Pedres màgiques

El pasado domingo, puse el despertador a la siete, y antes de las nueve ya estaba en Tavernoles, para hacer una de las caminatas rápidas que suelo hacer cada fin de semana, madrugo y para la hora de comer ya estoy en casa.

Una excursión cuya descripción incluía topónimos como, pedres màgiques i Pedra de les bruixes, era una tentación demasiado poderosa, así que allí estaba, después de la primera subida entre grandes bloques de piedra, en un mirador sobre la planta de Vich, apenas unos jirones de niebla flotaban entre las copas de los árboles, que ya empieza tímidamente a amarillear.

Después de perder el camino un par de veces, encontré la balma i el forat de la Baronessa, estuve tentado de enviar foto del mapa a María, con la que hacía poco hemos compartido escenario amateur, ella interpretando a una baronesa apasionada, yo a un padre de la novia con una copas de más. Seguí hasta el Castell de Savassona, una Masía fortificada tras cuyos muros infranqueables se adivinaban viejas torres de vigía y una iglesia demasiado grande.

Llegue hasta las piedras mágicas, no eran dólmenes, ni menhires, pero si piedras muy singulares por forma y tamaño, con inscripciones antiguas.Sí, confieso, soy de aquellos que ante piedras, que atestiguan actividad prehistórica en una zona, posó las manos sobre la roca, cierro los ojos, escucho en silencio e imagino…

Subí hasta la ermita de Sant Feliuet de Savassona, una pequeña iglesia románica que corona una isla de piedra desnuda, que asoma vigorosa por encima de los bosques cercanos al río Ter. Esta vez tuve la suerte de encontrarla abierta, la primera vez en muchos años de venir por aquí, y allí una agradable sorpresa, sobre la estrecha bóveda de cañón en el altar, un colorido cristo pantocrator dando la bendición al mundo, otra de esas casualidades mágicas, esa semana había leído “Strappo” en el club de lectura que organiza el MNAC, en ese libro se novelá el expolio del románico catalan a principios de siglo XX, ¿Sabías que el museo de Boston tiene las pinturas románicas que adornaban las paredes de la igelsiade Santa Maria de Mur, en el Pallars?