PR-MU 118 Sendero de las Yeseras (Torreagüera, Murcia)

Hace aproximadamente un año descubrí de pura casualidad este sendero. Fue cuando hice el PR-MU 119 Sendero del Gavilán, que sube al Miravete desde El Bojal (también descubierto accidentalmente), cuando vi en el cartelón de la ruta el trazado de este sendero.

Por supuesto, ninguno de estos senderos homologados están en la página de la Federación de Montaña de la Región de Murcia. A saber de cuándo será la última actualización de los senderos homologados que aparecen en el portal oficial. Creo que el último es el PR-MU 116 ya vamos, al menos, por el 132.

A lo que voy es a que no entiendo que se invierta un dinero en diseñar y homologar senderos para que luego no se sepa siquiera que existen.

Fin de la pataleta. Vamos a la ruta.

Se trata de un itinerario muy corto, de menos de kilómetro y medio de ida y menos de 200 metros de desnivel. Comienza junto al Instituto de educación secundaria Monte Miravete, en la urbanización Montegrande, en Torreagüera.

El panel de la ruta lo encontramos en el callejón que se mete junto al instituto. Las marcas blanquiamarillas nos conducen a una rambla de la que no conozco el nombre. Enseguida estamos en zona húmeda. Giramos a la izquierda y nos plantamos ante un dique. A la izquierda vemos una pequeña cueva. El dique se salva por la escalera de la derecha.

Ya del otro lado del muro bajamos al cauce, donde confluyen dos barrancos. Veremos la pintura de PR en el de la izquierda, que es de mayor entidad. No tardamos en ver otro dique, pero antes de llegar subimos a la izquierda para sortearlo cómodamente. La rambla es profunda y grandes paredes se elevan junto a nosotros.

Salimos de la rambla y comenzamos a ascender por el sendero. Muy pronto estamos a una buena altura respecto al cauce del que acabamos de salir, que queda a nuestra izquierda, y al otro lado de la rambla se alzan los cabezos del Miravete.

La senda es empinada, pero fácil de transitar, y llegamos a un pequeño collado donde vemos los restos de un horno de yeso. Cuidado por aquí, el sendero es ancho, pero hay mucho patio.

Tras el horno seguimos por la senda, alejándonos todo lo posible del borde. Quienes nos llevamos mal con las alturas tendremos unos segundos de tensión en estos cincuenta metros de senda, pero el piso es muy ancho y no presenta dificultades.

Llaneamos hasta cruzar nuestra rambla en dos ocasiones para encarar la última subida, también sencilla. Llegamos a las ruinas de un horno. Estamos en la cantera de yeso. Hay varios hornos, bloques en el suelo, piedras con una especie de escarcha blanca sólida bastante singular.

Un cartel explica el funcionamiento de los hornos de yeso, y a unos metros encontramos con otro que indica el final del sendero homologado y el riesgo de seguir por el sendero, que continúa.

Mi primera vez en esta ruta, hace un año, cometí el error de seguir la senda. Por no dar la vuelta lo pasé regular, porque al final tienes que poner las manos para progresar por un terreno escarpado, y al final por un sendero estrecho, inestable y expuesto, hasta conectar por fin con el PR-MU 119.

Como ya me equivoqué con aquella decisión, esta vez tenía claro que el final del sendero homologado era el sitio donde dar la vuelta, así que comienzo a descender sobre mis pasos. Las rutas circulares están muy bien, pero un ida y vuelta te ofrece perspectivas distintas, y siempre ves cosas que a la ida se escaparon.

Como la vuelta tampoco llega al kilómetro y medio, en menos de media hora estoy llegando a Montegrande. En breve haré las dos ascensiones al Miravete homologadas. Aquí las subiré.