Por Los 'Passadiços do Paiva', De Areinho A Espiunca

Esta ruta recorre los famosos “Passadiços do Rio Paiva” localizados en la margen izquierda del Río Paiva en Arouca, Portugal.

Para el senderista es un recorrido lineal de algo más de 8 km yendo de la playa fluvial de Areinho hasta Espiunca o al revés. Hay quien sólo hace ida y quien realiza ida y vuelta siendo entonces algo más de 17 km.

Casi todo el mundo recomienda el sentido Areinho-Espiunca porque así se tiene casi al inicio de la ruta la ascensión de los principales escalones en vez de tenerlos al final.
En ambos lugares hay aparcamiento y servicio de taxis para llegar al inicio o al final de la ruta llegar hasta donde tengamos el coche.

Para acceder a los pasadizos es necesario tener entrada. Se puede conseguir haciendo la reserva por Internet por un Euro cada persona, o en los puestos de control por el doble, siempre que el cupo de visitantes lo permita. El ticket hay que conservarlo durante todo el trayecto pues te lo piden al principio y al final.

Nosotros dejamos el coche en Espiunca, cogimos un taxi y comenzamos en La Playa Fluvial de Areinho, justo en el km 0 de los Passadiços y, dada la época del año en que los visitamos, tuvimos los pasadizos casi para nosotros solos. Desde el primer momento fue un pleno disfrute de la naturaleza.

Los pasadizos son unas pasarelas de madera que nos permiten disfrutar de un entorno hasta hace poco inalcanzable para muchos. La parte más emocionante comienza al llegar al Puente de Alvarenga con la garganta del Paiva ante nosotros y los impresionantes escalones esperándonos para la ascensión.

Al poco el puesto de control.

Y a pocos pasos el precioso momento en que avistamos La Cascada Das Aguieiras.
Un salto de agua de más de 160 m de altura que además se puede contemplar desde distintos momentos de la ruta.

Actualmente en su entorno, a más de 150 m de altura, se está construyendo un Puente Peatonal Acristalado que aumentará el poder de atracción turística de la zona.

Hay que estar en forma para subir y bajar estos maravillosos escalones que nos permiten disfrutar de unos parajes verdaderamente único. Es una maravilla poder estar allí en contacto con la naturaleza, ayudados por esta obra de ingeniería.

Y caminar relajadamente siempre son el sonido del Paiva a nuestro lado. Al que poder fotografiar desde cualquier ángulo. Porque todas sus caras son espectaculares. Sus meandros y rápidos. Y sus instantes tranquilos, relajados y calmados.

En algunos puntos del recorrido, si queremos, podemos acercarnos al Paiva, tocar sus azules y revoltosas aguas. Y escudriñar más allá. Seguro que encontraréis algún que otro secreto como alguna que otra cueva, una cruz, y algo más...

Antes de La Playa fluvial de O Vau, en donde es posible abandonar la ruta si el cansancio hace mella, os gustará El Puente Colgante sobre las aguas del Paiva. Se construyó para sustituir a la barca que unía una orilla con la otra. Para la ruta no es necesario cruzarlo pero no cabe duda de que le añade encanto.

No podemos dejar atrás la zona de A Gola do Salto, en donde el río corre más vertiginoso si cabe, propiciando paisaje para los deportes de aventura en aguas bravas.

Llegados a Espiunca cruzad el puente para admirar la conocida “Falla de Espiunca”,
un geositio, con rocas formadas hace más de 500 millones de años. Un ejemplo de falla, en donde el bloque de la derecha descendió más que el de la izquierda. También es posible ver los distintos elementos que la forman, y observar sobre el afloramiento, la estratificación y las estructuras sedimentarias.

Visitad también La Playa Fluvial de Espiunca en donde hay estacionamiento y elementos varios para tomar un merecido descanso.

Como veis se trata de una ruta completita para disfrutar en cada metro de su recorrido por la garganta que El río Paiva ha excavado a lo largo de los tiempos en este paraje fantástico.