Parque Pindongos-Pico Chamizo-Cañada de Villanueva a Riogordo-Faja sobre Hondonero-Derrumbaero
near Alfarnatejo, Andalucía (España)
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Itinerary description
Abordamos la subida al espectacular Pico Chamizo (1.641 m), en la Sierra del Jobo, por una ruta inhabitual: desde el Parque Pindongos, al que se accede desde Villanueva del Trabuco por la carreterita/carril que sale del pueblo junto al Guadalhorce y cruza la sierra en dirección a Alfarnate. La subida desde Pindongos hasta el collado que da paso a los Llanos del Hondonero se efectúa por el trazado del sendero PR-A 394 o de Sierra Gorda. Sólo hay que reseñar que encontraremos, después de una subida inicial, una valla que el sendero resigue hacia la izquierda hasta un portillo practicable (Wp "Llano y valla").
Llegados al collado (wp "Collado a Hondonero") y sin descender del otro lado, damos media vuelta y, en ese sentido, tomamos a la derecha una veredita que asciende la loma, dejando a la derecha la cueva de Toma y Bebe. Coronamos la divisoria de la loma y, girando suavemente a la derecha (wp "Rodeando la loma"), progresaremos paralelos a una vaguada que culmina en un precioso collado con apabullantes vistas sobre la Sierra del Jobo y el Derrumbadero (wp "Collado sobre el Derrumbadero"). Para ganar la cresta del Chamizo recorreremos el collado hacia la izquierda, hasta que el suelo terroso se topa con el roquedo, donde un cahorro o canuto de poca dificultad nos interna en el mismo. Al cabo de unos minutos llegamos a un rellano en la base del pico que se alza detrás. Hay hitos que marcan la subida a esa cima, resto conservado del monte que se derrumbó creando el caos de bloques conocido precisamente por "el Derrumbaero". No es preciso subirla, pero el lugar merece una visita (por eso el track marca ascenso y descenso por el mismo sitio). De nuevo en el rellano, nos asomaremos al valle que se abre al otro lado (wp "Paso difícil"). Este es el punto más delicado de la jornada, y su peligrosidad aconseja extremar las precauciones y basta para desaconsejar la ruta a cualquiera no habituado a trepes expuestos o que sufra de vértigo: son 30/50 m muy empinados, donde además la presencia de gravilla en algunos rellanos complica aun más el descenso. Con tiempo húmedo y roca mojada será mejor abstenerse. En todo caso, con buen tiempo y buena compañía no es tan difícil teniendo precaución. Para los más prudentes, alguien tuvo a bien fijar unas clavijas en una roca, de forma que una cuerda y un mosquetón pueden dar ánimo a los menos arrojados. Otra opción -pero ya es otra ruta- sería hacer todo el valle desde el Cortijo del Jobo, evitándonos este paso.
Una vez en el fondo del vallecito lo atravesaremos ascendiendo hasta el último diente o peñasco antes de la ladera, y cruzaremos por la izquierda del mismo (wp "Paso menos difícil"), punto a negociar con cuidado, pero bastante menos complicado que lo anterior. Descendiendo unos metros entre rocas y junto a los postes de una desvencijada valla, acabaremos llegando a terreno más nivelado, donde una faja a la izquierda, bajo los tajos, nos sacará a la ladera despejada por donde asciende la ruta habitual desde el Mirador del Hondonero. De las dos opciones que suelen trackearse, optamos por la más alta, que cruza una cresta rocosa aparentemente hostil por un paso que es en realidad una puerta sin complicaciones (wp "Puerta en el muro") (hay algún hito). Pasada esa puerta, ascenderemos la ladera cerca de la base de los tajos de la izquierda hasta ganar, por un lapiaz no demasiado complicado (wp "Ascenso a la cresta"), la divisoria o cresta de la sierra. Desde allí el ascenso al pico propiamente dicho no ofrece la menor complicación y se hace en unos minutos (ojo: con buen tiempo, porque con niebla o roca húmeda todo se complica). Tras ello cresteamos toda la divisoria (de nuevo: fácil con buen tiempo), más bien por la derecha (Norte), hasta que, cuando empieza a perder altura, nos dejaremos caer hacia la izquierda para bajar, por roquedo sin senda pero no demasiado complicado, hasta el Puerto de los Perdigones.
Aquí propongo una variante, que es tomar la senda del puerto a la izquierda, rodeando por ese lado los airosos picachos que cierran el puerto al Sur. Tres hoyas o dolinas de gran belleza y unas cuantas impresionantes agujas de piedra después (wp "Hoya del picacho"), reingresamos por un collado a la gran hoya (wp "Hondonada Grande") por donde discurre la ruta habitual desde Los Perdigones. Hacia la izquierda de la hondonada, un empinado cahorro (wp "Canuto de bajada") nos deja en la cañada de Villanueva a Riogordo, por donde bajaremos hasta cerca de los Llanos del Hondonero (con abrevadero a mitad del camino, pero de agua no segura).
Si bien puede salirse luego al Tajo de la Madera o más adelante al carril del Hondonero, optaremos en dos ocasiones (wp "Continuamos por la derecha" y "Abandonamos senda por la derecha") por mantenernos más pegados a la sierra, con la intención de buscar el otro aliciente de la jornada: una especialísima faja de terreno verde cuajado de espinos, quejigos y arces, que recorre todo el macizo rocoso cerca de su base pero a cierta altura sobre los llanos. Aparte de lo pintoresco del lugar, nos permitirá conservar la cota para negociar el ascenso al collado de vuelta con menos desnivel. Desde el wp "Ascenso a la faja" completaremos la subida a la misma sin demasiada dificultad. Luego, no hay más que seguirla (junto a la valla que la acompaña), hasta que en wp "Abandonamos la faja" nos dejaremos caer hacia el derrumbadero. Habrá que cruzar otro caos de bloques más pequeño que pondrá en juego nuestra habilidad en este tipo de terreno (otra opción es proseguir la faja hasta que aterriza sin complicaciones en la senda habitual del Mirador del Hondonero al Chamizo, pero entonces tendremos que retroceder unos 200 m por dicha senda). En cualquiera de los casos, lo que buscamos es un llanillo verde que interrumpe el Derrumbadero (wp "Paso en el Derrumbadero"), por donde una sendita nos lleva sin problemas al otro lado, a través de una pintoresca hoya sombreada por quejigos. Al coronar el collado que hay a continuación, dejamos la senda -que baja-, ganando altura hasta un monolito de piedra junto a una valla, que pasaremos con alguna contorsión entre la malla de su parte baja y el alambre de espinos de la alta. Tras ello, una trocha nos dejará en el PR-A 394 ya muy cerca del collado, por donde volveremos desandando el camino de la mañana.
Es claramente excursión de primavera. Entre Abril y Mayo es un paraíso terrenal, pero habrá que consultar el parte meteorológico para asegurarnos de que nos ahorramos las nubes que puedan despistarnos en la cresta o la humedad que haga inviables los pasos complicados. La califico de difícil por el paso mencionado hasta el vallecito previo a la cresta. Es riesgoso, pero no tiene alternativa, fuera de bajar desde el collado al Mirador del Hondonero y volver a subir, o la comentada de subir el valle desde el Cortijo del Jobo.
Llegados al collado (wp "Collado a Hondonero") y sin descender del otro lado, damos media vuelta y, en ese sentido, tomamos a la derecha una veredita que asciende la loma, dejando a la derecha la cueva de Toma y Bebe. Coronamos la divisoria de la loma y, girando suavemente a la derecha (wp "Rodeando la loma"), progresaremos paralelos a una vaguada que culmina en un precioso collado con apabullantes vistas sobre la Sierra del Jobo y el Derrumbadero (wp "Collado sobre el Derrumbadero"). Para ganar la cresta del Chamizo recorreremos el collado hacia la izquierda, hasta que el suelo terroso se topa con el roquedo, donde un cahorro o canuto de poca dificultad nos interna en el mismo. Al cabo de unos minutos llegamos a un rellano en la base del pico que se alza detrás. Hay hitos que marcan la subida a esa cima, resto conservado del monte que se derrumbó creando el caos de bloques conocido precisamente por "el Derrumbaero". No es preciso subirla, pero el lugar merece una visita (por eso el track marca ascenso y descenso por el mismo sitio). De nuevo en el rellano, nos asomaremos al valle que se abre al otro lado (wp "Paso difícil"). Este es el punto más delicado de la jornada, y su peligrosidad aconseja extremar las precauciones y basta para desaconsejar la ruta a cualquiera no habituado a trepes expuestos o que sufra de vértigo: son 30/50 m muy empinados, donde además la presencia de gravilla en algunos rellanos complica aun más el descenso. Con tiempo húmedo y roca mojada será mejor abstenerse. En todo caso, con buen tiempo y buena compañía no es tan difícil teniendo precaución. Para los más prudentes, alguien tuvo a bien fijar unas clavijas en una roca, de forma que una cuerda y un mosquetón pueden dar ánimo a los menos arrojados. Otra opción -pero ya es otra ruta- sería hacer todo el valle desde el Cortijo del Jobo, evitándonos este paso.
Una vez en el fondo del vallecito lo atravesaremos ascendiendo hasta el último diente o peñasco antes de la ladera, y cruzaremos por la izquierda del mismo (wp "Paso menos difícil"), punto a negociar con cuidado, pero bastante menos complicado que lo anterior. Descendiendo unos metros entre rocas y junto a los postes de una desvencijada valla, acabaremos llegando a terreno más nivelado, donde una faja a la izquierda, bajo los tajos, nos sacará a la ladera despejada por donde asciende la ruta habitual desde el Mirador del Hondonero. De las dos opciones que suelen trackearse, optamos por la más alta, que cruza una cresta rocosa aparentemente hostil por un paso que es en realidad una puerta sin complicaciones (wp "Puerta en el muro") (hay algún hito). Pasada esa puerta, ascenderemos la ladera cerca de la base de los tajos de la izquierda hasta ganar, por un lapiaz no demasiado complicado (wp "Ascenso a la cresta"), la divisoria o cresta de la sierra. Desde allí el ascenso al pico propiamente dicho no ofrece la menor complicación y se hace en unos minutos (ojo: con buen tiempo, porque con niebla o roca húmeda todo se complica). Tras ello cresteamos toda la divisoria (de nuevo: fácil con buen tiempo), más bien por la derecha (Norte), hasta que, cuando empieza a perder altura, nos dejaremos caer hacia la izquierda para bajar, por roquedo sin senda pero no demasiado complicado, hasta el Puerto de los Perdigones.
Aquí propongo una variante, que es tomar la senda del puerto a la izquierda, rodeando por ese lado los airosos picachos que cierran el puerto al Sur. Tres hoyas o dolinas de gran belleza y unas cuantas impresionantes agujas de piedra después (wp "Hoya del picacho"), reingresamos por un collado a la gran hoya (wp "Hondonada Grande") por donde discurre la ruta habitual desde Los Perdigones. Hacia la izquierda de la hondonada, un empinado cahorro (wp "Canuto de bajada") nos deja en la cañada de Villanueva a Riogordo, por donde bajaremos hasta cerca de los Llanos del Hondonero (con abrevadero a mitad del camino, pero de agua no segura).
Si bien puede salirse luego al Tajo de la Madera o más adelante al carril del Hondonero, optaremos en dos ocasiones (wp "Continuamos por la derecha" y "Abandonamos senda por la derecha") por mantenernos más pegados a la sierra, con la intención de buscar el otro aliciente de la jornada: una especialísima faja de terreno verde cuajado de espinos, quejigos y arces, que recorre todo el macizo rocoso cerca de su base pero a cierta altura sobre los llanos. Aparte de lo pintoresco del lugar, nos permitirá conservar la cota para negociar el ascenso al collado de vuelta con menos desnivel. Desde el wp "Ascenso a la faja" completaremos la subida a la misma sin demasiada dificultad. Luego, no hay más que seguirla (junto a la valla que la acompaña), hasta que en wp "Abandonamos la faja" nos dejaremos caer hacia el derrumbadero. Habrá que cruzar otro caos de bloques más pequeño que pondrá en juego nuestra habilidad en este tipo de terreno (otra opción es proseguir la faja hasta que aterriza sin complicaciones en la senda habitual del Mirador del Hondonero al Chamizo, pero entonces tendremos que retroceder unos 200 m por dicha senda). En cualquiera de los casos, lo que buscamos es un llanillo verde que interrumpe el Derrumbadero (wp "Paso en el Derrumbadero"), por donde una sendita nos lleva sin problemas al otro lado, a través de una pintoresca hoya sombreada por quejigos. Al coronar el collado que hay a continuación, dejamos la senda -que baja-, ganando altura hasta un monolito de piedra junto a una valla, que pasaremos con alguna contorsión entre la malla de su parte baja y el alambre de espinos de la alta. Tras ello, una trocha nos dejará en el PR-A 394 ya muy cerca del collado, por donde volveremos desandando el camino de la mañana.
Es claramente excursión de primavera. Entre Abril y Mayo es un paraíso terrenal, pero habrá que consultar el parte meteorológico para asegurarnos de que nos ahorramos las nubes que puedan despistarnos en la cresta o la humedad que haga inviables los pasos complicados. La califico de difícil por el paso mencionado hasta el vallecito previo a la cresta. Es riesgoso, pero no tiene alternativa, fuera de bajar desde el collado al Mirador del Hondonero y volver a subir, o la comentada de subir el valle desde el Cortijo del Jobo.
Waypoints
Waypoint
3,511 ft
Inicio de Pindongos-Chamizo-Faja
miércoles 19 de mayo de 2021 11:09 CEST
Elevación: 1050 m
Waypoint
4,840 ft
Collado sobre Derrumbadero
Collado sobre Derrumbadero. Lo recorreremos hacia la izquierda hasta el roquedo.
Waypoint
5,010 ft
Abandonamos la cresta
Abandonamos la cresta
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