Poris de Santo Domingo. GARAFIA , ISLA DE LA PALMA
near Garafía, Canarias (España)
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Trail photos
Itinerary description
Este bonito sendero comienza en el mirador de El Serradero , con unas magníficas vistas a los acantilados. Se inicia por el lado izquierdo con un buen empedrado que nos conduce al mismo Poris de Santo Domingo, ( los lugareńos denominan PORIS a los pequeńos puertitos de mar ), está bien adecentado con unos impresionantes miradores en la bajada. Desde arriba podemos ver al frente el Roque de Santo Domingo, que decora el horizonte , e inspirador de infinidad de fotografías. A la derecha del acantilado su hermano mayor el Roque de La Tabaiba, un espectacular monolito con una enorme cueva en su base, donde nacen la mejores olas surferas, que terminan en la salvaje Playa de Bujaren.
Abajo una gran charca a modo de piscina deslumbra al visitante. Un bańo en sus aguas cristalinas premian el esfuerzo del camino.
Unas cuevas viviendas excavadas en la roca y mimetizadas en el entorno, hacen del lugar un paraje exótico merecedor de ser visitado.
Sus pobladores pescan con las miradas relajadas en el horizonte, dejando que la brisa recién llegada del Atlántico refrezquen sus rostros.
Este lugar no conoce de prisas, ni de miradas al reloj, la vida aquí…. pasa despacio y sosegada como antańo.
Al llegar al Puertito, nos invade el olor intenso a mar y sal , de inmediato soltamos nuestras mochilas y con las manos abiertas respiramos profundamente con los párpados bajados para impregnarnos del lugar.
Después de descansar, cumplimos con el ritual del bańo en la pequeńa laguna azul que llena y embellece cada día el inmenso océano.
Con la sal protegiendo nuestra piel , volvemos a casa con una porción de esa paz que allí brota junto al mar.
Abajo una gran charca a modo de piscina deslumbra al visitante. Un bańo en sus aguas cristalinas premian el esfuerzo del camino.
Unas cuevas viviendas excavadas en la roca y mimetizadas en el entorno, hacen del lugar un paraje exótico merecedor de ser visitado.
Sus pobladores pescan con las miradas relajadas en el horizonte, dejando que la brisa recién llegada del Atlántico refrezquen sus rostros.
Este lugar no conoce de prisas, ni de miradas al reloj, la vida aquí…. pasa despacio y sosegada como antańo.
Al llegar al Puertito, nos invade el olor intenso a mar y sal , de inmediato soltamos nuestras mochilas y con las manos abiertas respiramos profundamente con los párpados bajados para impregnarnos del lugar.
Después de descansar, cumplimos con el ritual del bańo en la pequeńa laguna azul que llena y embellece cada día el inmenso océano.
Con la sal protegiendo nuestra piel , volvemos a casa con una porción de esa paz que allí brota junto al mar.
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