Peñalba de Santiago - Cueva de San Genadio - Montes de Valdueza - Peñalba de Santiago

Iniciamos esta fantástica ruta en la aldea de Peñalba de Santiago, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1976 y también uno de los pueblos más bonitos de España. La aldea es auténticamente preciosa y se halla totalmente rehabilitada con casas tradicionales de piedra con corredores, calzadas empedradas, y con uno de los monumentos más importantes del Bierzo: la iglesia mozárabe de Peñalba, construida en el siglo X por el abad Salomón para guardar los restos de San Genadio.

Vamos por el camino de la zona baja de Peñalba que se introduce en los bellos bosques de robles que pueblan este valle y nos lleva hasta el arroyo de Peñalba, que atravesaremos por un puente de madera.

Continuamos por el mismo hasta llegar al desvío hacia la Cueva de San Genadio , la cueva donde el santo se retiraba para meditar y orar durante largos períodos. Continuamos por el sendero, muy estrecho en su última parte, que finalmente nos lleva a la entrada de la cueva, situada en un lugar espectacular a 1100 metros de altura, con hermosas vistas del valle del arroyo del Silencio y del pueblo de Peñalba de Santiago.

Regresamos al cruce inicial y continuamos por un sendero que va ascendiendo entre las escobas disfrutando de unas maravillosas vistas de los Montes Aquilianos y del valle del Friguera.

Tras el ascenso continuado, llegaremos al Chano Collado (1309 m.), collado herboso en la base del pico Tuerto y del Tesón que ya nos ofrece un paisaje de alta montaña y desde el cual continuamos teniendo fantásticas vistas de toda la zona.

A partir de este punto comienza un empinado descenso, que con tiempo húmedo o hielo hay que acometer con precaución, que nos introduce en la zona denominada As Furnias, con gran variedad de vegetación y árboles.

Continuamos descendiendo hasta divisar una cruz hecha de ramas de árboles, denominado el Castro Rupiano, desde donde se contemplan hermosas vistas de todo el valle.

Finalmente llegamos a Montes de Valdueza, aldea tradicional situada en un bonito lugar, a 1093 m. de altitud, con una interesante arquitectura tradicional, con casas con paredes y techumbres de pizarra que conforman un conjunto de gran armonía respecto al monasterio y los inmediatos parajes montañosos que lo circundan. En sus vertientes se extienden espesos bosques de castaños y robles que parece como si intentaran invadir las propias calles del pueblo. Lo más importante de esta población es sin duda el antiguo Monasterio de San Pedro de Montes, construido por San Fructuoso en el siglo VII y reconstruido, dos siglos más tarde, por San Genadio. Es uno de los monumentos más importantes del Bierzo, y se encuentra parcialmente en ruinas. En su momento de máximo esplendor, entre los siglos XII y XIII, con los benedictinos, llegó a ejercer señorío sobre 85 pueblos del Bierzo, La Cabrera y Valdeorras. En la actualidad, visitarlo supone hacer un recorrido por los más diversos estilos arquitectónicos desde el prerrománico de algunos capiteles, pasando por el románico de la torre, hasta llegar a la fachada de la iglesia, del siglo XVIII.

Después de ver el pueblo, continuamos por un camino que continúa a media ladera y pronto comienza a descender hacia la carretera hasta llegar a los restos de la antigua Herrería de Montes o de San Juan del Tejo, erigida por orden del abad Benito Monteagudo en 1730, que fue una importante factoría regida por los monjes del monasterio y que está totalmente en ruinas, a pesar de que aún se pueden distinguir la casa-habitación del religioso encargado de la administración y a la izquierda, lo que queda del banzadillo de la fragua, bastante deteriorado.

Una vez en la carretera, nos dirigimos hacia la estación de tratamiento de aguas donde atravesamos el río por un puente para comenzar el ascenso por la otra orilla del arroyo de Peñalba. Ojo, hay que cruzar dos cancelas que pone NO PASAR, pero el camino continúa al otro lado del río y no hay ningún otro lugar por donde cruzar.

Comenzamos la subida entre hermosos bosques de castaños y robles hasta salir a zonas más abiertas desde donde disfrutamos de nuevo de unas vistas fantásticas de todo el Valle del Silencio, con los Aquilianos al fondo.

De esta forma alcanzamos los Corrales de San Mateo, un grupo de antiguas cabañas, que sobrepasamos para internarnos de nuevo en un fantástico bosque denominado El Jardonal, formado por encinas, robles y castaños.

Tras este bosque, el camino desemboca en la carretera, que tenemos que recorrer durante casi 1 km para alcanzar de nuevo Peñalba, nuestro punto de partida.