rey. Mucho tiempo después, un niño subió al Alto Rey, el menor de los tres hermanos, y pudo contemplar la vergüenza con la que se mostraban los hermanos.
En la ermita situada en la cima del Alto Rey se puede contemplar un grabado en la piedra en la que se muestran tres cabezas situadas las unas de las otras de la misma manera que se sitúan geográficamente el Moncayo, el Ocejón y el Alto Rey.
El aceite de la cueva
Bajo la ermita del Alto Rey, en la falda sur de la montaña, hay una cueva donde manaba aceite que procedía del altar de la ermita. Diariamente, el ermitaño se encargaba de recoger el aceite para usarlo como combustible del candil que iluminaba la ermita. Un día un hambriento pastor que llevaba su ganado a pastar a la cima de la montaña (en otras ocasiones se cuenta que el hambriento era el propio ermitaño) decidió untar el aceite de la cueva en el pan para comérselo. Desde entonces dejó de emanar aceite y empezó caer agua, como hoy ocurre.
https://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_de_Alto_Rey
La sierra de Alto Rey, localizada al noroeste de la provincia de Guadalajara, es una de las estribaciones montañosas orientales del Sistema Central español. Al igual que su vecina sierra de Ayllón por el oeste, es de formación a través de plegamientos, destacando en su composición la pizarra. Se extiende, de oeste a este, desde el río Sorbe hasta el Bornova y, de norte a sur, desde el río Pelagallinas hasta el Cristóbal. Linda al norte con la sierra de Pela, al oeste con la sierra de Ayllón, el este con la sierra de la Bodera y al sur con la sierra Gorda, sierra subsidiaria de la de Alto Rey.
Varios picos conforman dicha sierra, entre los que destacan el Alto Rey (el más alto con 1858 m de altitud) y sus subsidiarios peña de los Gavilanes (1759 m), peña de los Rollos (1730 m), peña de Peribáñez de la Casa (1584 m), peña de Mediodía (1538 m), el Mojón Gordo (1452 m) y el Bartibáñez (1342 m); Los Mojones (1823 m) y sus subsidiarios peña del Reventón (1752 m) y peña de la Ventana (1663 m); el Cerveguilla (1779 m) y sus subsidiarios cerro del Capetón (1763 m), El Cerrajo (1711 m) y peña del Campanario (1669 m); el Mojón Cimero (1589 m) y sus subsidiarios Moroquero (1547 m), peña del Tomillar (1436 m), cerro del Castillar (1383 m), sierra de los Picuzos (1362 m de altura máxima) y Cabeza de Veguilla (1202 m); la peña del Osar (1561 m), y el Majabillares (1485 m) y su subsidiario Cabeza Tozano (1454 m).
En las laderas de la sierra se asientan pueblos como Albendiego, Condemios de Abajo, Condemios de Arriba y Galve de Sorbe al norte; Aldeanueva de Atienza, Arroyo de las Fraguas, Bustares, Gascueña de Bornova, Villares de Jadraque, La Nava de Jadraque, Navas de Jadraque, El Ordial, Prádena de Atienza y Las Tainas al sur, y La Huerce, Umbralejo y Valdepinillos al oeste.
Ermita del Alto Rey
https://pagina.jccm.es/aldeanuevadeatienza/santoermita.htm
Waypoints
Intersection
4,961 ft
Intersección
Después de un tiempo bajando por el Barranco de la Peña del Cuervo enfilamos el último tramo hacía el río Pelagallinas
River
4,134 ft
Vadear con mucho cuidado
Este es un primer vadeo de un cauce de agua para llegar a la cueva del Oso
River
4,144 ft
Vadear con mucho cuidado
Y este es el segundo vadeo de un cauce de agua para llegar a la cueva del Oso subiendo por un sendero marcado por hitos.
River
4,137 ft
Vadear con mucho cuidado
Este es el paso por el que hemos podido vadear el Río Pelagallinas para poder acceder al GR ó senda del cueva del Oso, que viene desde Prádena de Artienza.
Waterfall
3,776 ft
Cascada del Río Pelagallinas
Poco antes de entrar el rio en el pueblo de Prádena de Atienza
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