Peña Mora-Cerro del Porro-Peña Negra desde Polvoredo

Ruta calificada de moderada, aunque tiene un par de puntos con alguna trepadilla sin mayor complicación. Eso sí, es exigente por el desnivel acumulado, ya que además es muy rompepiernas, al estar continuamente subiendo y bajando, transitando por las crestas. También es preciso decir que puede que, en diversos tramos, no escogiera la mejor opción, debido a que la niebla no me ayudaba a divisar perfectamente los mejores caminos, por lo que quizás haya partes que se puedan transitar mejor que mi track.

La ruta es realmente espectacular. Las vistas de los montes, valles...y eso que en la mayor parte de la ruta apenas se veía nada! Pero lo dicho, totalmente recomendable.

Partimos de Polvoredo, aparcando cerca del cementerio. Tomaremos el camino que sale a la izquierda, y que, tras pasar una verja, nos adentra siempre por pista por el monte de las Llampas. Por toda esta zona disfrutaremos de las vistas de preciosos caballos percherones. Justo en el momento en que llegamos a un pequeño redil con un grupo de equinos, es donde finaliza la pista. Desde este punto, iniciaremos un fuerte ascenso campo a través hasta alcanzar la primera peña sin nombre de la Sierra de Carcedo. Se tratará de un tramo especialmente duro ya que no hay tregua. Lo bueno es que, a pesar de la ausencia de senda, se transita bastante bien, a excepción de los últimos metros que ya son algo más "pestosos". Lo malo fue la climatología, ya que el día estaba algo nublado, pero según íbamos ascendiendo, comenzamos a perder visión paulatinamente. Las vistas en la ascensión son espectaculares de todo el valle, pero ya llegando a la cima de esta primera peña, apenas se veía nada, lo que sería la tónica general de prácticamente todo el recorrido por las cumbres.

Tras hollar la cima, descenderemos brevemente y casi sin querer encontramos la siguiente, que está prácticamente pegada. Desde aquí, encontraremos una senda que nos vendrá fenomenal entre tanta niebla. También atravesaremos una pequeña cresta que tiene pinta más fiera de primeras que lo que luego en realidad es. Se pasa perfectamente. Está señalada por un waypoint.

Continuamos por la cresta hasta la Collada de Valdemagán. Aquí, entre las nubes, divisaremos por fin lo que se intuye que es Peña Mora. Y aunque se ve muy poco, ya se atisba que será una subida durilla. Iremos subiendo por donde buenamente podamos, con algún tramo un poquillo más empinado, aunque no es una subida que tenga partes complicadas. De hecho, ya en la segunda parte de la ascensión, encontraremos pequeñas sendas que nos permitirán subir más cómodamente. Ya en la cima, nos encontraremos con un mojón con una barra de metal a forma de vértice. Aunque apenas se ve nada, no hay mucho viento, así que aprovecharemos para comer algo y reponer fuerzas. La bajada, como el suelo estaba resbaladizo por la niebla, la hice de primeras por el mismo sitio, ya que preferí no arriesgar a descender por otra parte. En la segunda parte del descenso sí bajé por otro sítio, aunque después me di cuenta que descendí demasiado, ya que había que volver a tomar el cordal y tuve que volver a ascender un poquillo. En compensación, encontré unas vistas del Valle Valdemagán (señalado en waypoint) realmente espectaculares. Para quitar el hipo. Las nubes dieron un respiro, y también me permitieron ver las siguientes cimas a atacar: el Cerro del Porro y Peña Negra.

Así pues, cogeremos el cordal y por buena senda, llegaremos sin gran problema al Cerro del Porro. Apenas estaremos un poquillo, ya que sigue sin verse apenas nada. Descenderemos bastante hasta un pequeño collado, desde el cual afrontaremos la subida de la última cota. Para esta cima sí tuve que hacer alguna trepadilla, pero yo creo que fue más porque no encontré con la "senda buena". Aun así, fue sencilla y entretenida, así que no hubo mal que por bien no viniera. Aquí las nubes nos empiezan a dar un minirespiro, así que ya aprovechamos para detenernos un buen rato y tomar el bocata. Aunque no se ve mucho, sí que se ve que poco a poco se va a ir despejando.

Ya cuando decido comenzar a descender, siguiendo aún el cordal, las vistas comienzan a ser bastante más claras, permitiéndome ver en todo su esplendor el Monte Laredre. Lo bordearemos por la derecha y comenzaremos a descender hasta un lecho seco de un río, por el cual transitaremos. Aun así, yo en algún punto lo abandoné porque me lié con el track, pero no hay que abandonarlo hasta que sí que llega un sitio donde surge una minisenda en cuesta a la derecha, que tendremos que tomar. Esta senda nos llevará a un precioso refugio de montaña, excelentemente cuidado. Incluso había una chaqueta para el que pudiera llegar a refugiarse!

Tras inspeccionarlo un poquillo, continuaremos, ya siempre por senda, hasta un par de bonitas lagunas desde las cuales, y con el día ya más despejado, tendremos unas magníficas vistas de las tres cimas holladas. Desde estas lagunas llegaremos a un hayedo por el cual descenderemos campo a través pero sin problemas hasta finalmente, dar con la pista final, la cual andaremos durante más de 4,5 kms, siempre con grandes vistas, hasta regresar a Polvoredo.