Peñas de Ranero desde Ranero

Ruta circular para ascender a Peñas de Ranero, un macizo kárstico con dos grandes tesoros, sus cuevas y sus vistas espectaculares.
Desde el barrio de Ranero se toma una pista hacia el noreste que conduce a la base del monte Surbias donde ascenderemos hasta el collado de El Cueto haciendo cima en La Rasa, alcanzando los 600 metros y dejando a nuestra derecha el pico Surbias (646 m.) y los dólmenes que allí se encuentran. En épocas lluviosas este tramo suele estar algo embarrado. A partir de ahí, enlazamos con el GR 123 de la Vuelta a Bizkaia y siguiendo las marcas rojiblancas no siempre bien visibles, vamos subiendo el cordal por un sendero entre pastos y rocas. Una vez rebasado el pico Mazaredonda, que nos queda a nuestra izquierda, salvamos un grupo de peñas y nos encaminamos al portillo de Valseca. Aquí comienza el acceso a la cima de Peña Ranero, siguiendo ahora las marcas amarillas y blancas de un sendero PR hasta una pequeña campa en la base de Peña Ranero. Se trata de un terreno muy pedregoso y accidentado, con lo que debemos tener especial precaución con las rocas cortantes, además es el tramo más desdibujado, el GPS nos puede ayudar a orientarnos, mientras buscamos los pasos más claros. Para abordar la cima, primero debemos coger la cara sureste que mira a Karrantza, luego giramos al oeste hasta llegar a la primera crestería y finalmente ascendemos por la cara noroeste. La cima esta coronada con un pirulo un tanto inclinado y un buzón herencia de una Korrika. Desde este punto tendremos unas vistas privilegiadas, al norte la bahía de Santoña y el Pico de Las Nieves coronado por una ermita, al sur el Valle de Karrantza y los Montes de Ordunte, además de una perfecta panorámica del cordal que une Peña Ranero y Los Jorrios, con la herbosa loma del Armañon en medio.
También podemos acercarnos a la Torca del Carlista, una sima que esconde una de las mayores salas subterráneas del mundo solo actas para espeleólogos, su entrada se ubica en dirección noreste. Asimismo resulta interesante continuar por el lapiaz en dirección sur hasta el llamado Salto del Pollo y el mirador de Mirón, donde se ubica el abismo de la garganta del río Karranzta, entre Peña Ranero y El Mazo. Estos 500 metros más no carecen de esfuerzo pero la estampa final bien merece la pena, resulta sobrecogedora.
Es hora de regresar. Retornamos de nuevo al collado Valseca y siguiendo las marcas del GR 123 descendemos en dirección a la Cueva Pozalagua, conocida por sus famosas estalactitas excéntricas. Dejamos la cueva a nuestra izquierda tras salvar bastante desnivel, hasta topar con la carretera por la que volveremos al barrio de Ranero.