PR-MU 80 La Isla - Horno (deshomologado) (Cieza)
near Cieza, Murcia (España)
Viewed 62 times, downloaded 3 times
Trail photos
Itinerary description
Este deshomologado PR ha envejecido regular, como ahora justificaré.
De los seis senderos de pequeño recorrido que hubo en Cieza sólo resisten el PR-MU 11 Medina Siyasa y el reciente PR-MU 132 Sendero del Cañón de Almadenes. Junto al que nos ocupa hoy han sucumbido el PR-MU 12 Collado del Portazgo, el PR-MU 13 Ruta de la Presa y el PR-MU 25 Salto de Almadenes, aunque todas los recorridos siguen siendo realizables.
Aunque todos los itinerarios los realicé una década atrás, estoy redescubriéndolos y volviendo a disfrutar de ellos. Éste en particular me dejó un sabor agridulce porque lo hice un día gris de otoño que no hacía justicia a los preciosos paisajes que me ha regalado hoy. Estamos en Cieza, emblema de la floración de los melocotoneros en la Región de Murcia, así que la época ideal para sumergirse en esta ruta es entre febrero y marzo, eligiendo un día soleado.
Eso sí, vamos a encontrar algún que otro inconveniente con el trazado original, ya que parte del recorrido discurre por terrenos privados y hay una finca cerrada. Yo he podido entrar porque el dueño estaba allí y me ha permitido pasar. En todo caso es un problema menor, ya que la carretera está a escasos metros y podemos ir por ella.
Lo mejor de la ruta el el primer tercio, un paseo precioso junto al río. Conviene madrugar para ver la Atalaya, la Sierra del Oro y la ribera con la luz dorada de la primera hora. En la zona llamada La Isla veremos un parque fluvial y un "observatorio ambiental", y seguidamente el flamante Puente de La Presa.
A los tres kilómetros y medio desde el comienzo damos la espalda al Segura, ya que aquí desemboca la Rambla del Judío (que nace en Jumilla). Saldremos a la carretera de Calasparra, y la transitaremos durante cerca de un kilómetro. Es importante llevar mucha precaución, ya que apenas hay espacio para el peatón, tiene un par de curvas sin visibilidad, y para colmo lleva mucho tráfico. Existe la posibilidad de ir por un paso paralelo, y casi que recomendaría hacerlo sin pensarlo.
Llegamos al cruce de La Parra y giramos a la izquierda, pero cuando la carretera vira a la derecha nosotros tomamos el camino de tierra que sigue de frente hacia una vieja casa aislada. Descendemos a un pequeño bosquete entre melocotoneros y pronto vamos a iniciar el tramo que a veces entra en suelo privado.
Durante más de cuatro kilómetros iremos junto a la Acequia de Marcelino (a veces sobre ella), que está entubada. Las marcas de PR son escasas y están realmente castigadas por el paso del tiempo.
Encontraremos alguna cadena, un par de puertas que se pueden sortear por un lateral y otros obstáculos menores. Creo que el secreto está en ser respetuosos, no invasivos. De lo que se quejaba el dueño con el que he estado hablando es que había quien se llevaba un par de tomates, un puñado de habas o una bolsa de melocotones, así que al final optaron por vallar.
En un punto llegaremos a las inmediaciones de una nave agrícola, pero el PR va pegado a una caseta entre vegetación alta. Se puede pasar, pero es el lugar que ejemplifica a la perfección el olvido al que ha quedado relegado este sendero.
Seguimos ganando kilómetros, acercándonos y alejándonos del río, hasta que llegamos a la altura de La Parra. Aquí giramos a la derecha y salimos entre sus casas al asfalto (la carretera acaba justo aquí). Afrontamos el único repecho de la ruta, y al llegar arriba nos desviamos a la izquierda para bajar nuevamente a pie de agua.
El paisaje desde aquí es hermoso: el río hace un meandro, así que lo vemos dos veces. Los campos se extienden ampliamente, el Almorchón, que domina estos parajes, se alza solitario y esbelto, aunque circundado de sierras y cerros igualmente atractivos.
Al llegar al río no me resisto a cruzar la alambrada derribada para tener las mejores vistas del pequeño escalón que viene en el mapa como Escala de peces. El Segura está precioso en estas latitudes.
De nuevo tenemos un trecho de camino junto al río y junto a melocotoneros vestidos de rosa. Pasaremos junto a una casa singular (cultivo ecológico) y un merendero con una única mesa de madera.
Ya vemos la fea silueta de un edificio industrial. Estamos llegando al Salto de Hoya García o del Progreso. A pesar de todo es interesante de ver la infraestructura, el canal de agua, el túnel, etcétera.
Menos de un kilómetro y habremos llegado al final de la ruta. Bueno, de la mitad de la ruta, que hay que volver a Cieza.
Inmersos entre melocotoneros y albaricoqueros, por un camino de tierra que acabarán por subirnos al aparcamiento de El Horno. En este punto finaliza la ruta. Hemos caminado más de doce kilómetros y toca regresar, así tras una breve parada iniciamos el retorno por el mismo camino de la ida.
De los seis senderos de pequeño recorrido que hubo en Cieza sólo resisten el PR-MU 11 Medina Siyasa y el reciente PR-MU 132 Sendero del Cañón de Almadenes. Junto al que nos ocupa hoy han sucumbido el PR-MU 12 Collado del Portazgo, el PR-MU 13 Ruta de la Presa y el PR-MU 25 Salto de Almadenes, aunque todas los recorridos siguen siendo realizables.
Aunque todos los itinerarios los realicé una década atrás, estoy redescubriéndolos y volviendo a disfrutar de ellos. Éste en particular me dejó un sabor agridulce porque lo hice un día gris de otoño que no hacía justicia a los preciosos paisajes que me ha regalado hoy. Estamos en Cieza, emblema de la floración de los melocotoneros en la Región de Murcia, así que la época ideal para sumergirse en esta ruta es entre febrero y marzo, eligiendo un día soleado.
Eso sí, vamos a encontrar algún que otro inconveniente con el trazado original, ya que parte del recorrido discurre por terrenos privados y hay una finca cerrada. Yo he podido entrar porque el dueño estaba allí y me ha permitido pasar. En todo caso es un problema menor, ya que la carretera está a escasos metros y podemos ir por ella.
Lo mejor de la ruta el el primer tercio, un paseo precioso junto al río. Conviene madrugar para ver la Atalaya, la Sierra del Oro y la ribera con la luz dorada de la primera hora. En la zona llamada La Isla veremos un parque fluvial y un "observatorio ambiental", y seguidamente el flamante Puente de La Presa.
A los tres kilómetros y medio desde el comienzo damos la espalda al Segura, ya que aquí desemboca la Rambla del Judío (que nace en Jumilla). Saldremos a la carretera de Calasparra, y la transitaremos durante cerca de un kilómetro. Es importante llevar mucha precaución, ya que apenas hay espacio para el peatón, tiene un par de curvas sin visibilidad, y para colmo lleva mucho tráfico. Existe la posibilidad de ir por un paso paralelo, y casi que recomendaría hacerlo sin pensarlo.
Llegamos al cruce de La Parra y giramos a la izquierda, pero cuando la carretera vira a la derecha nosotros tomamos el camino de tierra que sigue de frente hacia una vieja casa aislada. Descendemos a un pequeño bosquete entre melocotoneros y pronto vamos a iniciar el tramo que a veces entra en suelo privado.
Durante más de cuatro kilómetros iremos junto a la Acequia de Marcelino (a veces sobre ella), que está entubada. Las marcas de PR son escasas y están realmente castigadas por el paso del tiempo.
Encontraremos alguna cadena, un par de puertas que se pueden sortear por un lateral y otros obstáculos menores. Creo que el secreto está en ser respetuosos, no invasivos. De lo que se quejaba el dueño con el que he estado hablando es que había quien se llevaba un par de tomates, un puñado de habas o una bolsa de melocotones, así que al final optaron por vallar.
En un punto llegaremos a las inmediaciones de una nave agrícola, pero el PR va pegado a una caseta entre vegetación alta. Se puede pasar, pero es el lugar que ejemplifica a la perfección el olvido al que ha quedado relegado este sendero.
Seguimos ganando kilómetros, acercándonos y alejándonos del río, hasta que llegamos a la altura de La Parra. Aquí giramos a la derecha y salimos entre sus casas al asfalto (la carretera acaba justo aquí). Afrontamos el único repecho de la ruta, y al llegar arriba nos desviamos a la izquierda para bajar nuevamente a pie de agua.
El paisaje desde aquí es hermoso: el río hace un meandro, así que lo vemos dos veces. Los campos se extienden ampliamente, el Almorchón, que domina estos parajes, se alza solitario y esbelto, aunque circundado de sierras y cerros igualmente atractivos.
Al llegar al río no me resisto a cruzar la alambrada derribada para tener las mejores vistas del pequeño escalón que viene en el mapa como Escala de peces. El Segura está precioso en estas latitudes.
De nuevo tenemos un trecho de camino junto al río y junto a melocotoneros vestidos de rosa. Pasaremos junto a una casa singular (cultivo ecológico) y un merendero con una única mesa de madera.
Ya vemos la fea silueta de un edificio industrial. Estamos llegando al Salto de Hoya García o del Progreso. A pesar de todo es interesante de ver la infraestructura, el canal de agua, el túnel, etcétera.
Menos de un kilómetro y habremos llegado al final de la ruta. Bueno, de la mitad de la ruta, que hay que volver a Cieza.
Inmersos entre melocotoneros y albaricoqueros, por un camino de tierra que acabarán por subirnos al aparcamiento de El Horno. En este punto finaliza la ruta. Hemos caminado más de doce kilómetros y toca regresar, así tras una breve parada iniciamos el retorno por el mismo camino de la ida.
Waypoints
You can add a comment or review this trail
Comments