Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate: Playa de la Hierbabuena - Torre del Tajo - Caños de Meca-Trafalgar-...
near Barbate, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta con los amigos de Preston, propuesta y guiada por Isabel Delgado, a la que hay que agradecer la gran labor que desarrolla con propuestas muy diversas que van de rutas montañeras que exigen experiencia a rutas como estas, asequibles y disfrutonas.
Partimos desde la Playa de la Hierbabuena, junto al puerto de Barbate, ¿habrá playa con nombre más atractivo?...
Vamos camino del acantilado de La Breña, el más alto del atlántico andaluz. Alcanza los 100 m sobre el mar en la Torre del Tajo, donde hay que disfrutar de las vistas a la sombra de esta torre del siglo XVI y de una luz muy especial, incapaz me siento de describirla. Vas a disfrutar de la “clariá de Cadi”.
Digo Cadi, tras leer un artículo en el Diario de Cádiz de Fernando Santiago, periodista, escritor, director de documentales,… y gaditano de pro, en el que nos dice: “En realidad en la ciudad la gente dice Cadi, así, sin la zeta. Los madrileños dicen Cadizzzz, como si estuvieran durmiendo. Y los sevillanos que quieren ser más gaditanos que los gaditanos dicen Cai.”
Me pierdo un poco con las cosas de Cadi, pero volvemos a la Torre para continuar por el pinar hasta Caños de Meca… y justo antes de llegar hay otro punto donde tenemos que pausar la marcha. El Faro de Trafalgar sale a escena y lo vemos a lo lejos, entre las playas de Caños de Meca y Zahora. Si aún no andas enamorado de esta tierra, o te enamoras o tienes la sangre “congelá”.
Ya en Caños de Meca y antes de irnos hacia el Faro surge la “desbandá” y cada uno va a su aire. Yo me dejo llevar por el Levante y acabo tras un baño en una de sus playas, embelesado con unas huevas aliñadas y unas cañas que me devuelven la energía para llegar a Trafalgar.
Atrás quedan el templo, las tumbas megalíticas y los baños romanos; la factoría de salazones de pescado donde se elaboraba el famoso Garum, tan apreciado en la Roma de la época; la torre y el asentamiento árabe, su nombre procedente del árabe Ra’s Taraf al Ghar significando en español “el cabo de la cueva”; la Batalla de Trafalgar que libraron las flotas hispano- francesa y la británica ; el respeto de los marinos a estas playas del faro por los abundantes naufragios y el consejo entre ellos de cruzar Trafalgar “muy a mar o muy a tierra”, porque en medio están los arrecifes; el primer sistema de iluminación que tuvo a base de aceite y petróleo y otros episodios de los que ha sido testigo desde sus 34 metros de altura y con su aspecto de columna romana. Atrás quedan… pero están ahí y si viajas con alma de viajero lo vas a sentir, porque han forjado y moldeado este trozo de cielo en tierras gaditanas.
Tómate tu tiempo bajo el faro, en el acantilado o en una de sus playas y déjate llevar…míralo de vez en cuando, piensa que se hizo para guiar, para indicar el camino, disfruta sin más y seguro que vas a ver algo más que unas inmensas playas y un atlántico gaditano del que te va a costar despedirte.
Partimos desde la Playa de la Hierbabuena, junto al puerto de Barbate, ¿habrá playa con nombre más atractivo?...
Vamos camino del acantilado de La Breña, el más alto del atlántico andaluz. Alcanza los 100 m sobre el mar en la Torre del Tajo, donde hay que disfrutar de las vistas a la sombra de esta torre del siglo XVI y de una luz muy especial, incapaz me siento de describirla. Vas a disfrutar de la “clariá de Cadi”.
Digo Cadi, tras leer un artículo en el Diario de Cádiz de Fernando Santiago, periodista, escritor, director de documentales,… y gaditano de pro, en el que nos dice: “En realidad en la ciudad la gente dice Cadi, así, sin la zeta. Los madrileños dicen Cadizzzz, como si estuvieran durmiendo. Y los sevillanos que quieren ser más gaditanos que los gaditanos dicen Cai.”
Me pierdo un poco con las cosas de Cadi, pero volvemos a la Torre para continuar por el pinar hasta Caños de Meca… y justo antes de llegar hay otro punto donde tenemos que pausar la marcha. El Faro de Trafalgar sale a escena y lo vemos a lo lejos, entre las playas de Caños de Meca y Zahora. Si aún no andas enamorado de esta tierra, o te enamoras o tienes la sangre “congelá”.
Ya en Caños de Meca y antes de irnos hacia el Faro surge la “desbandá” y cada uno va a su aire. Yo me dejo llevar por el Levante y acabo tras un baño en una de sus playas, embelesado con unas huevas aliñadas y unas cañas que me devuelven la energía para llegar a Trafalgar.
Atrás quedan el templo, las tumbas megalíticas y los baños romanos; la factoría de salazones de pescado donde se elaboraba el famoso Garum, tan apreciado en la Roma de la época; la torre y el asentamiento árabe, su nombre procedente del árabe Ra’s Taraf al Ghar significando en español “el cabo de la cueva”; la Batalla de Trafalgar que libraron las flotas hispano- francesa y la británica ; el respeto de los marinos a estas playas del faro por los abundantes naufragios y el consejo entre ellos de cruzar Trafalgar “muy a mar o muy a tierra”, porque en medio están los arrecifes; el primer sistema de iluminación que tuvo a base de aceite y petróleo y otros episodios de los que ha sido testigo desde sus 34 metros de altura y con su aspecto de columna romana. Atrás quedan… pero están ahí y si viajas con alma de viajero lo vas a sentir, porque han forjado y moldeado este trozo de cielo en tierras gaditanas.
Tómate tu tiempo bajo el faro, en el acantilado o en una de sus playas y déjate llevar…míralo de vez en cuando, piensa que se hizo para guiar, para indicar el camino, disfruta sin más y seguro que vas a ver algo más que unas inmensas playas y un atlántico gaditano del que te va a costar despedirte.
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