Paseo por algunas de las plazas del Casco Histórico de Córdoba
near Roman catholic diocese of Córdoba, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Se trata de un bonito paseo por parte del Casco Histórico de Córdoba, inspirado en la ruta RUTA CIRCULAR CASCO HISTORICO DE CÓRDOBA. PLAZAS HISTÓRICAS AHORA OLVIDADAS, magníficamente descrita por nannopea1, como es habitual en él. En realidad, la ruta que comento tan solo presenta algunas variantes respecto a la nannopea1.
Partí de la Cruz del Rastro, denominada así en alusión al supuesto rastro de sangre que quedó en el lugar como consecuencia de la matanza de judíos y conversos, acaecida en 1473 durante una revuelta producida durante una procesión de la Virgen.
A continuación me dirigí a la Plaza de Abades por la Calle del Amparo, antes llamada "Del Hospital", ya que en la plaza se encontraba el Hospital de la Lámpara, del que ya se encuentran referencias en el s. XIII. Actualmente solo queda en pie la portada de la Ermita del Amparo, pequeña iglesia con tres altares.
Continuamos por la Calle Amparo hasta la Plaza del Pozo de Cueto, llamada así por la mal denominada Casa de los Cueto, que ubicada en el nº 6 y en venta en el día de mi paseo, nunca perteneció a una familia apedillada Cueto, según Gonzalo J. Herreros, sino que fue la Casa de los Muñoz Velasco, edificación barroca del s. XVII. Gonzalo Velasco, su propietario, fue un conocido jurado de la ciudad de Córdoba, cuyo cuerpo yace enterrado en la Mezquita Catedral. Frente a la casa que, como decimos, da nombre a la plaza, podemos ver una pequeña y coqueta fuente de mármol, reproducción fiel de la que de factura romana se encuentra en el Museo Arqueológico.
Seguimos por la calle de la Cara, nombre que hace referencia a un cuadro del "Divino Rostro", según Ramírez de Arellano. En un ensanche nos encontramos con una
Esta figura de mujer desnuda, de algo más de un metro de altura, que sostiene con los brazos en alto la jofaina con agua, en actitud de volcarla sobre su cabeza, nos parece una reinterpretación contemporánea más modesta, por menudita y “minimalista”, de otra mujer, la diosa griega del amor y la belleza, magnífica escultura que apareció algo fragmentada en 1993 en la vecina calle Amparo y que puedes admirar en el Museo Arqueológico: se trata de la AFRODITA AGACHADA, esculpida entre 138 -192 d.C. es una copia romana de un ejemplar helenístico.
“nombre que tomó de un cuadro que hubo en aquel sitio y representaba el Divino Rostro”, según don Teodomiro Ramírez de Arellano. A un primer tramo angosto le sucede un ensanche, en el que surge, como una aparición, la estilizada figura de una ninfa de bronce, que inclina una jofaina sobre su cabeza. En el cilíndrico pedestal, una hermosa cita del poeta cordobés Ibn Suhayd (992-1035): “Maravillado por la belleza de este baño, / el tiempo ha venido a teñir / las lucernas de su techo / con los rubores del crepúsculo”. La cita no puede ser más oportuna, pues una de estas casas guarda restos de un antiguo baño árabe.
La calle de la Cara desemboca en la placita del mismo nombre, presidida por una restaurada casa señorial rematada por graciosa torre mirador en la que se abren arcos de medio punto. Dinteles y cornisas se revisten de un rojo almagra que contrasta con el blanco impoluto de la cal. No falta la cantarina fuente, en este caso una taza circular con surtidor que se derrama por cuatro caños, y junto a ella, un joven y enhiesto ciprés dispuesto a crecer hasta rebasar los tejados. Muchas de las casas que se asoman a este itinerario inédito de agua y cal son viviendas de protección oficial construidas por Vimcorsa, que han permitido redimir del olvido solares muertos y, al mismo tiempo, satisfacer tan incesante demanda.
Partí de la Cruz del Rastro, denominada así en alusión al supuesto rastro de sangre que quedó en el lugar como consecuencia de la matanza de judíos y conversos, acaecida en 1473 durante una revuelta producida durante una procesión de la Virgen.
A continuación me dirigí a la Plaza de Abades por la Calle del Amparo, antes llamada "Del Hospital", ya que en la plaza se encontraba el Hospital de la Lámpara, del que ya se encuentran referencias en el s. XIII. Actualmente solo queda en pie la portada de la Ermita del Amparo, pequeña iglesia con tres altares.
Continuamos por la Calle Amparo hasta la Plaza del Pozo de Cueto, llamada así por la mal denominada Casa de los Cueto, que ubicada en el nº 6 y en venta en el día de mi paseo, nunca perteneció a una familia apedillada Cueto, según Gonzalo J. Herreros, sino que fue la Casa de los Muñoz Velasco, edificación barroca del s. XVII. Gonzalo Velasco, su propietario, fue un conocido jurado de la ciudad de Córdoba, cuyo cuerpo yace enterrado en la Mezquita Catedral. Frente a la casa que, como decimos, da nombre a la plaza, podemos ver una pequeña y coqueta fuente de mármol, reproducción fiel de la que de factura romana se encuentra en el Museo Arqueológico.
Seguimos por la calle de la Cara, nombre que hace referencia a un cuadro del "Divino Rostro", según Ramírez de Arellano. En un ensanche nos encontramos con una
Esta figura de mujer desnuda, de algo más de un metro de altura, que sostiene con los brazos en alto la jofaina con agua, en actitud de volcarla sobre su cabeza, nos parece una reinterpretación contemporánea más modesta, por menudita y “minimalista”, de otra mujer, la diosa griega del amor y la belleza, magnífica escultura que apareció algo fragmentada en 1993 en la vecina calle Amparo y que puedes admirar en el Museo Arqueológico: se trata de la AFRODITA AGACHADA, esculpida entre 138 -192 d.C. es una copia romana de un ejemplar helenístico.
“nombre que tomó de un cuadro que hubo en aquel sitio y representaba el Divino Rostro”, según don Teodomiro Ramírez de Arellano. A un primer tramo angosto le sucede un ensanche, en el que surge, como una aparición, la estilizada figura de una ninfa de bronce, que inclina una jofaina sobre su cabeza. En el cilíndrico pedestal, una hermosa cita del poeta cordobés Ibn Suhayd (992-1035): “Maravillado por la belleza de este baño, / el tiempo ha venido a teñir / las lucernas de su techo / con los rubores del crepúsculo”. La cita no puede ser más oportuna, pues una de estas casas guarda restos de un antiguo baño árabe.
La calle de la Cara desemboca en la placita del mismo nombre, presidida por una restaurada casa señorial rematada por graciosa torre mirador en la que se abren arcos de medio punto. Dinteles y cornisas se revisten de un rojo almagra que contrasta con el blanco impoluto de la cal. No falta la cantarina fuente, en este caso una taza circular con surtidor que se derrama por cuatro caños, y junto a ella, un joven y enhiesto ciprés dispuesto a crecer hasta rebasar los tejados. Muchas de las casas que se asoman a este itinerario inédito de agua y cal son viviendas de protección oficial construidas por Vimcorsa, que han permitido redimir del olvido solares muertos y, al mismo tiempo, satisfacer tan incesante demanda.
Waypoints
Monument
357 ft
Plaza del Cardenal Salazar, Facultad de Filosofía y Letras y estatua de Mohamed Al-Cafeoui
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