Pico del Grajo subiendo por la 'Cañada del Conejo' y bajando por la 'Cañada de la Cancha' (Sierra Alcaparaín)
near Carratraca, Andalucía (España)
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El Jueves 30 de Noviembre 2023, teníamos previsto realizar una ruta por la Sierra de Huétor que finalmente nos vimos obligados a posponer por inclemencias meteorológicas, por lo que buscando ventanas de predicciones más favorables, nos encontramos con la siempre agradecida Sierra Alcaparaín. Que a pesar de su “modesta altitud”, siempre nos recompensa con una serie de rincones y miradores naturales fantástico. En esta ocasión, los compañeros de aventura fuimos: Stephanie Sarrazin, Pedro Romero Luna, Antonio Pascual y un servidor.
Siempre me llamó la atención el nombre de “Alcaparaín” que me sonaba a apellido vasco o navarro (aunque tampoco he conocido a nadie de aquellas tierras que se apellide así. El caso es que indagando un poco en el posible origen de la Etimología de tan peculiar nombre, me he encontrado con dos hipótesis:
1º) Su nombre puede proceder de una palabra árabe, de pronunciación parecida, que significa “Las dos cimas” (que imagino se refiría al Pico del Grajo “o Valdivia” y El Tajo del Capellán, popularmente conocido como “El tajo de la Canana”.
2º) Su nombre original es Sierra “CAPARAÍN” ( y no “Alcaparaín”), parece ser que el topónimo “Caparaín” está vinculado a la roca caliza y los manantiales.
Como siempre que venimos a esta zona quedamos para desayunar en la Venta EL CRUCE de Ardales, hasta donde de todas formas, hay que llegar, porque la entrada al carril de acceso hay que hacerla cogiendo la cuesta arriba que sube desde Ardales, dirección Málaga, y justo al final de la misma, poco antes de llegar al desvío de “Carratraca” a la izquierda, nosotros, tomamos una cerrada curva de horquilla a la derecha que nos introduce en un carril, parcialmente flanqueado de cipreses que casi en suave ascensión nos lleva en poco más de 2 km al inicio de ruta, una explanada terriza ideal para dejar los vehículos que identificamos fácilmente por la gran balsa contraincendios que se encuentra a unos 40 m de dicha explanada. Muy cerca de aquí se encuentra, la, antaño conocida como “Fuente del Colegial”, y desde el mismo lugar donde dejamos los vehículos podemos observar varias pequeñas cavidades, en dos de las cuales se practicaron sepulturas durante el Neolítico, según nos informó el Maestro Don Pedro Cantalejo Duarte. Aprovechando la ocasión para dedicarle un ratillo de exploración al final de nuestro itinerario, al que llegamos sobre las 17.00 pm con muy buena luz.
Como en anteriores ocasiones, echamos a andar por el ramal de una antigua pista forestal que en suave pendiente ascendente nos lleva por un bonito pinar de pino carrasco, que es que más abunda en esta sierra, junto con el piñonero, los enebros, la jara, el romero, la aulaga, el matagallo y los bosquetes de coscoja, como tendremos oportunidad de comprobar a lo largo de nuestro tránsito por la meseta. En este primer kilómetro de ruta en suave ascensión nos encontramos a la derecha de la vieja pista forestal con dos caleras y las ruinas de un cortijo. Poco después de que la pista se transforme en angosto sendero, la pendiente aumenta y frente a nosotros se elevan grandes tajos que parecen formar un antiguo circo glaciar, se trata de la cabecera de la “Cañada del Conejo”, por donde pronto comenzamos a ascender por un precioso sendero de herradura, que en cómodos zigzags nos deja en la meseta superior de Alcaparaín, donde proliferan los bosques de coscojas. Mientras nos hemos ido recreando de magníficas vistas sobre las principales cumbres del paraje del Chorro como son. Sierra Llana, Los tajos ballesteros, el Huma, el Pico Capilla, el tajo del Cuervo o la Mesa de Villaverde.
Gracias al suave perfil de la meseta de Sierra Alcaparaín y a la pista forestal que lo atraviesa, nos aproximamos rápidamente a la zona de antecumbre del Pico del Grajo, donde también estuvimos disfrutando de preciosas vistas del mediterráneo entre nubes, los nortes de Sierra Prieta y Cabrilla, así como de gran parte del Valle del Turón, con la localidad del Burgo al S-O y parte de Casarabonela, si bien la localidad que vamos a contemplar desde más puntos distintos del recorrido es Carratraca.
La ascensión hasta la cumbre del Grajo (también conocida como “Pico Valdivia”, de 1.293 msnm es muy cómoda), el momento de llegada a la cumbre coincidió con un girón de nubes que cubrió parcialmente las cumbres de Prieta y Cabrillas, así como gran parte de la llanura litoral de Guadalmar, fácimente visible en los días despejados.
La situación geográfica y el relieve de estos espacios caracterizan la configuración de las poblaciones de fauna, destacando especialmente la riqueza de la avifauna rupícola. La ZEC de las sierras de Alcaparaín y Aguas constituye un área de campeo y nidificación de importantes especies como el águila real, el águila-azor perdicera, el halcón peregrino, el búho real, la chova piquirroja, o el vencejo real. Igualmente destaca la presencia de varias especies de aves necrófagas, entre ellas el buitre leonado y el alimoche. En lo que a mamíferos se refiere, destaca la presencia de la cabra montés, el zorro y el jabalí.
De regreso sobre nuestros pasos, tomamos el desvío que nos lleva hasta el Tajo del Capellán, que toma su nombre del cortijo del mismo nombre, que se encontraba cerca de su base, donde aún se conservan restos de un Dair medieval, con un sistema de riego en zig-zag. También alberga restos de una torre, de una alquería y varias albercas del siglo XIV. Al Tajo del Capellán se le conoce popularmente como el Tajo de “la Canana” (1.162 msnm), desde el que desandamos el pequeño ramal, que ya nos dejaba muy cerca del bosquete de pinos que preside la parte alta del bosquete de pinos de “La Cañada de la cancha” por donde realizamos el descenso, flanqueados por fantasmagóricos pinácumos rocosos, destacando el conjunto localmente conocido por los vecinos de Carratraca como “Los Dientes de la Vieja”, al final de este precioso, aunque también, semi abandonado sendero del Arroyo de la Cancha, pasamos junto a la que debió ser en su día, una gran Casa de Vigilancia Forestal, que de estar en el Norte de España, haría tiempo que ya se habría restaurado y reconvertido, en un precioso refugio de montaña, debidamente gestionado y acondicionado. Desde aquí, ya sólo queda completar el último kilómetro, mediante una cómoda pista forestal en descenso, pasando junto a las covachas, mencionadas al principio de la descripción.
Dentro de las peculiaridades de Sierra Alcaparaín nos encontramos con que parte de las rocas de esta sierra son peridotitas, y junto con la Sierra de Aguas, sobre la cual podemos ver el parque eólico que se encuentra a medio camino entre Carratraca y Álora al Este, suponen el afloramiento de peridotita más lejano a Sierra Bermeja, que es el principal de la provincia de Málaga, existiendo otras dos sierras a modo de “islas de peridotitas” como son la Sierra de Tolox y la Alpujata o “Sierra Negra”.
El término municipal de Carratraca, que junto con Árdales, sonnuestras dos localidades de referencia pa5ra esta ruta, ambas vecinas y situadas al sur de la comarca del Valle del Guadalteba, comparten un territorio, con una amplia geodiversidad, que no ha pasado desapercibida en los últimos siglos. De hecho, ya sea en la cara ESTE de la sierra de Alcaparaín o en la sierra de Aguas, ha habido extracciones de minerales tan preciados por su uso industrial como el cromo y el níquel. Pero, lo que sigue hoy sorprendiendo, incluso a los propios vecinos del municipio es la posible existencia de diamantes en su término municipal. No se trata de una leyenda, pero es cierto que hay un misterio en lo que se refiere a ñla extracción de diamantes de la Sierra Alcaparaín.
Hoy hay pruebas de que, al menos, se construyó una mina para extraer estas piedras preciosas en la zona conocida como Los Jarales entre 1966 y 1970. Según los datos que ha recabado el geólogo malagueño Juan Carlos Romero, esta explotación fue realizada por la Real Compañía Asturiana de Minas, a los pies de la sierra de Alcaparaín, es decir, frente al casco urbano de Carratraca. Estaba junto a una de las extracciones de cromo-níquel más importantes de la historia de España. Eso sí, sobre la explotación minera de diamantes de Carratraca apenas hay datos. Ni siquiera medio siglo después de que se hicieran aquellos trabajos.
Además de alguna documentación, la prueba más evidente de que allí hubo una mina es la existencia todavía hoy de una balsa para el lavadero de esta piedra preciosa, en la confluencia de los arroyos del Moro y de los Pinos.
El abandono de la explotación minera en 1970 se debió seguramente, a su falta de rentabilidad. Según Romero, los estudios previos hacen intuir que de allí sólo se sacó polvo de diamante, lo que se traduce en porciones inferiores a un milímetro. Además, a diferencias de otras minas de diamantes, aquí la piedra preciosa estaba en estado natural asociada a la peridotita. Por tanto, para obtener el diamante antes había que machacarlo y separarlo de ésta. En su día, la Real Compañía Asturiana de Minas, en su mayoría de capital belga, no ofreció datos sobre los resultados de la explotación.
Siempre me llamó la atención el nombre de “Alcaparaín” que me sonaba a apellido vasco o navarro (aunque tampoco he conocido a nadie de aquellas tierras que se apellide así. El caso es que indagando un poco en el posible origen de la Etimología de tan peculiar nombre, me he encontrado con dos hipótesis:
1º) Su nombre puede proceder de una palabra árabe, de pronunciación parecida, que significa “Las dos cimas” (que imagino se refiría al Pico del Grajo “o Valdivia” y El Tajo del Capellán, popularmente conocido como “El tajo de la Canana”.
2º) Su nombre original es Sierra “CAPARAÍN” ( y no “Alcaparaín”), parece ser que el topónimo “Caparaín” está vinculado a la roca caliza y los manantiales.
Como siempre que venimos a esta zona quedamos para desayunar en la Venta EL CRUCE de Ardales, hasta donde de todas formas, hay que llegar, porque la entrada al carril de acceso hay que hacerla cogiendo la cuesta arriba que sube desde Ardales, dirección Málaga, y justo al final de la misma, poco antes de llegar al desvío de “Carratraca” a la izquierda, nosotros, tomamos una cerrada curva de horquilla a la derecha que nos introduce en un carril, parcialmente flanqueado de cipreses que casi en suave ascensión nos lleva en poco más de 2 km al inicio de ruta, una explanada terriza ideal para dejar los vehículos que identificamos fácilmente por la gran balsa contraincendios que se encuentra a unos 40 m de dicha explanada. Muy cerca de aquí se encuentra, la, antaño conocida como “Fuente del Colegial”, y desde el mismo lugar donde dejamos los vehículos podemos observar varias pequeñas cavidades, en dos de las cuales se practicaron sepulturas durante el Neolítico, según nos informó el Maestro Don Pedro Cantalejo Duarte. Aprovechando la ocasión para dedicarle un ratillo de exploración al final de nuestro itinerario, al que llegamos sobre las 17.00 pm con muy buena luz.
Como en anteriores ocasiones, echamos a andar por el ramal de una antigua pista forestal que en suave pendiente ascendente nos lleva por un bonito pinar de pino carrasco, que es que más abunda en esta sierra, junto con el piñonero, los enebros, la jara, el romero, la aulaga, el matagallo y los bosquetes de coscoja, como tendremos oportunidad de comprobar a lo largo de nuestro tránsito por la meseta. En este primer kilómetro de ruta en suave ascensión nos encontramos a la derecha de la vieja pista forestal con dos caleras y las ruinas de un cortijo. Poco después de que la pista se transforme en angosto sendero, la pendiente aumenta y frente a nosotros se elevan grandes tajos que parecen formar un antiguo circo glaciar, se trata de la cabecera de la “Cañada del Conejo”, por donde pronto comenzamos a ascender por un precioso sendero de herradura, que en cómodos zigzags nos deja en la meseta superior de Alcaparaín, donde proliferan los bosques de coscojas. Mientras nos hemos ido recreando de magníficas vistas sobre las principales cumbres del paraje del Chorro como son. Sierra Llana, Los tajos ballesteros, el Huma, el Pico Capilla, el tajo del Cuervo o la Mesa de Villaverde.
Gracias al suave perfil de la meseta de Sierra Alcaparaín y a la pista forestal que lo atraviesa, nos aproximamos rápidamente a la zona de antecumbre del Pico del Grajo, donde también estuvimos disfrutando de preciosas vistas del mediterráneo entre nubes, los nortes de Sierra Prieta y Cabrilla, así como de gran parte del Valle del Turón, con la localidad del Burgo al S-O y parte de Casarabonela, si bien la localidad que vamos a contemplar desde más puntos distintos del recorrido es Carratraca.
La ascensión hasta la cumbre del Grajo (también conocida como “Pico Valdivia”, de 1.293 msnm es muy cómoda), el momento de llegada a la cumbre coincidió con un girón de nubes que cubrió parcialmente las cumbres de Prieta y Cabrillas, así como gran parte de la llanura litoral de Guadalmar, fácimente visible en los días despejados.
La situación geográfica y el relieve de estos espacios caracterizan la configuración de las poblaciones de fauna, destacando especialmente la riqueza de la avifauna rupícola. La ZEC de las sierras de Alcaparaín y Aguas constituye un área de campeo y nidificación de importantes especies como el águila real, el águila-azor perdicera, el halcón peregrino, el búho real, la chova piquirroja, o el vencejo real. Igualmente destaca la presencia de varias especies de aves necrófagas, entre ellas el buitre leonado y el alimoche. En lo que a mamíferos se refiere, destaca la presencia de la cabra montés, el zorro y el jabalí.
De regreso sobre nuestros pasos, tomamos el desvío que nos lleva hasta el Tajo del Capellán, que toma su nombre del cortijo del mismo nombre, que se encontraba cerca de su base, donde aún se conservan restos de un Dair medieval, con un sistema de riego en zig-zag. También alberga restos de una torre, de una alquería y varias albercas del siglo XIV. Al Tajo del Capellán se le conoce popularmente como el Tajo de “la Canana” (1.162 msnm), desde el que desandamos el pequeño ramal, que ya nos dejaba muy cerca del bosquete de pinos que preside la parte alta del bosquete de pinos de “La Cañada de la cancha” por donde realizamos el descenso, flanqueados por fantasmagóricos pinácumos rocosos, destacando el conjunto localmente conocido por los vecinos de Carratraca como “Los Dientes de la Vieja”, al final de este precioso, aunque también, semi abandonado sendero del Arroyo de la Cancha, pasamos junto a la que debió ser en su día, una gran Casa de Vigilancia Forestal, que de estar en el Norte de España, haría tiempo que ya se habría restaurado y reconvertido, en un precioso refugio de montaña, debidamente gestionado y acondicionado. Desde aquí, ya sólo queda completar el último kilómetro, mediante una cómoda pista forestal en descenso, pasando junto a las covachas, mencionadas al principio de la descripción.
Dentro de las peculiaridades de Sierra Alcaparaín nos encontramos con que parte de las rocas de esta sierra son peridotitas, y junto con la Sierra de Aguas, sobre la cual podemos ver el parque eólico que se encuentra a medio camino entre Carratraca y Álora al Este, suponen el afloramiento de peridotita más lejano a Sierra Bermeja, que es el principal de la provincia de Málaga, existiendo otras dos sierras a modo de “islas de peridotitas” como son la Sierra de Tolox y la Alpujata o “Sierra Negra”.
El término municipal de Carratraca, que junto con Árdales, sonnuestras dos localidades de referencia pa5ra esta ruta, ambas vecinas y situadas al sur de la comarca del Valle del Guadalteba, comparten un territorio, con una amplia geodiversidad, que no ha pasado desapercibida en los últimos siglos. De hecho, ya sea en la cara ESTE de la sierra de Alcaparaín o en la sierra de Aguas, ha habido extracciones de minerales tan preciados por su uso industrial como el cromo y el níquel. Pero, lo que sigue hoy sorprendiendo, incluso a los propios vecinos del municipio es la posible existencia de diamantes en su término municipal. No se trata de una leyenda, pero es cierto que hay un misterio en lo que se refiere a ñla extracción de diamantes de la Sierra Alcaparaín.
Hoy hay pruebas de que, al menos, se construyó una mina para extraer estas piedras preciosas en la zona conocida como Los Jarales entre 1966 y 1970. Según los datos que ha recabado el geólogo malagueño Juan Carlos Romero, esta explotación fue realizada por la Real Compañía Asturiana de Minas, a los pies de la sierra de Alcaparaín, es decir, frente al casco urbano de Carratraca. Estaba junto a una de las extracciones de cromo-níquel más importantes de la historia de España. Eso sí, sobre la explotación minera de diamantes de Carratraca apenas hay datos. Ni siquiera medio siglo después de que se hicieran aquellos trabajos.
Además de alguna documentación, la prueba más evidente de que allí hubo una mina es la existencia todavía hoy de una balsa para el lavadero de esta piedra preciosa, en la confluencia de los arroyos del Moro y de los Pinos.
El abandono de la explotación minera en 1970 se debió seguramente, a su falta de rentabilidad. Según Romero, los estudios previos hacen intuir que de allí sólo se sacó polvo de diamante, lo que se traduce en porciones inferiores a un milímetro. Además, a diferencias de otras minas de diamantes, aquí la piedra preciosa estaba en estado natural asociada a la peridotita. Por tanto, para obtener el diamante antes había que machacarlo y separarlo de ésta. En su día, la Real Compañía Asturiana de Minas, en su mayoría de capital belga, no ofreció datos sobre los resultados de la explotación.
Waypoints
Intersection
3,780 ft
Cruce de senderos
Meseta de Alcaparain (Bosque de coscojas)
Intersection
3,750 ft
Enlace con pista forestal
Sobre la meseta de Alcaparaín
Mountain pass
3,786 ft
Puerto de Alcaparaín
Intersection
3,620 ft
Abandonamos pista forestal
Intersection
3,746 ft
Desvio al Tajo de La Canana
River
3,136 ft
Arroyo de 'La Cancha'
Siempre seco
Ruins
2,557 ft
Calera (ruinas)
Intersection
2,444 ft
Enlace con la pista forestal
Ruins
2,338 ft
Casa Forestal del Guarda (ruinas)
Esta casa se podría reformar y sería un refugio de montaña de lujo.
Cave
2,138 ft
Cueva horadada por la acción del agua en el talud.
Posiblemente habitada en la Prehistoria y usada por pastores como refugio.
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