Pico Morgao, Peña La Laguna, Cuetos Moxicu y Los Fueyos, y Loma Los Lagos desde Llananzanes

Itinerario (circular): Llananzanes-El Cuncu-Cochoro-La Carbazosa-Vega la Laguna-Pico Morgao-Peña La Laguna-Cuetu Moxicu-Cueto Los Fueyos-Loma los Lagos-Puerto de Piedrafita-Mayá de San Pedro-Colláu Rocín-Campanal de Riba-Campanal d'Abaxu-Posaoriu-Fuente Roseco-Llananzanes.
Califico la ruta de difícil por su desnivel y longitud, aunque realmente no hay ningún obstáculo ni paso delicado a lo largo de ella. Incluso, si se hiciera a la inversa, se podría considerar de dificultad moderada, ya que llegar a la Peña La Laguna nos lleva del orden de 6 kilómetros por Cochoro, mientras que por Piedrafita se salva similar desnivel en algo más de 10 kilómetros.
El recorrido parte desde la aldea de Llananzanes y nada más salir de ella, tomamos un amplio y pindio camino que se dirige a la Mayá de Cochoro y que transcurre en todo momento por un precioso hayedo (Monte Los Cuayos). También se conserva bastante bien el camino que, bordeando Cochoro, continúa hacia la vetusta Braña de La Carbazosa. Y desde este bello paraje hasta la Vega de La Laguna se camina por senderos del ganado y sin apenas matorral que pudiera dificultar el paso. Y ya desde la vega (donde hay dos pequeñas lagunas), la ascensión a las peñas calizas del Morgao y La Laguna no tiene mayor dificultad, salvo la propia de caminar por terreno kárstico. Las vistas desde estas cumbres son espectaculares, tanto a la parte asturiana (hayedo y valle de Llananzanes, valles de L’Orria y Vegarada, Serranía de Las Fuentes de Invierno, Sierras de Casomera y El Cuadro...), como a la leonesa (con menos arbolado, pero tapizada de hermosos brezos y escobas, que le proporcionan un llamativo colorido al Valle del Torío).
Desde La Laguna al Puerto de Piedrafita transitamos cómodamente por la cuerda cumbrera, donde destacan las lagunas de la Vega de los Llagos (valga la redundancia), una de ellas de buen tamaño. Y, finalmente, desde el Puerto de Piedrafita a Llananzanes bajamos por una amplia pista (y en algunos tramos incómoda por la piedra suelta) que transita por hermosos parajes como la Mayá de San Pedro y la Vega de Campanal, en medio de un maravilloso hayedo. Tan es así que es recomendable hacer esta ruta a comienzos de la primavera y/o de otoño, cuando el color de las hojas de las hayas adquiere su máxima belleza.