Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate: Barbate-Cabo de Trafalgar

Hay rutas de senderismo, como lugares y momentos en la vida, en las que sobran las palabras porque ocurren para vivirlasentirladisfrutarla…así todo junto, aunque sea una falta ortográfica. Con la que está cayendo como para que venga el "malaje" de turno a decir que vaya error…lo mando a Barbate a que una levantera le quite los malos humos…”quillo no se te ocurra volver hasta que te pongas "púo" de manzanilla y deje de ser un "saborio", so sieso”.

Pero como no trato con "malaje" ni "sieso manio", el que se va para Barbate es el menda, "aconchavao" con los amigos del Club Comando Preston.

Tras 15 meses de hacer rutas en solitario o con un par de amigos, ha sido un placer volver a caminar con personas que me han aportado mucho en el senderismo y en lo personal.

Partimos de la Playa de la Hierbabuena, pasado el puerto de Barbate, camino del acantilado más alto del Atlántico andaluz y claro ejemplo de la erosión que provoca el mar en continente , el Tajo de Barbate, a 100 metros de altura, donde se encuentra la Torre del Tajo, parada y visita obligada.

Este acantilado es uno de los cinco ecosistemas que vamos a encontrar en el Parque Natural de la Breña y las Marismas de Barbate junto al marino, pinar, marismas y dunas. Cinco ecosistemas para disfrutarlo andando, en bicicleta o en el caso del marino en piragua y haciendo snorkel o buceo en sus cristalinas aguas.

Tras disfrutar de las vistas desde la Torre del Tajo continuamos a través del pinar, intensamente repoblado para frenar las dunas móviles, camino de Los Caños de Meca y sin perder de vista nuestro destino, el Cabo de Trafalgar, el lugar en el que en 1805 se desarrolló la batalla de Trafalgar, donde la armada británica, comandada por el almirante Nelson, derrotó a la fuerza naval española y francesa, la mayor de sus derrotas. Trafalgar Square en el centro de Londres, toma de aquí su nombre y recuerda la contienda con esta monumental plaza.

De lectura obligada para quien quiera conocer los entresijos de esta batalla es la novela de Arturo Pérez Reverte, Cabo Trafalgar. Para que nos hagamos una idea reproduzco perlas del autor en un artículo-entrevista en El País el 10 de octubre de 2004 unos días antes de salir a la venta:
Cuando uno analiza lo que fue Trafalgar es para pegarle fuego a este país. Piénsalo: miles de desgraciados, sin preparación, sin motivación, metidos a la fuerza en barcos y llevados a una carnicería. Pues estaba claro que los ingleses, enemigos implacables y entrenados, nos iban a cortar la línea, y los huevos. Nos iban a dar hostias hasta en el cielo de la boca. Estaba cantado. Teníamos barcos cojonudos, los mejores del mundo, y unos oficiales de marina modernos, eficaces, ilustres, científicos reconocidos. Pero, en cambio, no teníamos tripulaciones. Así que se llenaron los barcos de pobre gente con levas forzosas y se los envió a la escabechina. Fue una monstruosidad.
Trafalgar es un ejemplo de lo peor de España, pero también muestra algo de lo bueno: muestra la dignidad y la decencia con que la gente, la simple gente, actúa en una tragedia. Trafalgar te hace horrorizarte de ser español, pero al tiempo, por esa gente, te reconcilia con el hecho de serlo.

Ahora sobran las palabras porque aún guardo el regusto de esta ruta y me sabe a resina, salitre, reencuentros y complicidad, y por qué no decirlo, a tortillitas de camarones, ortiguillas, a atún encebollado,… y a unas cañas heladas a la sombra de un chambao…espero mantenerlo tiempo…toda Cádiz es inolvidable y su huella en el viajero perenne.