Palermo-Yarumal-Palocabildo-Jericó
near Palermo, Departamento de Antioquia (Republic of Colombia)
Viewed 2272 times, downloaded 37 times
Trail photos
Itinerary description
Ruta “Familiar”
Palermo-Yarumal-PaloCabildo-Jericó
15 de Febrero de 2015
La disculpa para hacer ésta nueva caminada fue evocar el más reciente libro del escritor Antioqueño Héctor Abad Faciolince titulado “La Oculta”.
La finca de sus bisabuelos llamada La Inés, en la vereda La Oculta, es el epicentro de ésta novela que cuenta la historia de una familia y la colonización del Suroeste antioqueño. Sus letras narran momentos de una violencia que no termina. Ancestros, genes, memoria.
Como en google encontré unos muy buenos apuntes de Abad Faciolince sobre el libro y otros asuntos “paisas” que quiero compartir con ustedes un poco más adelante; en ésta oportunidad me limitaré a hacer un breve recuento de nuestro recorrido, para darle paso al maestro de la palabra.
Con mis queridos compañeros de 6to B tomamos carro de Jericó al Corregimiento Palermo, jurisdicción de Támesis. Allí comenzamos la caminada.
Ascendimos por un marcado camino hasta la virgen en donde empatamos con la carretera. Metros más allá volvimos a la trocha que va por Yarumal. Su alto grado de inclinación hizo que la caminada dejará de ser “familiar” para convertirse en una jornada con grado de dificultad 4.
Casi en el alto, en un medio planito, vimos a mano izquierda, otra marcada trocha que subía. En éste punto supimos que habíamos “asaltado” la montaña por el camino que sube en línea recta, en vez de haber tomar el sendero más tendido.
Una vez superado el corto, pero “sustancioso”, ascenso empatamos de nuevo con la carretera que nos condujo al Mirador de La Cruz en donde nos encontramos con los compañeros de 11 A (Los Caminantes de Antioquia) quienes estaban haciendo el recorrido revés. Ésta fue la ruta marcada por Hugo Rueda http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8885057
Continuamos rumbo a Palocabildo, corregimiento de Jericó, en donde se armó rumba de cuenta de unas cuantas canciones de salsa.
Tras las breve fiestica volvimos a la carretera para emprender el regreso a Jericó. Tomamos un atajo y rematamos de nuevo en el carreteable que nos llevó al Municipio de la Madre Laura.
Durante el recorrido apreciamos la majestuosidad del paisaje antioqueño ese que, desde pequeño, cautivó a Héctor Abad Faciolince.
Comparto, entonces, algunos apuntes sobre su libro, que fue el pretexto para ésta buena caminada.
Dice Héctor:
“La Finca La Inés, en la vereda La Oculta es un sitio que conozco desde la infancia y al que sigo yendo. Luego está el lago de La Oculta, que existe y es de unos primos míos muy queridos, los Ceballos Abad. A partir de ahí hay voces y episodios vitales que me han contado o que he vivido yo mismo: los ahogados de La Oculta. Los grupos guerrilleros y paramilitares que actuaban por allá, las fondas, los caballos, los pájaros, las vacas. Los colores, lo que se comía. Esa mezcla de vivencias son el origen de La Oculta”.
“La finca es una figura literaria porque es una manía, una obsesión antioqueña. Me di cuenta de eso cuando lo primero que hice la primera vez que tuve algo de plata fue comprarme una cabaña en La Ceja. Es lo que hacen casi todos los antioqueños cuando consiguen algo, no importa si son industriales, mafiosos, contrabandistas, filósofos, profesores o escritores: nos buscamos un lote de tierra en el campo (...).
“Los pobres sueñan con la tierrita que perdieron y quisieran volver a ella. Los ricos sueñan con la hacienda que tuvieron y la añoran. O la odian. No creo que haya un motivo más nuestro que el apego a la tierra. Y lo más raro: a la tierra más dura y quebrada: estas montañas casi inaccesibles”.
“En la rifa del mundo esta fue la tierra que nos tocó a nosotros. No es la mejor ni es la peor que existe. Es lo que es, es lo que hay. Y uno escribe de lo que da la tierra, como se dice por acá. Y la tierra da cosas buenas: no produce buen trigo, pero da unos yarumos y unos guayacanes increíbles. No tenemos ruiseñores ni cigüeñas, pero hay colibríes, toches, mariposas azules. No sé, cada país produce sus propios árboles, sus propios animales, su propia gente y su propia literatura... Somos injerto de muchas gentes, creo que este producto mezclado da especies raras e interesantes”
“La Oculta fue una hacienda; ahora es apenas una finca con algo de tierra. Y lo que yo quería -y espero haber conseguido- era que la protagonista de la novela fuera esa finca, más que los personajes que la habitan. Lo importante es la relación que los personajes tienen con esa casa, con esas montañas y ese cielo, con el paisaje: el lago, los árboles, los animales, los pueblos cercanos. Muchos antioqueños de todas las capas sociales tenemos un paisaje, una tierra en la cabeza. Por eso creo que muchos podrán sentir como propia esta novela que al hablar de una finca y de un pueblo, habla de muchas fincas y de muchos pueblos”.
“Los visionarios, los que sueñan con un mundo mejor, siempre hacen locuras como repartir la tierra. Ojalá vuelva a haber locos que piensen que lo mejor sea repartir -casi gratis- muchas tierras. Hay muchas colonizaciones: unas por la fuerza, otras por invasiones, otras más inteligentes y serenas. Creo que la paz de este país pasa por el acto generoso de compartir muchos pedazos de tierra con los que nada tienen. Y no como propiedad colectiva, que eso ha funcionado muy mal en el mundo, sino como propiedad familiar”.
Palermo-Yarumal-PaloCabildo-Jericó
15 de Febrero de 2015
La disculpa para hacer ésta nueva caminada fue evocar el más reciente libro del escritor Antioqueño Héctor Abad Faciolince titulado “La Oculta”.
La finca de sus bisabuelos llamada La Inés, en la vereda La Oculta, es el epicentro de ésta novela que cuenta la historia de una familia y la colonización del Suroeste antioqueño. Sus letras narran momentos de una violencia que no termina. Ancestros, genes, memoria.
Como en google encontré unos muy buenos apuntes de Abad Faciolince sobre el libro y otros asuntos “paisas” que quiero compartir con ustedes un poco más adelante; en ésta oportunidad me limitaré a hacer un breve recuento de nuestro recorrido, para darle paso al maestro de la palabra.
Con mis queridos compañeros de 6to B tomamos carro de Jericó al Corregimiento Palermo, jurisdicción de Támesis. Allí comenzamos la caminada.
Ascendimos por un marcado camino hasta la virgen en donde empatamos con la carretera. Metros más allá volvimos a la trocha que va por Yarumal. Su alto grado de inclinación hizo que la caminada dejará de ser “familiar” para convertirse en una jornada con grado de dificultad 4.
Casi en el alto, en un medio planito, vimos a mano izquierda, otra marcada trocha que subía. En éste punto supimos que habíamos “asaltado” la montaña por el camino que sube en línea recta, en vez de haber tomar el sendero más tendido.
Una vez superado el corto, pero “sustancioso”, ascenso empatamos de nuevo con la carretera que nos condujo al Mirador de La Cruz en donde nos encontramos con los compañeros de 11 A (Los Caminantes de Antioquia) quienes estaban haciendo el recorrido revés. Ésta fue la ruta marcada por Hugo Rueda http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8885057
Continuamos rumbo a Palocabildo, corregimiento de Jericó, en donde se armó rumba de cuenta de unas cuantas canciones de salsa.
Tras las breve fiestica volvimos a la carretera para emprender el regreso a Jericó. Tomamos un atajo y rematamos de nuevo en el carreteable que nos llevó al Municipio de la Madre Laura.
Durante el recorrido apreciamos la majestuosidad del paisaje antioqueño ese que, desde pequeño, cautivó a Héctor Abad Faciolince.
Comparto, entonces, algunos apuntes sobre su libro, que fue el pretexto para ésta buena caminada.
Dice Héctor:
“La Finca La Inés, en la vereda La Oculta es un sitio que conozco desde la infancia y al que sigo yendo. Luego está el lago de La Oculta, que existe y es de unos primos míos muy queridos, los Ceballos Abad. A partir de ahí hay voces y episodios vitales que me han contado o que he vivido yo mismo: los ahogados de La Oculta. Los grupos guerrilleros y paramilitares que actuaban por allá, las fondas, los caballos, los pájaros, las vacas. Los colores, lo que se comía. Esa mezcla de vivencias son el origen de La Oculta”.
“La finca es una figura literaria porque es una manía, una obsesión antioqueña. Me di cuenta de eso cuando lo primero que hice la primera vez que tuve algo de plata fue comprarme una cabaña en La Ceja. Es lo que hacen casi todos los antioqueños cuando consiguen algo, no importa si son industriales, mafiosos, contrabandistas, filósofos, profesores o escritores: nos buscamos un lote de tierra en el campo (...).
“Los pobres sueñan con la tierrita que perdieron y quisieran volver a ella. Los ricos sueñan con la hacienda que tuvieron y la añoran. O la odian. No creo que haya un motivo más nuestro que el apego a la tierra. Y lo más raro: a la tierra más dura y quebrada: estas montañas casi inaccesibles”.
“En la rifa del mundo esta fue la tierra que nos tocó a nosotros. No es la mejor ni es la peor que existe. Es lo que es, es lo que hay. Y uno escribe de lo que da la tierra, como se dice por acá. Y la tierra da cosas buenas: no produce buen trigo, pero da unos yarumos y unos guayacanes increíbles. No tenemos ruiseñores ni cigüeñas, pero hay colibríes, toches, mariposas azules. No sé, cada país produce sus propios árboles, sus propios animales, su propia gente y su propia literatura... Somos injerto de muchas gentes, creo que este producto mezclado da especies raras e interesantes”
“La Oculta fue una hacienda; ahora es apenas una finca con algo de tierra. Y lo que yo quería -y espero haber conseguido- era que la protagonista de la novela fuera esa finca, más que los personajes que la habitan. Lo importante es la relación que los personajes tienen con esa casa, con esas montañas y ese cielo, con el paisaje: el lago, los árboles, los animales, los pueblos cercanos. Muchos antioqueños de todas las capas sociales tenemos un paisaje, una tierra en la cabeza. Por eso creo que muchos podrán sentir como propia esta novela que al hablar de una finca y de un pueblo, habla de muchas fincas y de muchos pueblos”.
“Los visionarios, los que sueñan con un mundo mejor, siempre hacen locuras como repartir la tierra. Ojalá vuelva a haber locos que piensen que lo mejor sea repartir -casi gratis- muchas tierras. Hay muchas colonizaciones: unas por la fuerza, otras por invasiones, otras más inteligentes y serenas. Creo que la paz de este país pasa por el acto generoso de compartir muchos pedazos de tierra con los que nada tienen. Y no como propiedad colectiva, que eso ha funcionado muy mal en el mundo, sino como propiedad familiar”.
Waypoints
Waypoint
6,594 ft
Jerico
Waypoint
5,591 ft
La Viña
15-FEB-15 5:34:34PM
Waypoint
6,526 ft
Manzanillo
15-FEB-15 3:12:58PM
Waypoint
6,316 ft
Palenque
15-FEB-15 6:28:05PM
Waypoint
4,193 ft
Palermo
22-MAR-08 11:17:12AM
Waypoint
6,319 ft
Palo Cabildo
18-ENE-15 10:22:09AM
Waypoint
5,587 ft
Qqbradona
15-FEB-15 5:26:40PM
Waypoint
6,424 ft
Sale a carretera
15-FEB-15 12:59:36PM
Waypoint
4,915 ft
Sta Teresa
15-FEB-15 9:48:40AM
Comments (1)
You can add a comment or review this trail
Muy buena ruta y que exigente debe sr por ese inclinado ascenso.
Me gusto mucho todo el escrito que anexaste, hace parte de este maravilloso escritor y un pensamiento hermoso sobre la tierra y el deber de compartirla en familia. Gracias por tus palabras y por este bello fragmento