Peña de Cenicientos

Esta vez vamos a visitar de nuevo la Sierra Oeste de Madrid, lugar no muy frecuentado por nosotros.

Dejamos el coche en el pueblo de Cenicientos y, después de tomar un café con churros, comenzamos la andadura. Callejeamos por el pueblo, pasando por las calles de San Antonio, del Tomillar y del Depósito para llegar a la de Pera Pere, la cual seguimos. Ésta nos saca del pueblo yendo por un camino entre huertas que nos va a llevar a una pista al lado del Depósito de Cenicientos. La pista nos lleva por el interior de un pinar, que asciende suavemente.

Bordeamos las Peñas de Cenicientos por su parte sur, disfrutando de unas hermosas vistas del pueblo. Seguimos ascendiendo por la pista por El Carretal. Vemos a nuestra izquierda el objetivo del día, la Peña de Cenicientos. Parece que está cerca, pero todavía nos queda un trecho. Infinidad de troncos jalonan la pista, dejando constancia del incendio que hubo en la zona en el año 2019. Nos encontramos con las ruinas de un antiguo seminario. Si miramos hacia atrás vemos la Sierra de Madrid e incluso podemos ver las Torres de Madrid.

Seguimos por la pista, la cual abandonamos para dirigirnos a la peña por un empinado sendero. Dicho sendero desemboca en los roquedos en los que, después de una entretenida subida, llegamos a la cima de la Peña de Cenicientos, en cuya cima se encuentra una caseta de vigilancia de incendios. Espectaculares vistas se disfrutan desde el lugar. Paramos unos minutos en las inmediaciones de la misma, para tomar un pequeño refrigerio.

Iniciamos el descenso por el mismo sendero por el que hemos subido. Llegamos a la pista y seguimos de frente. Vamos un trozo campo a través para atravesar Los Barrancos y volver a la pista. En un momento determinado, abandonamos la misma para tomar un camino a la izquierda que nos va a hacer bordear las Peñas de Cenicientos, esta vez por su lado norte. El camino discurre al lado de un pequeño arroyo que desemboca un poco más abajo en La Alberca, la cual se encuentra prácticamente vacía. A partir de aquí la pista se convierte en un camino de cemento que nos va a llevar directamente a la carretera. Tomamos la misma y caminamos al borde la misma durante unos setecientos metros. Decir que hay que extremar la precaución, ya que la misma no tiene arcén y hay que tener mucho cuidado. Un poco antes de llegar al Camino del Sureste, atravesamos la misma y llegamos al Depósito de Cenicientos. Desde aquí retomamos la calle de Pera Pere, que nos va a llevar de nuevo al pueblo, donde damos por finalizada la andadura.

Se trata de una bonita ruta, en una zona tranquila y no masificada en estos tiempos.

IBP index: 51

Época recomendada: primavera, otoño e invierno.