Por la Dehesa Bonita de Somosierra

Sobre las 12 30 iniciamos el segundo recorrido del día, el que transcurre por la Dehesa Bonita de Somosierra. Al poco tiempo de pasar la puerta de entrada se llega a la confluencia de 3 pistas, hay que tomar la del centro que en bajada nos lleva hasta el arroyo de la Dehesa, el deshielo supone un considerable aumento de caudal y ante la dificultad para atravesarlo tuvimos que descender unos 250 metros hasta encontrar un tablón por el que alcanzamos la otra orilla y desde ahí tomar nuevamente la pista. Se asciende por una suave y casi constante pendiente rodeados de un bosque precioso, a medida que se gana altura los acebos, robles y mostajos van sustituyendo a los extraordinarios abedules de la zona baja. A los 2 kms aproximadamente se alcanza una zona llana que en otro km nos lleva hasta el abrevadero de la Fuenfria, pasando antes por un espectacular Mostajo, árbol singular de la Comunidad de Madrid. A unos 50 metros del abrevadero, hacia arriba, tenemos un abedul cuyo tronco horizontal a ras del suelo invita a sentarse en el. Prolongamos nuestra ruta por una senda que sigue recta a la pista que traíamos, (error, debíamos haber bajado) y al poco tiempo alcanzamos la parte superior de una ladera desde la que se observa el espectacular paisaje de la zona, un verdadero mirador. Como no llevábamos comida (nunca se debe hacer) y habíamos reservado mesa para las 3 en Somosierra nos dimos la vuelta y desandamos lo andado para volver al arroyo. Bajar por el tablón no me justaba por el peligro ante una posible caída y estuvimos buscando un paso por la zona de arriba, en vano, finalmente optamos por descalzarnos y atravesar el arroyo por la la pista que es la zona más ancha y por tanto la menos profunda. Dos horas y media después del inicio llegamos al coche y a por la merecidísima comida en el puerto. Esta ruta es obligado repetirla en otoño con los acebos fructificados y el colorido de robles, mostajos, abedules, etc.
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