Pozo San Tomás y Pozo Nuevo (El Centenillo)
near El Centenillo, Andalucía (España)
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Trail photos
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Itinerary description
En poco más de 3 Km (ida y vuelta) podemos ver las ruinas de dos antiguos pozos mineros en los alrededores de la localidad de El Centenillo, una pedanía de Baños de la Encina. En el segundo de los pozos se abre un espectacular mirador sobre el Valle del Rio Grande. El camino que conduce hasta él aprovecha la antigua vía férrea utilizada para transportar el mineral desde el citado pozo hasta la cercana colonia minera.
El mineral de plata y, principalmente, plomo de estos pozos ya fue explotado desde el tiempo de los romanos. Después cayeron en el olvido hasta mediados del siglo XIX, fecha en que se retomó la actividad por parte de una familia inglesa. Sus propietarios abandonaron esta explotación (junto con otras en Linares y La Carolina) a mediados del siglo XX, fecha en la que pasó a manos francesas, que abrieron nuevos filones en la que ya era considerada una cuenca minera de fama mundial y todo un mito de la minería de plomo en España. Los franceses solo estuvieron once años. La extracción de mineral se canceló definitivamente en el año 1963. Las razones: el plomo había caído en desuso y los costes de producción comenzaron a ser mayores que los beneficios.
Como ya se ha dicho antes, los ingleses fueron dueños de El Centenillo durante casi un siglo. En ese largo periodo, introdujeron costumbres, estilos y normas muy distintas a las españolas de esa época. Los trabajadores y sus familias disponían de casas cuna, economatos, centros educativos, sanitarios y asistenciales que garantizaban su estabilidad personal y económica. También trajeron sus juegos deportivos, una distracción en la que participaba toda la población. De hecho, el estadio de fútbol y las canchas de tenis construidas al lado del poblado están consideradas entre los más antiguas de España. Los mineros que no llevaran a sus hijos al colegio (gratuito al igual que la asistencia sanitaria) eran expulsados del trabajo. Del mismo modo, en el pueblo se temía la llegada de los propietarios y sus ingenieros jefes, ya que la falta de aseo personal y la carencia de urbanidad conllevaba también el inmediato despido. Sin embargo, las condiciones laborales para los mineros fueron en extremo duras durante el gobierno inglés. Las jornadas de trabajo eran largas y las condiciones de salubridad en el interior de la mina inhumanas, lo que se tradujo en decenas de muertes a causa de enfermedades como la silicosis. No fue extraño que desde las primeras décadas del siglo XX el colectivo de trabajadores se agrupara en torno a los primeros movimientos sindicales, inspirados en las organizaciones de izquierda surgidas al principio en Linares.
La iglesia de El Centenillo es de una sola nave y está próxima al primitivo templo protestante mandado construir por los dueños de las minas. En la década de los setenta del pasado siglo El Centenillo era un poblado habitado por apenas diez familias. En aquellos años las casas eran vendidas por tan sólo cinco mil pesetas. Sin embargo, en la actualidad, El Centenillo ha rejuvenecido al amparo de las viviendas de vacaciones y turísticas.
En definitiva, un estupendo lugar para adentrarse en otros momentos de la historia y ver de primera mano algunos legados de la cultura inglesa, en la cima de su esplendor imperial por esas fechas. Nosotros, en cambio, nos hallábamos muy alejados de nuestra antigua y perdida pujanza mundial, con una población mayoritariamente pobre, analfabeta y muy atrasada.
El mineral de plata y, principalmente, plomo de estos pozos ya fue explotado desde el tiempo de los romanos. Después cayeron en el olvido hasta mediados del siglo XIX, fecha en que se retomó la actividad por parte de una familia inglesa. Sus propietarios abandonaron esta explotación (junto con otras en Linares y La Carolina) a mediados del siglo XX, fecha en la que pasó a manos francesas, que abrieron nuevos filones en la que ya era considerada una cuenca minera de fama mundial y todo un mito de la minería de plomo en España. Los franceses solo estuvieron once años. La extracción de mineral se canceló definitivamente en el año 1963. Las razones: el plomo había caído en desuso y los costes de producción comenzaron a ser mayores que los beneficios.
Como ya se ha dicho antes, los ingleses fueron dueños de El Centenillo durante casi un siglo. En ese largo periodo, introdujeron costumbres, estilos y normas muy distintas a las españolas de esa época. Los trabajadores y sus familias disponían de casas cuna, economatos, centros educativos, sanitarios y asistenciales que garantizaban su estabilidad personal y económica. También trajeron sus juegos deportivos, una distracción en la que participaba toda la población. De hecho, el estadio de fútbol y las canchas de tenis construidas al lado del poblado están consideradas entre los más antiguas de España. Los mineros que no llevaran a sus hijos al colegio (gratuito al igual que la asistencia sanitaria) eran expulsados del trabajo. Del mismo modo, en el pueblo se temía la llegada de los propietarios y sus ingenieros jefes, ya que la falta de aseo personal y la carencia de urbanidad conllevaba también el inmediato despido. Sin embargo, las condiciones laborales para los mineros fueron en extremo duras durante el gobierno inglés. Las jornadas de trabajo eran largas y las condiciones de salubridad en el interior de la mina inhumanas, lo que se tradujo en decenas de muertes a causa de enfermedades como la silicosis. No fue extraño que desde las primeras décadas del siglo XX el colectivo de trabajadores se agrupara en torno a los primeros movimientos sindicales, inspirados en las organizaciones de izquierda surgidas al principio en Linares.
La iglesia de El Centenillo es de una sola nave y está próxima al primitivo templo protestante mandado construir por los dueños de las minas. En la década de los setenta del pasado siglo El Centenillo era un poblado habitado por apenas diez familias. En aquellos años las casas eran vendidas por tan sólo cinco mil pesetas. Sin embargo, en la actualidad, El Centenillo ha rejuvenecido al amparo de las viviendas de vacaciones y turísticas.
En definitiva, un estupendo lugar para adentrarse en otros momentos de la historia y ver de primera mano algunos legados de la cultura inglesa, en la cima de su esplendor imperial por esas fechas. Nosotros, en cambio, nos hallábamos muy alejados de nuestra antigua y perdida pujanza mundial, con una población mayoritariamente pobre, analfabeta y muy atrasada.
Waypoints
Punto inicio y aparcamiento
Pozo San Tomás
Túnel hacia camino Pozo Nuevo
Pozo Nuevo
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