Pico Gilbo (1679 m.) desde el viaducto de Riaño
near Salió, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Punto de partida: Viaducto de Riaño.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Todo el año excepto con nieve.
Elementos de interés: Vistas desde la cima y bosque.
Tipo de camino: Pista de tierra que se corresponde con el PR-LE 52 y campo a través.
Servicios: Riaño cuenta con bares, restaurantes y unos cuantos alojamientos rurales.
Descripción del itinerario.
El pico Gilbo es, sin duda, para cualquier amante a la montaña, un pico diferente y especial. Aunque no llegue ni siquiera a los 1700 metros de altitud, su forma espigada tan característica y propia le han convertido en un emblema de la montaña de Riaño siendo conocido también como el "Cervino leonés".
Iniciamos la ascensión desde el aparcamiento antes de cruzar el viaducto sobre el embalse Riaño. De entre todas las posibilidades que tenemos de ascender el Gilbo, ésta es la más corta (figura 1).
Los primeros dos kilómetros les realizaremos por una pista de gran anchura que primero cruza un pequeño pinar para luego bordear uno de los muchos brazos del embalse de Riaño, que presentaba un aspecto inmejorable (figuras 2 y 3).
Cuando hayamos completado este tramo, entraremos en el área de descanso "Las Viescas" que contaba con un panel informativo donde nos informaba sobre uno de los ramales de la ruta señalizada PR-LE 52 "Collado El Baile", que nos guiará por un precioso bosque de robles y hayas. Desde este lugar tendremos unas buenas vistas del Gilbo y del Yordas (figuras 4, 5, 6 y 7).
El ascenso por el bosque es bastante pindio, especialmente en su parte final, en la que casi casi se hace necesario el uso de las manos. El bosque es precioso. En su parte inicial cuenta mayoritariamente con robles jóvenes (figura 8) y en su parte final con hayas de gran porte (figuras 9 y 10).
Tras dejar atrás el bosque se nos presentará ante nosotros un claro, el collado Vallarqué, un collado entre el Gilbo y la peña Sarnosa, ideal para tomarnos un respiro (figura 11). Desde aquí tendremos el Gilbo a "tiro de piedra" (figura 12).
Prosiguiendo en dirección oeste, llegamos a una corta y estrecha canal que termina en el collado que separa las dos cimas de la montaña (figuras 13, 14 y 15). Se alcanza sin ningún tipo de problemas. Desde este punto a la cima, será la de mayor belleza por las vistas así como el trayecto, pues es bastante entretenido y con un poco de exposición, pero nada del otro mundo! (figuras 16, 17, 18 y 19). Las vistas desde la cima son extraordinarias. Tendremos en primer término Riaño y su embalse y de telón de fondo los Picos de Europa. Pero también los valles inundados como el de Anciles.
El descenso lo efectuamos con extremo cuidado pues hay algunos tramos con algo de piedra suelta y cada poco parando para sacar fotos, pues no en todas las ascensiones se disfrutan de unas vistas tan guapas. Cuando alcancemos el collado seguiremos un camino más o menos pisado hasta llegar a un cercado para ganado (figura 20). Sin cruzar este paso y antes de llegar al redil, encontramos una baliza (figura 21) que nos muestra un camino que desciende enmascarándose en el bosque. Es la senda que tendremos que elegir, pues si cruzamos el redil acabamos en Horcadas. Es importante fijarse en este punto ya que no es muy evidente.
Sabremos que hemos elegido el camino correcto si nos topamos con un manadero (figura 22) a los pocos metros de nuestra internada por el bosque del arroyo de Vallarqué. El descenso baja por un bosque no tan bello como el de la ida pero entre sombras, siendo una bajada no tan marcada como la ida (figura 23). Quizás sea más sencillo hacer el camino al contrario...
Sólo nos quedará remontar nuestros pasos cuando hayamos salido a la pista que bordea el brazo del embalse (figura 24) por donde realizamos la ida.
Impresiones.
La ascensión al Gilbo no es como otra cualquiera. Su peculiar forma le ha convertido en todo un referente en la montaña oriental leonesa, ideal para el disfrute de cualquier montañero o senderista habituado a los pasos aéreos y alguna que otra trepada. No nos podemos olvidar del genocidio ambiental que supuso la construcción del embalse de Riaño, anegando pueblos y uno de los valles más bonitos de todo el norte peninsular.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Todo el año excepto con nieve.
Elementos de interés: Vistas desde la cima y bosque.
Tipo de camino: Pista de tierra que se corresponde con el PR-LE 52 y campo a través.
Servicios: Riaño cuenta con bares, restaurantes y unos cuantos alojamientos rurales.
Descripción del itinerario.
El pico Gilbo es, sin duda, para cualquier amante a la montaña, un pico diferente y especial. Aunque no llegue ni siquiera a los 1700 metros de altitud, su forma espigada tan característica y propia le han convertido en un emblema de la montaña de Riaño siendo conocido también como el "Cervino leonés".
Iniciamos la ascensión desde el aparcamiento antes de cruzar el viaducto sobre el embalse Riaño. De entre todas las posibilidades que tenemos de ascender el Gilbo, ésta es la más corta (figura 1).
Los primeros dos kilómetros les realizaremos por una pista de gran anchura que primero cruza un pequeño pinar para luego bordear uno de los muchos brazos del embalse de Riaño, que presentaba un aspecto inmejorable (figuras 2 y 3).
Cuando hayamos completado este tramo, entraremos en el área de descanso "Las Viescas" que contaba con un panel informativo donde nos informaba sobre uno de los ramales de la ruta señalizada PR-LE 52 "Collado El Baile", que nos guiará por un precioso bosque de robles y hayas. Desde este lugar tendremos unas buenas vistas del Gilbo y del Yordas (figuras 4, 5, 6 y 7).
El ascenso por el bosque es bastante pindio, especialmente en su parte final, en la que casi casi se hace necesario el uso de las manos. El bosque es precioso. En su parte inicial cuenta mayoritariamente con robles jóvenes (figura 8) y en su parte final con hayas de gran porte (figuras 9 y 10).
Tras dejar atrás el bosque se nos presentará ante nosotros un claro, el collado Vallarqué, un collado entre el Gilbo y la peña Sarnosa, ideal para tomarnos un respiro (figura 11). Desde aquí tendremos el Gilbo a "tiro de piedra" (figura 12).
Prosiguiendo en dirección oeste, llegamos a una corta y estrecha canal que termina en el collado que separa las dos cimas de la montaña (figuras 13, 14 y 15). Se alcanza sin ningún tipo de problemas. Desde este punto a la cima, será la de mayor belleza por las vistas así como el trayecto, pues es bastante entretenido y con un poco de exposición, pero nada del otro mundo! (figuras 16, 17, 18 y 19). Las vistas desde la cima son extraordinarias. Tendremos en primer término Riaño y su embalse y de telón de fondo los Picos de Europa. Pero también los valles inundados como el de Anciles.
El descenso lo efectuamos con extremo cuidado pues hay algunos tramos con algo de piedra suelta y cada poco parando para sacar fotos, pues no en todas las ascensiones se disfrutan de unas vistas tan guapas. Cuando alcancemos el collado seguiremos un camino más o menos pisado hasta llegar a un cercado para ganado (figura 20). Sin cruzar este paso y antes de llegar al redil, encontramos una baliza (figura 21) que nos muestra un camino que desciende enmascarándose en el bosque. Es la senda que tendremos que elegir, pues si cruzamos el redil acabamos en Horcadas. Es importante fijarse en este punto ya que no es muy evidente.
Sabremos que hemos elegido el camino correcto si nos topamos con un manadero (figura 22) a los pocos metros de nuestra internada por el bosque del arroyo de Vallarqué. El descenso baja por un bosque no tan bello como el de la ida pero entre sombras, siendo una bajada no tan marcada como la ida (figura 23). Quizás sea más sencillo hacer el camino al contrario...
Sólo nos quedará remontar nuestros pasos cuando hayamos salido a la pista que bordea el brazo del embalse (figura 24) por donde realizamos la ida.
Impresiones.
La ascensión al Gilbo no es como otra cualquiera. Su peculiar forma le ha convertido en todo un referente en la montaña oriental leonesa, ideal para el disfrute de cualquier montañero o senderista habituado a los pasos aéreos y alguna que otra trepada. No nos podemos olvidar del genocidio ambiental que supuso la construcción del embalse de Riaño, anegando pueblos y uno de los valles más bonitos de todo el norte peninsular.
Waypoints
Comments (3)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Bonito ascenso
Este jueves santo voy yo que no lo conozco espero jacer cima jejejej. Saludos
Ánimo con ello! Las vistas son estupendas y el esfuerzo merece la pena!