Por la Sierra Norte: senderos Las Laderas y Molino del Corcho (Cazalla de la Sierra)

Ruta por el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, circular desde Cazalla de la Sierra (la “Castella” musulmana, o “Ciudad fuerte”), que enlaza dos senderos bien señalizados y balizados, el de Las Laderas y el del Molino del Corcho. Se inicia en el Paseo del Moro, casi a la entrada del pueblo viniendo por la A-432; desde aquí me dirijo al este, pasando entre la plaza de toros y el campo de fútbol y subiendo luego para llegar por el callejón de la Prensa al Barrio del Azahín -o de los Morenos, en referencia a los moriscos (por donde en el medievo se extendió la población hacia el oeste desde el cerro del Castillo). Por estrechas calles de casas blanqueadas, salimos del pueblo pasando por la Fuente de El Chorrillo. Por la VP Vereda del Valle, empieza el Sendero de Las Laderas, camino de tierra entre fincas y cortijos hasta llegar a una cancela cerrada, donde se convierte en una senda que arranca a su derecha. Pasamos junto a un afloramiento rocoso, formado por estratos alternantes de pizarra, arenisca y caliza, las Capas de Campoallá. Habremos atravesado un par de cancelas (que deben dejarse cerradas) antes de pasar junto a un cortijo, a partir del cual nuevamente la senda pasa a ser camino. Luego a la derecha aparece una frondosa chopera y algo más adelante se cruza la vía del ferrocarril Sevilla-Mérida (con precaución, pues es una línea en uso). Después un camino a la izquierda nos lleva a la confluencia con el Sendero del Molino del Corcho: continuando ahora por éste (a la derecha), cruzamos sobre un bonito puente, el de los Tres Ojos, y nos dirigimos a la derecha (en dirección sur) por una pista de tierra (la Cañada Real de la Rivera del Huéznar) para enseguida meternos hacia el cauce del Rivera del Húeznar, junto al cual recorremos un trecho del bosque en galería; ésta es la parte más interesante de la ruta, pues el río tiene un alto valor ecológico -de hecho, tuve la suerte de ver salir de él una nutria.
Tras pasar junto a un área recreativa, el sendero se separa del cauce y sube hasta la pista de tierra, por donde continúa hasta su final, unos 2.5 kilómetros después, junto a un puente y un túnel (puente de Jesús) de la línea férrea. Luego hay que regresar por el mismo camino (por lo que una buena opción puede ser girar a la izquierda cuando se llega a la pista de tierra desde el cauce). Por ésta seguimos hacia el norte, en dirección a la estación Cazalla-Constantina, abandonándola a veces para andar junto al cauce del río. Cruzando la A-455, se continúa por una pista hacia el área recreativa Isla Margarita, a la que accedemos por un puente de madera y que dejamos por otro puente (éste de piedra) para salir a la carretera SE-7101; seguimos a la izquierda por ésta durante 1 km, hasta que conecta con la A-455, por la que continuamos unos metros más hasta alcanzar un camino de tierra que pasa por detrás de la estación y lleva al Descansadero del Castillejo, junto al área recreativa Molino del Corcho; en este punto, a la derecha se cruza por un puente el arroyo Castillejo y se enlaza con el Sendero de Las Laderas, pasando bajo el arco de un puente de la vía, ya de vuelta al pueblo. Éste es el Camino Viejo de la Estación, que tiene una primera parte en subida por un encinar y luego entre cortijos, huertas y olivares, suavizando la pendiente hasta que iniciamos el descenso hasta Cazalla, por donde se entra por la calle Resolana. Luego por la Cuesta del Pozuelo se baja a la Plaza Mayor, donde admirar la mole de la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, con varias fases constructivas (desde el siglo XIV al XVIII), que se reflejan en diferentes estilos arquitectónicos (mudéjar, renacentista y barroco); se la conocía como la “Catedral de la Sierra Norte” (de hecho le falta una columna para ser considerada como tal) y, como curiosidad, en sus muros puede verse la señal de un cañonazo recibido en la Guerra Civil; luego por la calle de El Peso, se pasa junto a la coqueta Plaza del Concejo (donde se hospedaron Felipe V e Isabel de Farnesio en el verano de 1730), antes de llegar a la calle de San Benito, donde se alza la Iglesia y Palacio de San Benito, mudéjar, con portada obra del cordobés Hernán Ruíz II y una original torre triangular (ésta declarada Monumento de Interés Artístico). Llegamos así al Paseo del Moro, antiguo barrio moro, inicio de la ruta.
Pese a que la misma es bastante cómoda, salvo la subida de vuelta, por su longitud la he calificado de dificultad moderada.