Alto del Chorrillo - Siete Lagunas - La Alcazaba (ida por el Peñón del Globo, vuelta por el Coladero).

Ruta organizada por el Grupo del 17 de Vélez-Málaga, en la que tomamos la lanzadera de Capileira para realizar la aproximación al circo glacial de Siete Lagunas. Este autobús sale a las 8:30 desde el centro de interpretación Altas Cumbres y nos recogerá a las 16:30 en el Alto del Chorrillo, desde donde parten innumerables rutas, entre las que el Mulhacen y Siete Lagunas son las principales.

Tomamos el carril que comparten ambas rutas y lo vamos atrochando, en algunos casos por sendas bien definidas y en otros casos campo a través. Al llegar a los Tajos del Peñón Negro superamos los 3.000 metros y vemos los primeros neveros, dándonos el gusto de pisar nieve virgen por primera vez en la temporada. Comienza un descenso que nos lleva al impresionante Tajo del Contadero, en cuya arista vemos a los osados montañeros que se atreven a acceder al Mulhacen por la Cuesta del Resuello. Y llegados al vértice donde se unen las aristas del Tajo y la Cuesta, nos encontramos con la primera visión del circo glacial de Siete Lagunas con la laguna Hondera (la mayor de todas) en primer plano. La panorámica es sobrecogedora, un lado cerrado por la loma de Culo Perro, los tajos Colorados y el imponente Peñón del Globo; le sigue el Puntal de Siete Lagunas, vértice del circo glacial, unido al otro vértice, el Pico Mulhacén, por un cordal que supera en todo momento los 3.000 metros. El lado oculto a nuestra vista es la Cuesta del Resuello en cuyo tramo final nos encontramos.

Ante esta visión resulta difícil acordarse de respirar, pero pasada la impresión inicial toca bajar por un canchal hasta la laguna Hondera, aunque antes de hollarla yo me desvío para dar un rodeo que me permita ver primero las Chorreras Negras. Llevan muy poca agua pero aún así impresionan, no quiero ni pensar lo que debe ser aquello en época de deshielo. Una vez reunidos, nos dividimos en dos grupos, uno haría la ruta planificada y otro formado por Fali, Antonio, Galo y yo, decidimos acercarnos a la Alcazaba en una ruta circular.

Efectivamente, comenzamos el ascenso por la loma Culo Perro con cada vez mejores vistas al Circo Glacial, pudiendo ver ahora de frente la retadora Cuesta del Resuello. Poco a poco el sendero va desapareciendo y se convierte en un canchal de lajas sueltas que, en las cercanías de la cima del Peñón de Globo, se transforma en un auténtico caos de rocas. Durante todo el camino Antonio, que es un gran conocedor de Sierra Nevada, nos va soltando una retahila de topónimos, sendas, rutas, lugares y anécdotas, ¡mucho mejor que cualquier guía escrita!. Desde las proximidades de la cima del Peñón hay que bajar hacia los andenes de la Alcazaba, por cuyo borde realizamos la aproximación a la cima de este coloso de 3.369 metros sobre el nivel del mar; el último tramo es bastante sencillo, con el único inconveniente del fuerte viento que va arreciando conforme nos acercamos.

Alcanzado el monolito que señala la cima sólo podemos hacer un par de fotos y ponernos a resguardo, ya que las rachas de viento superaban los 50 km/h. Antonio marca un fuerte ritmo de bajada que sólo se interrumpe en la entrada del Coladero, donde vuelve a poner nombre a toda la grandiosidad que nos rodea. El descenso es vertiginoso, a mi me parece que mis compañeros vuelan y yo me siento como el patito feo que siempre queda rezagado (aunque en parte es por el vicio de hacer fotografías de todo lo que se pone a tiro). Alcanzamos la laguna Tajos Colorados donde hacemos el primer receso de la jornada para reponer fuerzas, pero dura muy poco y volvemos a darle fuerte mientras vamos pasando en medio de las dos líneas de lagunas, Culo Perro a un lado, Borreguiles al otro y nuevamente la Hondera. Ya solo queda desandar el camino inicial, en el que todavía nos encontraremos con un par de repechos que a estas alturas resultan "divertidos".

Muchísimas gracias al Grupo 17 por organizar está fantástica ruta, a mis compañeros Fali y Galo por sus ánimos y especialmente Antonio Lara, un guía excepcional para una ruta soberbia.