Peña Carabinas desde Canto Cochino

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Peña Carabinas desde Canto Cochino.

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Distancia: 33,5 Km.

Desnivel: 1050 m.

Dificultad: Moderado, por la distancia. Casi toda la ruta es por pista. El final, por arbustos.

Peña Carabinas es un montón de piedras en medio de ninguna parte. Está al sur de Cabezas de Hierro y al norte de la Pedriza. Hace poco la vi desde las Cabezas y me pareció que estaba bastante lejos, así que voy a probar desde la Pedriza.

En el último aparcamiento de Canto Cochino empieza la pista de las Zetas de la Pedriza, que llega casi hasta la Peña. Es un camino que sobre todo recorren ciclistas.

Las pistas son lo más aburrido que hay, pero no veo otra forma de llegar. La ruta es básicamente pista, pista, pista, luego un poco de pista, más pista, pista, pista, luego se sigue por una pista, para acabar metido en una pista, y más pista, pista, pista. Luego hay un tramo de pista, y después pista, pista, pista y pista. Son quince quilómetros de pista, así sin darse uno cuenta. Mi idea era que la ruta era menos de 20 quilómetros en total, pero viendo lo que había recorrido estaba claro que lo había visto mal, para variar. Así que se me quedó un poco cara de tonto cuando vi la paliza que iba a ser. Las pistas son lo peor, pero por lo menos te permiten ir deprisa.

En fin, aparte de eso no estaba seguro de dónde estaba la Peña, porque se me había olvidado el mapa y la ruta que llevaba en el gps no se cargaba, no sé por qué. Así que tocaba tirar de suposiciones. Decidí que un montón de piedras que veía a lo lejos tenía buena pinta, y tiré para allá.

Desde el final de la pista hay cosa de una hora hasta lo que parecía la Peña, ya sin camino de ningún tipo. Todo a través de arbustos incordiosos. La pista es un rollo, pero los matujos son una lata. Más de una vez pensé en darme la vuelta, porque aquello era lo peor, pero quería subir la Peña, y no quería bajo ningún concepto volver a hacer ese camino nunca más en mi vida jamás nunca jamás.

Así que al final acabé llegando a lo que creía que era mi destino. Más valía que lo fuera, porque esto no lo repito yo otra vez, vamos (luego comprobé que sí era Peña Carabinas, fiu, qué alivio. A pesar de todo a veces acierto, menos mal).

No vale nada la pena esto, porque es un montón de piedros ahí puestos sin más. Estaba tan harto que ni me fijé en las vistas que había. Supongo que estarían bonitas.

Así que nada, otra vez un rato de matujos de vuelta a la pista, y luego otros quince quilómetros de pista, pista, pista, pista, y al final del todo un rato de pista, pista, pista...

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