Peña Alborto, Castilviejo y Peña Blanca. Multiaventura en La Bureba

Partiendo de Salas de Bureba, concretamente de la Fuente del Caño, empezamos por una senda que dejamos enseguida para subir a la derecha por fuerte, pero corto ascenso hasta la pista de futbito. Pasada la pista giramos a la derecha por el PR que une Poza de la Sal y Oña, que seguimos, cruzando la carretera de Aguas Cándidas (y un ratito por ella), hasta un desvío a la izquierda, igualmente por pista. En este tramo, si salimos pronto, podremos ver zorros, corzos y con suerte alguna comadreja y hasta jabalíes.

Dejamos esa pista hacia la derecha en otra, menos marcada, que tiene una señal de Prohibido Vehículos no autorizados, y ya cuesta arriba seguimos hasta encontrarnos con otra pista que abandonaremos poco después, tras una curva de 180º, y ya seguimos por un camino poco visible y con alguna cinta rojiblanca en los árboles que nos facilita (un poco) seguir el trayecto.

Si todo ha ido bien nos encontraremos al rato con Peña Alborto, indicado a mano en un pequeño mojón que separa los términos municipales de Salas de Bureba y Aguas Cándidas. Desde ahí hay que hacer una pronunciada bajada (por intuición) hasta una especie de cortafuegos, que seguiremos hasta que veamos una valla de alambres entre encinas, con la curiosidad de que al crecer las encinas han incorporado al alambre a sus troncos. Desde ahí hay una bonitas vistas a la Bureba, a Peña Alborto (ya coronado) y a Castilviejo (próximo destino).

Continuamos en principio paralelos a la valla y luego en dirección a Castilviejo, por camino unas veces más visible que otras. Nos encontramos primero con una gran roca que hay que dejar a la izquierda (no subir), y tras otro tramo intuyendo el camino, con otra gran roca que esta vez tenemos que dejar a la derecha por un desvío muy complicado de ver si no se conoce, tapado por vegetación, aunque tiene un hito señalizándolo. Una vez encontrado este desvío ya todo es más fácil, hay que seguir paralelo al promontorio rocoso por un camino más visible y marcado, y luego girar a la derecha para ascender el último trecho hacia Castilviejo, en algunos tramos pegado a un precioso, pero imponente cortado, aunque si no salimos del sendero para hacer fotos a los buitres que están posados en las rocas de abajo, no hay mucho peligro. Siguiendo la senda en subida llegamos hasta una bandera tricolor (que en las rutas que miré la definen como bandera naranja) que parece ser de algún Club de Montaña de la zona, pero que el viento y resto de inclemencias del tiempo la han hecho casi jirones. Y poco después de la bandera aparece, con unas impresionantes vistas, el pico de Castilviejo, con su buzón del Club de Montaña Obarenes y su bandera roja.

Regresamos por el mismo camino hasta que llegamos al promontorio rocoso, donde giraremos a la derecha por senda en fuerte descenso, que poco a poco se va suavizando, senda que recorremos entre pinos, brezos y enebros, estos últimos a veces invadiendo el camino y dejando recados en nuestras piernas (a pesar de llevar pantalón largo). El camino finaliza en una pista, entre Aguas Cándidas y Río Quintanilla, que seguimos hacia la derecha pasando por la Iglesia Románica de San Emeterio y San Celedonio poco antes de llegar a Río Quintanilla, donde paramos en la fuente (dicen por ahí que tiene propiedades mágicas) a descansar y refrescarnos un poco, ya que el día está siendo demasiado caluroso para esta zona (más de 30 grados). Retornamos a la pista, para abandonarla enseguida a la izquierda por otra menos marcada, que nos llevará a un par de fincas de manzanos que tendremos que atravesar, la primera enseguida y la segunda unos quinientos metros después, tras disfrutar de la vista de El Mazo a la izquierda.

Poco antes de terminar esta segunda finca hay que subir por la derecha hasta un antiguo canal abandonado, que seguiremos hacia la izquierda para encontrarnos enseguida con el primero de los túneles que tenemos que cruzar, el más largo. Necesario llevar un frontal (o linterna) para no darnos con la cabeza en el techo, ya que en ocasiones nos tendremos que agachar para poder continuar. Aún así, los túneles están bien conservados, el suelo es más o menos liso (aunque alguno tiene piedras a un lado) y se pasan sin dificultad. En total son cinco túneles, pero salvo el primero el resto son muy cortos, y el primero no tendrá más de doscientos metros. Al llegar a una especie de pasarela hay que dejar el canal y girar a la izquierda por un camino poco marcado y con zarzas hasta unas ruinas (supongo que una edificación del canal) justo después de un curso de agua. Esas ruinas tienen unas escaleras que dan pie a cruzar el curso de agua y subirlas, pero al hacerlo nos encontramos con que es imposible continuar por ahí, por lo que debemos seguir el curso de agua (por suerte no tiene apenas y termina enseguida) y seguir una senda que nos lleva hasta la carretera de Rucandio, cerca de una ermita igualmente en ruinas.

Continuamos por la carretera unos cuatrocientos metros hasta legar a Quintanaopio, donde tenemos fuente y un poco más adelante la plaza con el Club Social, donde si está abierto te puedes tomar alguna bebida a buen precio. En una mesa a la sombra paramos para descansar, tomar unas cervezas y comer, para después volver a la fuente y seguir por la izquierda hasta una pista que nos lleva a Cantabrana. En la Plaza Mayor de Cantabrana tenemos fuente y bar, a elegir (nosotros elegimos ambos :P).

Dejamos Cantabrana por la carretera que la une a Bentetrea y Terminón, para enseguida dejarla y girar a la derecha por una pista que dejaremos en medio kilómetro con el fin de tomar un senderito a la derecha en fuerte subida, sendero que a veces cuesta encontrar y que en otro medio kilómetro enlaza con una pista ancha y bien marcada, pista que seguiremos hasta que tomamos el desvío a Peña Blanca, por donde no hay alambrada. Subimos campo a través, cruzamos otra alambrada (con cuidado, porque está oxidada) y ya solo quedan unos pocos metros en fácil ascenso hasta el último pico del día. Descendemos por el mismo camino hasta la pista y ya la retomamos con tranquilidad. Al poco si seguimos recto bajamos por un cortafuegos y eso alarga un poco el camino, por lo que recomiendo girar a la derecha y seguir las marcas del PR que une Oña con Poza de la Sal, que nos dejará en el campo de fútbito de Salas de Bureba, y de ahí a la Fuente del Caño, donde finalizamos esta fascinante y completa ruta.

No hace falta subir un tresmil para tener maravillosas aventuras que contar y preciosas fotos de las que presumir ;).