PR CV 263: de Pollet a Terrabona (Tous)

Excepcional, única, divertida o diferente son varios de los adjetivos con los que podemos calificar esta ruta que atraviesa varios parajes de elevado interés ecológico y geológico.

Para recorrer el PR CV 263 nos desplazamos en coche hasta Tous. Una vez en esta localidad de la Ribera Alta seguimos la carretera CV 5412 que lleva hasta la presa, famosa por su terrible desbordamiento en el año 1982.

Dejamos el coche en el primer aparcamiento que encontramos ya en las proximidades del pantano. Iniciamos la marcha subiendo por una pista asfaltada en dirección noroeste y al cabo de unos 600 metros alcanzamos el Alt del Pollet a 360 metros de altitud. Desde aquí, si miramos en dirección este podemos admirar la montaña de Cullera, la llanura aluvial del río Xuquer que termina en el Mar Mediterráneo y el Parc Natural de la Murta. Hacia el oeste encontramos el pantano de Tous, pero la severa sequía que padece nuestro país no permite ver el agua, cuyo nivel queda bastante bajo. A sendos lados de la pista, encontramos sobre todo matorral bajo (romero, palmito, aliaga, tomillo, …) y algún pino que salpica el paisaje.

Seguimos ascendiendo por la pista asfaltada hasta llegar a un cartel que nos indica que la Cueva del Tortero se encuentra a nuestra derecha, así que giramos en esa dirección para encontrar la cueva. Tras cruzar el barranco encontramos una de las bocas de la Cueva del Tortero. Aunque se trata de una cueva muy interesante y con una sala muy amplia salpicada por estalactitas y estalagmitas, no nos adentramos porque, desde esta entrada, el acceso es complicado. Terminada la fugaz visita, desandamos el camino hasta aquí y volvimos al sendero PR CV 263.

Andamos por la pista, asfaltada a tramos, hasta que topamos con la señal de otra cueva. Esta vez se trata de la Cueva del Candil y para llegar a ella tenemos que girar a la izquierda y descender por el sendero unos metros, observando de frente el majestuoso Alt del Castellet. La entrada a la Cueva del Candil es bastante más amplia que la del Tortero y nos permite adentrarnos en ella sin dificultad. Un amplio y calizo pasadizo nos invita a bajar hasta llegar por este antiguo río subterráneo hasta llegar a una zona en la que aparecen pequeñas lagunas de agua cristalina y que se mantienen represadas gracias a los “gours” en virtud a procesos de deposición alargados durante mucho tiempo. Llama la atención que el interior de la cueva goza de una temperatura más alta que la del exterior, un fenómeno que seguro conocían y explotaron los primeros pobladores de estas tierras.

Tras la evocadora visita a la Cueva del Candil, subimos de nuevo hasta el último desvío tomado y regresamos al sendero que protagoniza esta ruta y en pocos metros alcanzamos la Loma de Cotillas. En un par de kilómetros alcanzamos el punto más alto de la ruta, la Hereta, a 440 metros de altitud, punto que define el final de la pista que seguíamos desde que comenzamos a andar.

Hasta este punto la ruta, salvando las visitas a las dos cuevas, ha resultado más bien monótona y sin más interés que el paisajístico. Sin embargo, tras alcanzar la Hereta viramos a la izquierda y la pista se convierte en un sendero que poco a poco va descendiendo hasta el lugar señalizado como Cabezón de Mellado. Desde aquí las vistas son espectaculares, ya que podemos admirar la accidentada orografía que rodea al pico Caroig y deleitarnos con el intenso azul de las aguas del embalse que, entre las laderas, van asomándose. Continuamos descendiendo y rastreando las marcas blanquiamarillas del PR rodeados de barrancos hasta llegar a las llanuras del Morro Salvador. A medida que caminamos, el embalse va cobrando presencia y el paraje es de una belleza sobrecogedora.

Continuamos descendiendo mientras el sol va alzándose y castigándonos con fiereza. No hay tregua porque en esta área apenas hay pinos que puedan ofrecer algo de sombra. Pronto enfilamos el pantano y junto a él aparece el castillo del viejo pueblo de Tous. Al fondo, la presa del embalse no disimula el bajísimo nivel del agua que ha permitido que asome el campanario del antiguo Tous. Las marcas blancas y amarillas del PR CV 263 nos llevan paralelos a las aguas del embalse durante aproximadamente dos kilómetros. Rodeamos el Cerro de Terrabona y encontramos un mirador sobre el embalse. Desde aquí ya podemos divisar algunas casas que pertenecían al antiguo Tous, una visión que siempre resulta inquietante y fantasmagórica. Aquí han instalado una placa informativa en la que se narra la construcción del pantano y su historia natural, pero el paso del tiempo y la luz solar hacen difícil su lectura.

A partir de este momento comienza el tramo más aventurero de la ruta. Hay que tener en cuenta que al haber realizado esta track en una época del año en la que el nivel del embalse está bajo, podemos seguir las marcas del PR, de lo contrario tendríamos que haber dado la vuelta sobre nuestros pasos y rodear el Barranco Fornales para llegar hasta el siguiente paso. Bien, siguiendo las marcas del PR comenzamos un fuerte descenso. Afortunadamente, durante algunos tramos, el sendero está equipado con cables y escalones que permiten asegurarse durante los pasos más complicados.

Una vez culminado el descenso, cruzamos el área inundable del embalse para dirigirnos hacia la Fuente el Chorrico. Caminando hacia esta fuente, encontramos algunas pozas y abundante material vegetal devastado por las sucesivas inundaciones. Merece la pena llegar a esta fuente, de aguas claras y abundantes que caen en forma de cascada rodeada de culandrillo y baladre. La fuente está sita en lugar seco y umbrío, así que en este agradable lugar hicimos una parada para comer y descansar antes de atacar lo que nos quedaba de ruta.

Tras el descanso, retomamos la marcha. Ésta es la parte de la ruta más expuesta, ya que caminamos sobre un estrecho sendero, ayudados en algunos con cables que permiten asegurar los pasos. Así, trazando el perímetros de las aguas embalsadas, llegamos hasta el pueblo viejo de Tous. Nos llamó la atención la gran cantidad de cabras que pudimos observar, incluso pasamos bastante cerca de algún macho. Después de rodear parte del embalse, retomamos la pista asfaltada, por la que ascendimos durante algo más de un kilómetro para tomar una senda a nuestra izquierda. Comenzamos entonces a ascender entre pinos hasta terminarla. Una vez finalizada la senda, giramos a la derecha para regresar al punto de inicio de esta ruta.

En definitiva, seguir el PR CV 263 constituye una de las rutas más apasionantes y divertidas que pueden hacerse por la provincia de Valencia. Eso sí, no resulta nada aconsejable para senderistas poco experimentados, motivo por el cual califico la ruta como “difícil”.