113. Por el Borde Occidental del Valle de las Caderechas
near Madrid de las Caderechas, Castilla y León (España)
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Itinerary description
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 75 (para Senderismo): dificultad 'Media' (en el límite con 'Dura') para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 733 metros (superior al que estima Wikiloc).
Si no te interesa la (larga y con intriga) anécdota de la jornada, puedes ‘saltar’ hasta el párrafo 8[Ruta]. Pero…, aviso, mejor que no lo hagas. Debería interesarte, si vas a ir por esos pagos en esta época del año. Por tu salud (mental y emocional, al menos...).
Imagina. Imagínalo porque es real. Con los pies en el suelo (literal y metafóricamente; y no es baladí esto último), te pones en camino. Vas solo. El reloj se acerca a las 8 h am en un luminoso día de finales de junio. Oyes fuertes detonaciones, que se suceden de modo frecuente a intervalos variables. Suenan cercanas. Parecen disparos de escopeta. Acabas de salir de Madrid (origen de la ruta) en dirección a Huéspeda (“¡¿ein…?!”). …Del pueblo de Madrid, en el valle burebano de Las Caderechas.
Continúan los estampidos a lo largo de unos dos km. Campos de cerezos flanquean la vereda. Los árboles están cargados de apetitosos frutos rosados, rojos, granate. A la espera de ser recogidos. Sabes que no es época de caza (cinegética). No hay tiroteo. Son disparos sueltos. ‘Se te encienden las alarmas’: “¿No estarán a la caza de los ‘ladrones de cuerpos’ (…digo, cerezas)?”. “Bueno (te espetas, para calmar el desasosiego), no ‘tremendices’: será sólo para ahuyentarlos, si acaso… Esta es una tierra de gente cabal… (¿nooo?)”.
Casi levantas las manos: “Regístrenme…”. Mas, a nadie ves. Sólo pájaros; volando, que es lo suyo. Las detonaciones continúan… Te pellizcas. Duele. “Estoy despierto”. No oyes gritos. “¿Me habré vuelto loco?”. …Pues no; o sólo apenas (“¿apenas?”). No estás desencaminado. La respuesta te llegará unos 20 minutos después. Pero tú no lo sabes… “No puede ser verdad. Alguna explicación ‘razonable’ habrá…”. No suenan más cerca… Así que prosigues, más calmado, aunque bajando un poco la cabeza entre los hombros.
Llegas al pueblo de Huéspeda. Ves a un hombre, un lugareño. A nadie más. De aspecto ‘normal’ y con dos perros tranquilos. Parece salir de paseo. --“Buenos días. ¿Sabes el camino?”, te pregunta. Acento afable, actitud amistosa. --“Sí, gracias, está todo aquí (señalo el teléfono)”. --“Vaya, eso me recuerda que he olvidado el mío. Vuelvo a casa a por él. Que tengas buena ruta”, dice. Parece, pues, humano; de los ‘de antes’; de los de siempre. Creo que le puedo preguntar y fiarme de su respuesta…
Antes de que se aleje: --“Esos estampidos, ¿parecen tiros, no? ¿Qué sucede?”. –“Ah, son explosiones controladas de cápsulas de gas butano para espantar a los pájaros. Devoran las cerezas. Arrasan las plantaciones”. Después de todo, tu razonamiento tremendista era esencialmente correcto (prescindiendo de los detalles, claro). Ahuyentar a ‘los ladrones de cuerpos’.... Cuerpos exquisitos, que constituyen una importante fuente económica, quizá vital, para estos pueblos, que bien se la han ‘currado’ y merecen recompensa.
Suficiente (e ilustrativa) anécdota por hoy. Luego, una caminata deliciosa, toda ella. Salvo un par de segundos (con foto) mirando una gran pintada en una roca. También ‘ilustrativa’: ‘Baskonia mendi (?) taldea’, parece decir. Allí produce el efecto del rasguñar sobre una pizarra: un chirrido estridente. Una herida en un santuario natural. He visto en muchas cimas bonitos buzones de grupos de montaña, y dignas inscripciones. ‘Bien-pensaré’ (edulcoradamente) que para tamaño jeribeque bastó con una única mano (sin cabeza; y, acaso, ajena). Al cajón del olvido.
8[Ruta]. Ahora haré una descripción de la ruta y valoraré sus atractivos, añadidos al emocionante episodio anecdótico descrito arriba.
Tomé como guía el trazado de ‘Manu Arroyo’ en Wikiloc: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/madrid-de-las-caderechas-altos-de-los-castillos-y-bujal-76797986 . Me llevó en volandas; como la seda. Gracias. Hice únicamente un cambio menor, pero de cierta significación. En el (mi) km 13,2 y hasta el 14,2, me desvié a la izquierda para contemplar el Valle de Valdivielso y sus aledaños. Bien hecho y bienvenido fue el desvío.
Resumiendo el itinerario. Desde Madrid de Las Caderechas me dirijo a Huéspeda. Luego toca subir, prolongadamente, si bien el desnivel no es exigente; hasta el cordal que semi-circunda el valle, como un anfiteatro. Ya en el portillo, avanzo hacia la izquierda hasta la cima de Los Castillos. Regreso al portillo y recorro todo el largo cordal en dirección noreste hasta la cima del Bujal (entre una profusión de bojes; de ahí lo de Bujal, imagino). Llegado al Portillo de Condado, inicio el pronunciado descenso a Madrid de Las Caderechas.
Ahora algunos de los muchos atractivos de la ruta. Tras Huéspeda, las explosiones se amortiguan y dejan de oírse. Paz total. Se afronta un largo, pero llevadero y placentero ascenso entre bosques de pinos; hacia las cumbres del circo que cierra el Valle de Las Caderechas por sus confines noroccidentales. Llegados al borde del circo, merece la pena continuar subiendo al monte de Los Castillos (poco más de 3 km entre ida y vuelta). No desaprovecho esa oportunidad de ver el mundo desde más arriba.
En la cima de Los Castillos, es tiempo de abandono de la mente en favor de los sentidos. Saboreo el puñadito de cerezas recogidas abajo, en unos árboles silvestres fuera de las fincas cultivadas. Me dejo acariciar la piel por la suave y fresca brisa que seca el sudor del ascenso. Oigo el ensordecedor y relajante silencio. Seguro que olores habrá, pero el olfato no es el más fino de los sensores humanos. Y la vista…, que lo llena todo. Magníficas panorámicas: montes y montañas y sierras encontrándose, entrecruzándose, superponiéndose; cercanas y lejanas. Para qué enumerarlas; son tantas... Y no nos olvidemos del verde páramo, a un lado.
(Dice ‘Manu Arroyo’ que también Peña Amaya se yergue visible en el horizonte suroeste. ¡Vaya, esa me la perdí! Imperdonable (en mí…). Como reparación, tomo prestada una foto suya [MA] desde la cima de Los Castillos (en mi ‘waypoint’ Panorámica 16, última foto).
Me despido de esa cima y voy en busca del Bujal. Ya resituado junto al borde superior del valle, lo voy circundando. El sol se estrella oblicuo y frontal. La neblina y los reflejos ‘engañan’ a las cámaras, pero no a mis ojos, que lo graban. Aprecio la extensa hondonada a mis pies, con los picos en el centro del valle; el recorte de la Mesa de Oña y las cumbres de los Obarenes, al este; y hasta las siluetas de la Montaña Palentina, al oeste, previo sobrevuelo del Páramo de Masa, y las de la Sierra de la Demanda, al sur. Para la erudición dejo pendiente el nombre singular de cada pico; baste aquí el de cada familia.
Llego a la ermita (‘ermitita’ encantadora) de Santa Marina, junto a los riscos de caída al valle. Está abierta; o, mejor dicho, ‘es’ abierta. No tiene puerta. La abertura de su arco de entrada hace de ‘puerta’. Sorprende agradablemente el verla bien cuidada por dentro. Hay en su repisa y hornacinas pequeños detalles religiosos (y ‘humanos’). Gratos para los creyentes y devotos; bonitos para todos. Buena gente debe ser la que por allí transita; respetuosos. Y refugio en caso de necesidad.
En el Bujal, me aparto de los acantilados del Valle de Las Caderechas y giro hacia el otro lado, para tener vistas del Valle de Valdivielso, con la Sierra de La Tesla y sus tres impresionantes ‘cluses’ o cortes transversales de caída al valle, en abruptas Vs. Algo lejos todo ello. Baste ahora con saber que se puede contemplar desde aquí. Eso me recuerda que me falta una de esas ‘caídas’. Esto es un aperitivo de lo que en fechas próximas me aguarda. La Sierra de la Tesla, un paraje imprescindible.
Pero, por el momento, ya me llevo un pleno de aciertos con la presente ruta. Nada que envidiar; nada echo en falta. Busco el pequeño hito de piedras que señala el punto de inicio del descenso por el Portillo de Condado. Empinado; rápido; no te resbales. No te quedes embelesado mirando en torno. Echa un ojo al suelo de vez en cuando.
(*) Dificultad Moderada. Por su longitud y desnivel. Pero sin exigencias técnicas. Atención a localizar el punto de descenso en el Portillo de Condado y cierta precaución bajando.
RUTAS CERCANAS:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-de-los-duendes-herrera-de-valdivielso-97315014
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/aguas-candidas-valle-de-caderechas-100163068
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/camino-del-pescado-y-de-la-lana-97061774
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 75 (para Senderismo): dificultad 'Media' (en el límite con 'Dura') para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 733 metros (superior al que estima Wikiloc).
Si no te interesa la (larga y con intriga) anécdota de la jornada, puedes ‘saltar’ hasta el párrafo 8[Ruta]. Pero…, aviso, mejor que no lo hagas. Debería interesarte, si vas a ir por esos pagos en esta época del año. Por tu salud (mental y emocional, al menos...).
Imagina. Imagínalo porque es real. Con los pies en el suelo (literal y metafóricamente; y no es baladí esto último), te pones en camino. Vas solo. El reloj se acerca a las 8 h am en un luminoso día de finales de junio. Oyes fuertes detonaciones, que se suceden de modo frecuente a intervalos variables. Suenan cercanas. Parecen disparos de escopeta. Acabas de salir de Madrid (origen de la ruta) en dirección a Huéspeda (“¡¿ein…?!”). …Del pueblo de Madrid, en el valle burebano de Las Caderechas.
Continúan los estampidos a lo largo de unos dos km. Campos de cerezos flanquean la vereda. Los árboles están cargados de apetitosos frutos rosados, rojos, granate. A la espera de ser recogidos. Sabes que no es época de caza (cinegética). No hay tiroteo. Son disparos sueltos. ‘Se te encienden las alarmas’: “¿No estarán a la caza de los ‘ladrones de cuerpos’ (…digo, cerezas)?”. “Bueno (te espetas, para calmar el desasosiego), no ‘tremendices’: será sólo para ahuyentarlos, si acaso… Esta es una tierra de gente cabal… (¿nooo?)”.
Casi levantas las manos: “Regístrenme…”. Mas, a nadie ves. Sólo pájaros; volando, que es lo suyo. Las detonaciones continúan… Te pellizcas. Duele. “Estoy despierto”. No oyes gritos. “¿Me habré vuelto loco?”. …Pues no; o sólo apenas (“¿apenas?”). No estás desencaminado. La respuesta te llegará unos 20 minutos después. Pero tú no lo sabes… “No puede ser verdad. Alguna explicación ‘razonable’ habrá…”. No suenan más cerca… Así que prosigues, más calmado, aunque bajando un poco la cabeza entre los hombros.
Llegas al pueblo de Huéspeda. Ves a un hombre, un lugareño. A nadie más. De aspecto ‘normal’ y con dos perros tranquilos. Parece salir de paseo. --“Buenos días. ¿Sabes el camino?”, te pregunta. Acento afable, actitud amistosa. --“Sí, gracias, está todo aquí (señalo el teléfono)”. --“Vaya, eso me recuerda que he olvidado el mío. Vuelvo a casa a por él. Que tengas buena ruta”, dice. Parece, pues, humano; de los ‘de antes’; de los de siempre. Creo que le puedo preguntar y fiarme de su respuesta…
Antes de que se aleje: --“Esos estampidos, ¿parecen tiros, no? ¿Qué sucede?”. –“Ah, son explosiones controladas de cápsulas de gas butano para espantar a los pájaros. Devoran las cerezas. Arrasan las plantaciones”. Después de todo, tu razonamiento tremendista era esencialmente correcto (prescindiendo de los detalles, claro). Ahuyentar a ‘los ladrones de cuerpos’.... Cuerpos exquisitos, que constituyen una importante fuente económica, quizá vital, para estos pueblos, que bien se la han ‘currado’ y merecen recompensa.
Suficiente (e ilustrativa) anécdota por hoy. Luego, una caminata deliciosa, toda ella. Salvo un par de segundos (con foto) mirando una gran pintada en una roca. También ‘ilustrativa’: ‘Baskonia mendi (?) taldea’, parece decir. Allí produce el efecto del rasguñar sobre una pizarra: un chirrido estridente. Una herida en un santuario natural. He visto en muchas cimas bonitos buzones de grupos de montaña, y dignas inscripciones. ‘Bien-pensaré’ (edulcoradamente) que para tamaño jeribeque bastó con una única mano (sin cabeza; y, acaso, ajena). Al cajón del olvido.
8[Ruta]. Ahora haré una descripción de la ruta y valoraré sus atractivos, añadidos al emocionante episodio anecdótico descrito arriba.
Tomé como guía el trazado de ‘Manu Arroyo’ en Wikiloc: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/madrid-de-las-caderechas-altos-de-los-castillos-y-bujal-76797986 . Me llevó en volandas; como la seda. Gracias. Hice únicamente un cambio menor, pero de cierta significación. En el (mi) km 13,2 y hasta el 14,2, me desvié a la izquierda para contemplar el Valle de Valdivielso y sus aledaños. Bien hecho y bienvenido fue el desvío.
Resumiendo el itinerario. Desde Madrid de Las Caderechas me dirijo a Huéspeda. Luego toca subir, prolongadamente, si bien el desnivel no es exigente; hasta el cordal que semi-circunda el valle, como un anfiteatro. Ya en el portillo, avanzo hacia la izquierda hasta la cima de Los Castillos. Regreso al portillo y recorro todo el largo cordal en dirección noreste hasta la cima del Bujal (entre una profusión de bojes; de ahí lo de Bujal, imagino). Llegado al Portillo de Condado, inicio el pronunciado descenso a Madrid de Las Caderechas.
Ahora algunos de los muchos atractivos de la ruta. Tras Huéspeda, las explosiones se amortiguan y dejan de oírse. Paz total. Se afronta un largo, pero llevadero y placentero ascenso entre bosques de pinos; hacia las cumbres del circo que cierra el Valle de Las Caderechas por sus confines noroccidentales. Llegados al borde del circo, merece la pena continuar subiendo al monte de Los Castillos (poco más de 3 km entre ida y vuelta). No desaprovecho esa oportunidad de ver el mundo desde más arriba.
En la cima de Los Castillos, es tiempo de abandono de la mente en favor de los sentidos. Saboreo el puñadito de cerezas recogidas abajo, en unos árboles silvestres fuera de las fincas cultivadas. Me dejo acariciar la piel por la suave y fresca brisa que seca el sudor del ascenso. Oigo el ensordecedor y relajante silencio. Seguro que olores habrá, pero el olfato no es el más fino de los sensores humanos. Y la vista…, que lo llena todo. Magníficas panorámicas: montes y montañas y sierras encontrándose, entrecruzándose, superponiéndose; cercanas y lejanas. Para qué enumerarlas; son tantas... Y no nos olvidemos del verde páramo, a un lado.
(Dice ‘Manu Arroyo’ que también Peña Amaya se yergue visible en el horizonte suroeste. ¡Vaya, esa me la perdí! Imperdonable (en mí…). Como reparación, tomo prestada una foto suya [MA] desde la cima de Los Castillos (en mi ‘waypoint’ Panorámica 16, última foto).
Me despido de esa cima y voy en busca del Bujal. Ya resituado junto al borde superior del valle, lo voy circundando. El sol se estrella oblicuo y frontal. La neblina y los reflejos ‘engañan’ a las cámaras, pero no a mis ojos, que lo graban. Aprecio la extensa hondonada a mis pies, con los picos en el centro del valle; el recorte de la Mesa de Oña y las cumbres de los Obarenes, al este; y hasta las siluetas de la Montaña Palentina, al oeste, previo sobrevuelo del Páramo de Masa, y las de la Sierra de la Demanda, al sur. Para la erudición dejo pendiente el nombre singular de cada pico; baste aquí el de cada familia.
Llego a la ermita (‘ermitita’ encantadora) de Santa Marina, junto a los riscos de caída al valle. Está abierta; o, mejor dicho, ‘es’ abierta. No tiene puerta. La abertura de su arco de entrada hace de ‘puerta’. Sorprende agradablemente el verla bien cuidada por dentro. Hay en su repisa y hornacinas pequeños detalles religiosos (y ‘humanos’). Gratos para los creyentes y devotos; bonitos para todos. Buena gente debe ser la que por allí transita; respetuosos. Y refugio en caso de necesidad.
En el Bujal, me aparto de los acantilados del Valle de Las Caderechas y giro hacia el otro lado, para tener vistas del Valle de Valdivielso, con la Sierra de La Tesla y sus tres impresionantes ‘cluses’ o cortes transversales de caída al valle, en abruptas Vs. Algo lejos todo ello. Baste ahora con saber que se puede contemplar desde aquí. Eso me recuerda que me falta una de esas ‘caídas’. Esto es un aperitivo de lo que en fechas próximas me aguarda. La Sierra de la Tesla, un paraje imprescindible.
Pero, por el momento, ya me llevo un pleno de aciertos con la presente ruta. Nada que envidiar; nada echo en falta. Busco el pequeño hito de piedras que señala el punto de inicio del descenso por el Portillo de Condado. Empinado; rápido; no te resbales. No te quedes embelesado mirando en torno. Echa un ojo al suelo de vez en cuando.
(*) Dificultad Moderada. Por su longitud y desnivel. Pero sin exigencias técnicas. Atención a localizar el punto de descenso en el Portillo de Condado y cierta precaución bajando.
RUTAS CERCANAS:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-de-los-duendes-herrera-de-valdivielso-97315014
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/aguas-candidas-valle-de-caderechas-100163068
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/camino-del-pescado-y-de-la-lana-97061774
Waypoints
Panorama
3,739 ft
Panorámica 16
La última fotografía de este 'punto de interés' ('waypoint') fue obtenida por 'Manu Arroyo' en su ruta https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/madrid-de-las-caderechas-altos-de-los-castillos-y-bujal-76797986 . Se observan al fondo las siluetas de Peña Amaya y Peña Castro, desde el alto de Los Castillos.
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