Pomarão - Santana de Cambas

Tiempo en movimiento: 6 h 16'.

Realicé el itinerario en sentido horario.

Al menos hasta el verano del 2017 va a estar la frontera cerrada para el tránsito de vehículos por causa de un derrumbamiento de tierras acaecido en el lado español a pocos metros del Guadiana. De momento se puede pasar a pie, pero puede ser que lo prohiban también. Recomiendo llamar al ayuntamiento de El Granada antes de ir a realizar esta ruta.

Si se puede pasar debemos aparcar unos 50 metros antes del derrumbe y cruzar el puente fronterizo a pie. Bajáis al muelle y ahí comienza la primera parte de la ruta, que es seguir la extinta vía férrea que unía las Minas de São Domingos con el río.

La vía acompaña a un riachuelo la mayor parte del tiempo y hay numerosos puentes que lo salvan. A día de hoy sólo queda en pie uno, así que tenemos que cruzar el riachuelo en multitud de ocasiones. La tarea resulta más o menos sencilla a no ser que transitemos en tiempos de aguas copiosas.

Hay varios túneles. Se pueden soslayar, pero recomiendo pasar bajo ellos por su inherente halo de misterio. Yo me salté uno por estar pendiente del vado del arroyo.

Rodeamos dos aldeas y nos adentramos en Santana de Cambas. El track evidencia que estuve un rato degustando la cerveza lusitana. Según parece se come bien en ese bar-restaurante.

Ahora tomamos rumbo hacia el Embalse del Chanza, segundo protagonista de la jornada. En un principio pensé trazar el recorrido junto a sus aguas, pero habría resultado muy extenso, así que decidí aproximarme a su cercana contemplación un par de veces, una al principio del tramo y otra al final del paseo. Así pues tracé y deambulé por el interior uniendo trochas, caminos y sendas. Hay tramos de conexión monte traviesa y otros anexos a cauces de arroyos. Tenemos que atravesar alguna que otra portilla y saltar alguna que otra alambrada en sitios adecuados para ello, ya que los portugueses colocan travesaños a mitad de altura de las vallas para su humano fácil traspaso, no como en España.

Casi al final subimos a un alto para gozar de las vistas y, tras bajar al pantano, viene un colofón que no recomiendo para bisoños senderistas: Primero hay que pasar entre y sobre la alambrada de una finca privada (lejos de la casa, por cierto). Justo tras ello hay que bajar monte a través unos 50 metros esquivando la maleza. Poco más allá un tramo brevísimo de camino algo sucio y rodear la primera casa del pueblo para llegar a la frontera y culminar la jornada.

Me divertí mucho durante el trayecto. Espero que os ocurra lo mismo.